Entrada con 68 árboles autóctonos muy comunes en España, ordenados alfabéticamente por su nombre en castellano o español. Se indican las zonas en donde son autóctonos. Deberemos sembrarlos y plantarlos en los lugares deforestados, no cultivados ni labrados, más próximos al lugar de su recolección, en similares condiciones de altitud, orientación solar, tipo de suelo (sustrato) y de terreno. Si buscas aquí y no encuentras algún árbol, mira en las entradas Árboles y Arbustos Naturalizados o en Árboles No Autóctonos.
ABEDULES (betula):
ABEDUL común (Betula pendula). Otros nombres: abedul llorón, abedul de Europa, abedul péndulo o verrugoso.
Árbol de hojas caedizas, aovadas con ápice pronunciado y borde aserrado. De ramillas finas, largas y colgantes, que le dan su aspecto llorón. Es blanquecina la corteza de tronco y ramas. Autóctono de casi toda Europa (en el sur solo en las montañas), del norte de Asia, de Asia Menor y de Marruecos. En España, de casi todas sus montañas.
Crece mejor en suelo (sustrato) silíceo (ácido) y en suelo neutro. En terreno fértil o pobre, pero fresco y húmedo, incluso encharcado. Soporta mucho frío, por lo que crece hasta 2.000 msnm, sin embargo sufre con el calor y con la sequedad. Posición a pleno sol o a media sombra.
Florece en primavera con flores masculinas pequeñas, agrupadas en amentos amarillentos, estrechos y alargados (5 cms.). Las flores femeninas, en el mismo árbol, son pequeñas y verdosas, agrupadas en amentos alargados muy estrechos, más o menos erguidos, que darán lugar a los frutos, pequeños cilindros compactos y colgantes, de color verde claro que, al madurar en otoño, se tornan marrones, empezando a desintegrarse en numerosas y diminutas sámaras (semillas), que disemina el viento.
El abedul se reproduce o multiplica enterrando directamente, bajo una finísima capa de tierra, las semillas recolectadas durante todo el otoño. Son de fácil dispersión y germinación.
También pueden sembrarse al inicio de la primavera conservándolas hasta entonces dentro de una bolsa de plástico porosa, con el mínimo de aire y sin humedad, depositada en la bandeja de las verduras de un frigorífico (unos 4ºC). Se mejora el índice de germinación estratificándolas en frío: se ponen sobre turba húmeda, no encharcada, dentro de un envase de plástico cerrado que ponemos en la bandeja de las verduras (4ºC), durante los dos últimos meses de invierno. Cada 5 días reponemos humedad pulverizando un poco de agua. Se siembran las semillas según vayan germinando o al acabar el invierno.
El abedul también puede propagarse en verano por estaquillas o esquejes semileñosos (trozos de ramitas con yemas o nudos). Trasplantar los plantones desde mediados de primavera (incluso a raíz desnuda).
Arbolillo o árbol mediano de hoja caediza, aovada con ápice más o menos pronunciado y con el margen aserrado. De ramas ascendentes y tronco blanquecino con rayas horizontales oscuras. En las hojas y ramillas tiene pelusilla (pubescente). Autóctono del norte y centro de Asia, y de Europa. En la Península Ibérica está presente en los montes y montañas de la mitad norte, hasta los 1.700 msnm.
Crece en suelos silíceos (ácidos). En todo tipo de terreno, incluso pobre y pedregoso, que sea fresco, húmedo y con humedad ambiental. Soporta el encharcamiento aún mejor que el abedul común, por lo que es ideal como pie para cultivar por injerto árboles no dotados para vivir en terrenos muy húmedos. Resiste mucho frío. Sufre con el calor excesivo y la sequedad. Posición a pleno sol o media sombra.
Florece en primavera con flores masculinas pequeñas agrupadas en amentos alargados, colgantes y amarillos. Las flores femeninas, en el mismo árbol, son pequeñas y verdosas, agrupadas en amentos alargados muy estrechos, más o menos erguidos, que darán lugar al fruto, un cilindro compacto y colgante, estrecho y alargado de unos 5 cms., de color verde claro que se tornará marrón al madurar en otoño. Se irá desintegrando durante meses en numerosas y diminutas semillas (sámaras), que disemina el viento.
El abedul se reproduce o multiplica enterrando directamente bajo una fina capa de tierra las semillas recolectadas durante todo el otoño. Son de fácil dispersión y germinación.
También pueden sembrarse al inicio de la primavera conservándolas hasta entonces en frío y en seco: por ejemplo, dentro de una bolsa de plástico porosa, sin humedad y mínimo aire, depositada en la bandeja de las verduras de un frigorífico. Mejora el índice de germinación si las estratificamos en frío: se ponen sobre turba húmeda, no encharcada, en un envase de plástico cerrado que ponemos en la bandeja de las verduras de un frigorífico (4ºC), durante los dos últimos meses de invierno. Cada 5 días reponemos humedad pulverizando un poco de agua. Sembramos las semillas según vayan germinando o al acabar el invierno.
El abedul también puede propagarse en verano por esquejes y estaquillas semileñosas (trozos de ramita con yemas o nudos). Trasplantar los plantones desde mediados de primavera (pueden realizarse a raíz desnuda).
ABETO BLANCO (abies alba). Otros nombres: abeto del Pirineo, abeto común, pin abet, pinabete.
Esta conífera es un árbol mediano o grande, longevo, de hojas aciculares siempre verdes con dos rayas blancas en el envés. De tronco derecho, este abeto es piramidal de joven y de adulto es piramidal su copa. Autóctono del norte y centro de Europa. Y de las montañas del sur de Europa. En España es autóctono de los Pirineos.
Crece en cualquier tipo de suelo (sustrato): silíceo (ácido), neutro, incluso soporta el calizo (básico). En terrenos profundos y húmedos pero bien drenados. Con humedad de ambiente y situación a la sombra. También requiere que los veranos sean frescos y con algunas precipitaciones. Es capaz de aguantar los grandes fríos de las montañas, donde crece de forma natural, hasta 2.000 msnm.
Como es conífera el abeto blanco no tiene flores, sino conos, que salen en primavera. Los masculinos verdosos en las ramas bajas. Los frutos (femeninos, en el mismo árbol) del abeto blanco son piñas verdes erectas, de unos 13 cms., que salen en lo más alto del árbol. Maduran a principio del otoño, entonces se tornan color marrón y rezuman resina. Una vez maduras, las piñas no caen al suelo sino que se van deshaciendo en el árbol, cayendo poco a poco escamas y piñones, hasta quedar solo el eje de la piña. En otoño, sobre todo después de los días de viento o lluvia, es posible encontrar piñones debajo y cerca del abeto. Recolectarlas enteras es difícil. Si con escaleras y/o pértigas las recolectamos enteras, las tendremos varios días a la intemperie, incluso al sol, sin abrir para que completen su desarrollo y, así, será más fácil deshacerlas y extraer las semillas.
Los abetos se reproducen o multiplican enterrando en otoño las semillas (piñones), bajo un cm. de tierra.
También se pueden sembrar al inicio de la primavera: una vez recolectadas, se guardan en una bolsa de plástico porosa, sin humedad y mínimo aire, que depositamos en la bandeja de las verduras de un frigorífico. Un mes escaso antes de sembrar las semillas las estratificamos en frío: se ponen sobre arena o turba húmeda, no encharcada, dentro de un envase de plástico cerrado, que depositamos en la bandeja de las verduras, que suele estar a unos 4ºC. Cada 5 días reponemos humedad pulverizando un poco de agua. Si entonces vemos alguna semilla germinando, la sembramos. El resto, al acabar el invierno.
Esta conífera es un árbol mediano o grande, longevo, de hojas aciculares siempre verdes con dos rayas blancas en el envés. De tronco derecho, este abeto es piramidal de joven y de adulto es piramidal su copa. Autóctono del norte y centro de Europa. Y de las montañas del sur de Europa. En España es autóctono de los Pirineos.
Crece en cualquier tipo de suelo (sustrato): silíceo (ácido), neutro, incluso soporta el calizo (básico). En terrenos profundos y húmedos pero bien drenados. Con humedad de ambiente y situación a la sombra. También requiere que los veranos sean frescos y con algunas precipitaciones. Es capaz de aguantar los grandes fríos de las montañas, donde crece de forma natural, hasta 2.000 msnm.
Como es conífera el abeto blanco no tiene flores, sino conos, que salen en primavera. Los masculinos verdosos en las ramas bajas. Los frutos (femeninos, en el mismo árbol) del abeto blanco son piñas verdes erectas, de unos 13 cms., que salen en lo más alto del árbol. Maduran a principio del otoño, entonces se tornan color marrón y rezuman resina. Una vez maduras, las piñas no caen al suelo sino que se van deshaciendo en el árbol, cayendo poco a poco escamas y piñones, hasta quedar solo el eje de la piña. En otoño, sobre todo después de los días de viento o lluvia, es posible encontrar piñones debajo y cerca del abeto. Recolectarlas enteras es difícil. Si con escaleras y/o pértigas las recolectamos enteras, las tendremos varios días a la intemperie, incluso al sol, sin abrir para que completen su desarrollo y, así, será más fácil deshacerlas y extraer las semillas.
Los abetos se reproducen o multiplican enterrando en otoño las semillas (piñones), bajo un cm. de tierra.
También se pueden sembrar al inicio de la primavera: una vez recolectadas, se guardan en una bolsa de plástico porosa, sin humedad y mínimo aire, que depositamos en la bandeja de las verduras de un frigorífico. Un mes escaso antes de sembrar las semillas las estratificamos en frío: se ponen sobre arena o turba húmeda, no encharcada, dentro de un envase de plástico cerrado, que depositamos en la bandeja de las verduras, que suele estar a unos 4ºC. Cada 5 días reponemos humedad pulverizando un poco de agua. Si entonces vemos alguna semilla germinando, la sembramos. El resto, al acabar el invierno.
Conífera mediana o grande, longeva, con hojas aciculares, siempre verdes, verde oscuras por el haz y con dos rayas blancas en el envés. De tronco derecho, tiene forma cónica muy simétrica y esbelta. Autóctono y endémico de las serranías de Cádiz y Málaga, en España. Se ha asilvestrado en otras sierras andaluzas.
Crece en cualquier tipo de suelo (sustrato): ácido (silíceo), neutro, pero mejor el calizo (básico). En terrenos húmedos y con humedad ambiental, aunque es capaz de resistir con precipitaciones escasas. Posición a la sombra o media sombra, sobre todo en los primeros años. No le favorecen temperaturas invernales inferiores a -10º, ni los calores excesivos en verano. Desde 500 a 1.800 msnm en el sur peninsular.
Como es conífera el pinsapo no tiene flores, sino conos, que salen en primavera. Los masculinos pardorojizos, situados al final de las ramillas de mitad del árbol para abajo. Fructifica desde los 25 años, más o menos. Los frutos (femeninos y en el mismo árbol) del pinsapo son piñas cilíndricas, de hasta 15 cms., color verde. Una vez fecundadas se tornan color verde parduzco. Están situadas en la parte superior del pinsapo, casi inaccesibles, salvo con escaleras o con pértigas. Maduran en otoño. Con el paso de los días empiezan a deshacerse, cayendo poco a poco las escamas y los piñones, quedando en el árbol el eje de la piña. En otoño hay piñones debajo y cerca del abeto. Podemos recolectar las piñas enteras, ayudados de elementos mecánicos, cuando ya están marrones y rezuman resina, o cuando han empezado a deshacerse. Dejarlas varias semanas a la intemperie a fin de que completen su desarrollo. Así estarán más secas y será más fácil deshacer las piñas y extraer los piñones.
El pinsapo se reproduce o multiplica enterrando en otoño las semillas (piñones), bajo dos cms. de tierra.
También podemos sembrar al acabar el invierno: una vez recolectadas las semillas las guardamos en una bolsa de plástico porosa, sin humedad y con el mínimo de aire, que depositamos en la bandeja de las verduras de un frigorífico. Un mes escaso antes de sembrar las semillas las estratificamos en frío, metiéndolas en la misma bandeja de las verduras, pero dentro de un recipiente de plástico cerrado, sobre arena o turba húmeda, no encharcada. Cada 5 varios días reponemos humedad pulverizando un poco de agua. Si vemos entonces alguna semilla germinando, la sembramos. Las demás, al acabar el invierno.
Crece en cualquier tipo de suelo (sustrato): ácido (silíceo), neutro, pero mejor el calizo (básico). En terrenos húmedos y con humedad ambiental, aunque es capaz de resistir con precipitaciones escasas. Posición a la sombra o media sombra, sobre todo en los primeros años. No le favorecen temperaturas invernales inferiores a -10º, ni los calores excesivos en verano. Desde 500 a 1.800 msnm en el sur peninsular.
Como es conífera el pinsapo no tiene flores, sino conos, que salen en primavera. Los masculinos pardorojizos, situados al final de las ramillas de mitad del árbol para abajo. Fructifica desde los 25 años, más o menos. Los frutos (femeninos y en el mismo árbol) del pinsapo son piñas cilíndricas, de hasta 15 cms., color verde. Una vez fecundadas se tornan color verde parduzco. Están situadas en la parte superior del pinsapo, casi inaccesibles, salvo con escaleras o con pértigas. Maduran en otoño. Con el paso de los días empiezan a deshacerse, cayendo poco a poco las escamas y los piñones, quedando en el árbol el eje de la piña. En otoño hay piñones debajo y cerca del abeto. Podemos recolectar las piñas enteras, ayudados de elementos mecánicos, cuando ya están marrones y rezuman resina, o cuando han empezado a deshacerse. Dejarlas varias semanas a la intemperie a fin de que completen su desarrollo. Así estarán más secas y será más fácil deshacer las piñas y extraer los piñones.
El pinsapo se reproduce o multiplica enterrando en otoño las semillas (piñones), bajo dos cms. de tierra.
También podemos sembrar al acabar el invierno: una vez recolectadas las semillas las guardamos en una bolsa de plástico porosa, sin humedad y con el mínimo de aire, que depositamos en la bandeja de las verduras de un frigorífico. Un mes escaso antes de sembrar las semillas las estratificamos en frío, metiéndolas en la misma bandeja de las verduras, pero dentro de un recipiente de plástico cerrado, sobre arena o turba húmeda, no encharcada. Cada 5 varios días reponemos humedad pulverizando un poco de agua. Si vemos entonces alguna semilla germinando, la sembramos. Las demás, al acabar el invierno.
ACEBO (ilex aquifolium). Otros nombres: Acebo común, agrifolio, cardon, cardonera.
Arbusto o árbol pequeño de hojas siempre verdes, lustrosas, aovadas con el ápice agudo y algo duras, en su mayoría de borde ondulado y espinoso. Autóctono del centro, oeste y sur de Europa, norte de África y oeste de Asia. También de Baleares y de la Península Ibérica, en donde abunda más en la mitad norte.Crece mejor en suelo silíceo (ácido), pero también en el calizo (básico). En cualquier tipo de terreno, pero fresco, húmedo y con humedad ambiental. Posición a la sombra o a media sombra. Aguanta grandes fríos.
Florece en primavera con flores blancas, blanco rosáceas antes de abrirse. El fruto del acebo (en los ejemplares femeninos, pues casi siempre es dioico) es una drupa redondeada de menos de 1 cm., de color verde, que se torna rojo coral al madurar a final de verano y en otoño. Contiene hasta 5 semillas. Puede permanecer en la planta durante el invierno, por lo que su recolección puede prolongarse.
El acebo se reproduce o multiplica por semillas, enterrándolas ligeramente en otoño o en invierno, una vez quitada la pulpa, pero pueden tardar hasta 2 años en germinar, o no hacerlo nunca.
Para controlar, acelerar o mejorar el índice de germinación, podemos sembrar en primavera: ponemos las semillas limpias en arena húmeda, no encharcada, dentro de un envase de plástico cerrado, a unos 20ºC, temperatura de una casa habitada (estratificación caliente). Iniciado el invierno, pasamos el envase a la bandeja de las verduras de un frigorífico, 4ºC más o menos. Durante ambas estratificaciones, reponemos humedad pulverizando un poco de agua cada 5 días. Sembramos las semillas según vayan germinando o al acabar el invierno. (Si hemos recolectado ya avanzado el invierno no habría que hacer las estratificaciones).
El acebo también se propaga en verano por estacas o esquejes semileñosos y por retoños. El trasplante de plantones se hace en invierno o en primavera, con cuidado de conservar entero el cepellón (regar el día anterior).
OLIVO, variedad cultivar del olivo silvestre, (olea europea).
ver en Árboles y Arbustos NATURALIZADOS en España, por orden alfabético por ACEBUCHE
ÁLAMOS (populus):
Los álamos son árboles de gran talla que crecen en cualquier tipo de suelo: silíceo (ácido), calizo (básico) o neutro. En terrenos profundos, frescos y húmedos. Propios de las riberas de los ríos y arroyos, y de las vaguadas y valles. Posición a pleno sol. Los álamos son capaces de soportar mucho frío, mucho calor y sequedad ambiental.
Son dioicos, esto es, los órganos sexuales masculinos están en diferentes árboles que los órganos sexuales femeninos. Los masculinos están en pequeñas flores agrupadas en amentos amarillentos, alargados y colgantes. Los amentos femeninos son verdosos y dan lugar a los frutos, unas cápsulas ovoides de color verde, agrupadas en racimos alargados y colgantes, que maduran a mediados de primavera. Entonces se abren y sueltan sus semillas dotadas de pelusilla blanca, que disemina el viento.
Los álamos se pueden reproducir o multiplicar por semillas, como hace la Naturaleza. Recolectar y sembrar tan pronto empiecen a abrirse las cápsulas. Pero habitualmente se propagan por estacas, estaquillas o esquejes de ramas jóvenes del año anterior, desde mediados hasta final del invierno.
ÁLAMO NEGRO o CHOPO COMÚN (populus nigra). De tronco oscuro. De hojas verdes por ambas caras, aserradas, más anchas hacia la base, estrechándose hacia un ápice puntiagudo. Es autóctono de los países ribereños del Mediterráneo. Crece por toda España.
ver en Árboles y Arbustos NATURALIZADOS en España, por orden alfabético por ACEBUCHE
ÁLAMOS (populus):
Los álamos son árboles de gran talla que crecen en cualquier tipo de suelo: silíceo (ácido), calizo (básico) o neutro. En terrenos profundos, frescos y húmedos. Propios de las riberas de los ríos y arroyos, y de las vaguadas y valles. Posición a pleno sol. Los álamos son capaces de soportar mucho frío, mucho calor y sequedad ambiental.
Son dioicos, esto es, los órganos sexuales masculinos están en diferentes árboles que los órganos sexuales femeninos. Los masculinos están en pequeñas flores agrupadas en amentos amarillentos, alargados y colgantes. Los amentos femeninos son verdosos y dan lugar a los frutos, unas cápsulas ovoides de color verde, agrupadas en racimos alargados y colgantes, que maduran a mediados de primavera. Entonces se abren y sueltan sus semillas dotadas de pelusilla blanca, que disemina el viento.
Los álamos se pueden reproducir o multiplicar por semillas, como hace la Naturaleza. Recolectar y sembrar tan pronto empiecen a abrirse las cápsulas. Pero habitualmente se propagan por estacas, estaquillas o esquejes de ramas jóvenes del año anterior, desde mediados hasta final del invierno.
ÁLAMO NEGRO o CHOPO COMÚN (populus nigra). De tronco oscuro. De hojas verdes por ambas caras, aserradas, más anchas hacia la base, estrechándose hacia un ápice puntiagudo. Es autóctono de los países ribereños del Mediterráneo. Crece por toda España.
De hojas verdes por el haz y blanco grisáceas por el envés, anchas, con el borde ligeramente lobulado y ápice poco pronunciado. De tronco blanquecino, es autóctono de Europa, norte de África y oeste de Asia. Está presente en casi toda España.
Árbol de hoja siempre verde, blanquecina por el envés, recia, lanceolada (con forma de punta de lanza) y con el borde aserrado. De tronco con la corteza gruesa, rugosa y fofa (corcho), y con franjas verticales de color claro. Es autóctono de la mitad occidental de la cuenca mediterránea, sobre todo del norte de África y de la Península Ibérica, en donde crece en la mitad oeste, salvo el norte.
Crece en suelo (sustrato) silíceo (ácido) o neutro. En terrenos profundos, bien drenados, con más o menos humedad, en donde llueva al menos 500 litros por m/2 al año. En lugares de clima suave, pues solo soporta fríos moderados. Sin embargo, aguanta bien la sequedad de ambiente y el calor estival. Posición a pleno sol o a media sombra. Desde el nivel del mar hasta los 1.000 metros de altitud.
Florece en primavera con flores masculinas amarillentas, agrupadas en amentos estrechos, alargados y colgantes. Las flores femeninas están en el mismo árbol, aisladas o en pareja, y dan lugar a los frutos: bellotas alargadas, solitarias, con una cúpula grande y escamosa. Son de color verde que se torna marrón al madurar en otoño. Recolectad las recién caídas o a punto de caer (sacudir).
Los alcornoques se reproducen o multiplican cubriendo las bellotas con 3 cms. de tierra, desde inicio de otoño hasta empezado el invierno, una vez maduras (marrones) y recién recolectadas. Para disminuir la depredación, podemos sembrar al acabar el invierno: ponemos las bellotas en remojo durante un día, luego las enterramos ligeramente en arena o turba húmeda, no encharcada, dentro de un envase de plástico con un par de agujeritos arriba para que respiren las bellotas, que depositamos en la bandeja de las verduras de un frigorífico, a 4ºC, durante 3 meses. Cada 5 días reponemos la humedad pulverizando un poco de agua y, ya al final, miramos si alguna bellota está germinando y, de ser así, podemos sembrar. El resto se siembran al acabar el invierno. ( Si se secan las bellotas perderían su poder germinativo).
El trasplante de plantones de alcornoque hay que hacerlo con cepellón entero en primavera u otoño (regar días antes). Tras tala o incendio el alcornoque rebrota de cepa. También rebrotan las ramas de la copa tras un incendio, puesto que su gruesa corteza ha preservado el tronco, sobre todo si el fuego pasa pronto.
Árbol pequeño o mediano. De hojas caedizas, verdes hasta su caída a final del otoño, tienen forma aovada casi circular con borde dentado ligeramente ondulado, y ápice nada pronunciado. Son pegajosas (glutinosas). Es autóctono de Europa, N.O. de África, y norte, centro y oeste de Asia. De casi toda la Península Ibérica pero abunda más en el tercio norte y en el tercio oeste.
Crece en suelo (sustrato) silíceo (ácido) o neutro. En cualquier tipo de terreno, fértil o pobre, pero suelto y con humedad permanente, incluso soporta encharcamiento si el agua circula sin estancarse. Propio de climas frescos y zonas húmedas próximas a corrientes de agua y a vaguadas, hasta 1.000 msnm. El aliso enriquece el suelo fijando el nitrógeno. Soporta el calor. Y frío hasta -30ºC. Posición a pleno sol o a media sombra.
Florece a final del invierno. Las flores masculinas están agrupadas en amentos alargados, delgados y colgantes, que empezaron a formarse en otoño. Los frutos (femeninos y en el mismo árbol) son unas pequeñas piñas verdes, que se tornan color marrón oscuro al madurar en otoño. Permanecen muchos meses en el árbol y tienen una consistencia leñosa. Contienen semillas de color marrón muy pequeñas. Si recolectamos los frutos maduros antes de abrirse las escamas o cuando empiezan a abrirse, los dejamos un tiempo en lugar seco y cálido para que se vayan abriendo y liberando las semillas. Si ya han empezado a abrirse las escamas, meterlos en una bolsa de plástico, sacudir y saldrán las semillas.
El aliso común se reproduce o multiplica enterrando ligeramente las semillas en otoño.
O al inicio de la primavera, conservándolas en una bolsa de plástico porosa, sin humedad y con el mínimo de aire, a 4ºC, en la bandeja de las verduras de un frigorífico. No está de más si estratificamos las semillas los dos últimos meses de invierno, poniéndolas en arena húmeda, no encharcada, dentro de un envase de plástico cerrado, que depositamos en la bandeja de las verduras, a 4ºC. Cada 5 días reponemos humedad pulverizando un poco de agua. Sembramos las que veamos germinar. El resto, al final del invierno.
El aliso puede propagarse por estaquillas leñosas en invierno o semileñosas en verano. Y por retoños.
Árbol de tamaño mediano. De hoja caediza, lanceolada (forma de punta de lanza) con ápice puntiagudo, y con el borde aserrado. Tiene el tronco derecho con la corteza lisa de color gris. Es autóctono del sur de Europa, oeste de Asia y norte de África. De forma dispersa puede encontrarse en casi toda la Península Ibérica, salvo en el norte más húmedo de España y salvo en el sur de Portugal.
Crece en suelo (sustrato) silíceo (ácido), neutro, calizo (básico), incluso muy calizo. En terrenos fértiles o pobres, incluso pedregosos, pero sueltos, frescos y húmedos sin encharcar. Crece junto a los ríos y arroyos, en los barrancos y laderas umbrías, y en los valles y vaguadas. Clima atemperado y suave. Resiste el calor y la sequía, pero no el frío continuado, aunque sea capaz de soportar heladas aisladas.
Florece a final de invierno y en primavera. Las flores masculinas son pequeñas, de color verdoso y blanquecino. Las femeninas, en el mismo árbol, verdosas, también pequeñas, dan lugar al fruto, la almeza o almecina, una drupa carnosa, esférica de 1 cm. de diámetro, verde que se tornará amarilla, y luego de color azul oscuro casi negro al madurar en otoño. Puede permanecer hasta final del invierno en el árbol, por lo que se puede prolongar la recolección. Cada fruto contiene una solo y duro hueso, con una semilla dentro.
El almez se reproduce o multiplica por semillas, enterrándolas ligeramente en otoño o en invierno directamente en el campo o en semillero, una vez limpias de toda pulpa.
Se mejora el índice de germinación sembrando en primavera: las remojamos un día entero y las estratificamos en frío durante el invierno, poniéndolas en arena húmeda, no encharcada, en un envase de plástico cerrado, que depositamos en la bandeja de las verduras de un frigorífico, a unos 4ºC. Cada 5 días reponemos humedad pulverizando un poco de agua. Si vemos germinar alguna semilla la sembramos. Las demás, al acabar el invierno. Se omite la estratificación recolectando a final del invierno.
Asimismo, el almez puede reproducirse por estacas, leñosas en invierno, semileñosas al empezar el verano. El almez es capaz de rebrotar de cepa y de raíz tras ser talado o tras el paso de un incendio.
Flores, frutos y semillas de Almez común (celtis australis). Hice las fotografías en Parque Juan Carlos I, y en Real Jardín Botánico, Paseo del Prado, Madrid. |
Los arces son árboles de tamaño mediano y de hoja caediza. Muy rústicos, soportan los climas más diversos y se desarrollan bien en terrenos profundos y frescos. Aguantan fríos y heladas.
Florecen en primavera, con flores agrupadas en racimos. Sus frutos son parejas de sámaras (disámaras), dos nuececillas, cada una con una semilla, dotadas de alas verde amarillentas. Perduran en el árbol en gran número durante varios meses después de la caída de las hojas, por lo que puede demorarse la recolección hasta que vayamos a utilizar las semillas. Cuando maduran en otoño adquieren un color tostado o marrón.
El arce se reproduce o multiplica por semillas maduras (marrones), enterrándolas ligeramente en otoño.
O en primavera. Desde la recolección, las ponemos en una bolsa de plástico porosa, sin humedad y con el mínimo de aire, que depositamos en la bandeja de las verduras de un frigorífico (4ºC más o menos). Acabado el invierno sembramos las semillas. No está de más, para mejorar el índice de germinación, estratificar las semillas en frío durante los dos últimos meses de invierno, poniéndolas en arena húmeda, no encharcada, dentro de un envase de plástico cerrado que depositamos en la misma bandeja de las verduras (4ºC). Cada 5 días reponemos humedad pulverizando un poco de agua. Si vemos alguna semilla germinando, la sembramos. Las demás, al acabar el invierno.
Los arces se reproducen también por retoños (brotes de la raíz). Rebrotan de cepa tras tala o incendio.
Arce moscón, arce menor, arce común, arce silvestre (acer campestre).
Árbol pequeño o mediano con hojas divididas en 5 lóbulos dispuestos como la palma de una mano. Flores amarillentas en racimos erguidos. Los frutos (femeninos y en el mismo árbol) son sámaras casi horizontales entre sí. Autóctono de Europa, Asia Menor y Argelia en el norte de África. En España es autóctono en la mitad norte (Cordillera Cantábrica, Pirineos, Sistema Ibérico). Cualquier tipo de suelo, pero mejor calizo. Se desarrolla mejor en zonas templadas, pero es capaz de soportar el frío. No aguanta sequías fuertes. Posición a pleno sol o a media sombra. De 0 a 1.200 msnm.
Flores, frutos y semillas de Arce menor o común (acer campestre). Hice las fotografías en el Arboreto Luis Ceballos, El Escorial, y en el Arboreto Giner de los Ríos, El Paular, Madrid. |
Flores, frutos y semillas de Arce falso plátano, arce blanco, sicomoro (acer pseudoplatanus). Hice las fotografías en el Real Jardín Botánico (RJB), Paseo del Prado, Madrid. |
Flores frutos y semillas de Arce de Montpellier (acer monspessulanum). Hice las fotografías en el Arboreto Luis Ceballos, San Lorenzo de El Escorial, Madrid. Localización en su plano: J8 |
Arbusto o arbolillo de hoja caediza, aovada casi circular con ápice pequeño, tomentosa por ambas caras y de borde aserrado. Muy ramificado desde abajo, y con numerosos renuevos de sus muchas raíces. Autóctono de Europa, norte de África y oeste de Asia. En la Península Ibérica tiene más presencia en la mitad norte, salvo las zonas más áridas de Castilla y León y del valle del Ebro. También está presente en Sierra Nevada.
Crece en suelos (sustratos) silíceos (ácidos), neutros, pero mejor en los calizos (básicos). En terrenos sueltos, húmedos bien drenados y con humedad ambiental. Mejor a la sombra o a media sombra. Es más bien de climas templados pero es capaz de resistir fríos, heladas y calores. No soporta la sequía.
Florece antes de finalizar el invierno, con flores masculinas agrupadas en amentos amarillentos, alargados y estrechos. Las femeninas, en el mismo árbol, son pequeños botones aovados coronados por sus estilos rojo rosáceos. El fruto, la avellana, es redondeado, rodeado por un conjunto de hojas pequeñas (brácteas). De color verde claro se torna marrón cuando madura a final del verano o inicio del otoño.
El avellano se reproduce o multiplica por esquejes o estacas y por retoños. El avellano tiende a ser arbusto si no se le quitan los numerosos retoños que le brotan alrededor. Obtendremos otros avellanos plantando esos retoños en otra parte.
Asimismo, el avellano se propaga por semillas, enterrándolas con cáscara (como hace la naturaleza) mediado el otoño. También se siembran en primavera. Una vez recolectadas, las tenemos unos días a temperatura ambiente, incluido algo de sol, para que sequen. Hasta final de otoño las conservamos dentro de una bolsa porosa, sin humedad y con mínimo de aire, en la bandeja de las verduras de un frigorífico. Durante el invierno se ponen en arena húmeda, no encharcada, en un envase de plástico cerrado, que ponemos en la bandeja de las verduras (4ºC), (estratificación fría, por la que imitamos los rigores del invierno en campo abierto). Cada 5 días reponemos humedad pulverizando un poco de agua. Se siembran según germinen o al acabar el invierno.
El trasplante de plantones es fácil en invierno y primavera. El avellano rebrota de cepa tras tala o incendio.
Árbol pequeño o mediano de porte más o menos cónico. De hojas caducas, aovadas, el doble de largas que anchas, de borde aserrado y ápice puntiagudo. Cuando se secan en otoño no caen, sino que persisten hasta mediado el invierno (marcescencia). De follaje denso, ramifica desde abajo. Autóctono de Europa y de Anatolia (Turquía). En España solo alcanza a la cuenca del Bidasoa, N.O. de Navarra.
Crece en suelo (sustrato) calizo (básico), en el neutro y en el ligeramente silíceo (ácido). En terreno fresco, húmedo, bien drenado, con humedad ambiental. De clima templado pero resiste bien el calor y el frío (hasta -20ºC). A pleno sol, a media sombra o en umbría. No le va la proximidad del mar, ni el clima seco.
Florece mediada la primavera, con flores masculinas agrupadas en amentos estrechos, alargados, amarillentos. Las flores femeninas, en el mismo árbol y en amentos algo más largos, dan lugar a los frutos del carpe, pequeñas nuececillas de menos de un cm., protegidas por tres hojuelas alargadas (trifolio). Maduran en otoño, pasando del color verde al marrón.
El carpe se reproduce o multiplica por semillas, sembrándolas maduras recién recolectadas en otoño. Pueden germinar en la primera primavera o retrasarse a la segunda. Recolectadas antes, cuando empiezan a perder su verdor y no están maduras del todo, y sembradas de inmediato, puede dar mejor resultado.
Para acelerar y mejorar el índice de germinación, se pueden sembrar en primavera. Recolectadas maduras en otoño, se ponen sobre arena húmeda, no encharcada, en un envase de plástico cerrado, a unos 23ºC (vale el interior de vivienda habitada), hasta final de otoño (estratificación caliente). Al iniciarse el invierno, pasamos el envase a la bandeja de las verduras de un frigorífico, a 4ºC (estratificación fría, que reproduce el rigor invernal del campo abierto). Durante ambas estratificaciones, cada 5 días reponemos humedad pulverizando un poco de agua. Se siembran según vayan germinando. El resto, al final del invierno.
El trasplante de plantones es delicado, debe hacerse con el cepellón entero (regar el día anterior), mejor en contenedor definitivo. También puede multiplicarse el carpe por esquejes en primavera y por acodos (tiene ramas muy bajas).
Flores, frutos y semillas de Carpe blanco europeo (carpinus betulus). Hice estas fotografías en el Real Jardín Botánico Alfonso XIII, Av. Complutense, Ciudad Universitaria, Madrid. |
CASTAÑO (castanea sativa): ver en Árboles y Arbustos NATURALIZADOS en España, por orden alfabético
CEDRO DE CANARIAS o Cedro canario (juniperus cedrus).
Este enebro es un arbusto, arbolillo o árbol muy parecido al enebro de la miera (juniperus oxycedrus). De crecimiento lento pero muy longevo. De hojas siempre verdes y aciculares, de color verde algo azulado. De ramillas finas y colgantes, que le dan un porte llorón. Es autóctono y endémico de casi todas las Islas Canarias y de Madeira.
Crece en suelos volcánicos. Como todos los enebros, es una planta muy rústica, capaz de soportar condiciones de clima y suelo que no soportan las demás especies: bajas y altas temperaturas, sequedad de suelo y sequedad ambiental. Posición a pleno sol. Crece desde 500 msnm hasta 2.200 msnm, incluso más.
Como conífera el cedro de Canarias no tiene flores, sino conos, que salen desde mediados de invierno. Los masculinos amarillentos muy pequeños. Los frutos del cedro de Canarias se dan en los ejemplares femeninos (dioico), a partir de conos (≈flores) muy pequeños. También se llaman conos o gálbulos casi esféricos, de hasta 1,5 cms. de diámetro, de color verde, que se tornan color marrón anaranjado cuando maduran a los 18 meses, en otoño o en invierno. Cada fruto contiene hasta 3 semillas.
El cedro de Canarias se reproduce o multiplica por semillas, enterrándolas ligeramente en otoño o invierno. Pueden tardar hasta 2 ó 3 años en germinar o no hacerlo. Antes se limpia la pulpa, poniendo los frutos en remojo. Conviene escarificar las semillas restregándolas contra superficie dura y rugosa (lija, lima), lo que facilita que penetre la humedad más pronto. En la naturaleza la escarificación la realizan las aves que comen los frutos con los ácidos de su aparato digestivo. Si sembramos frutos no del todo maduros, tanto mejor.
Para controlar, acelerar y mejorar el índice de germinación se siembra en primavera: extraídas las semillas del fruto, limpias de pulpa y lavadas, y escarificadas como queda dicho, se ponen sobre arena o turba húmeda, no encharcada, dentro de un envase de plástico cerrado, a unos 22ºC (interior de casa habitada) (estratificación caliente). Al inicio del invierno se pone el envase en la bandeja de las verduras de un frigorífico, a 4ºC (estratificación fría). Durante ambas estratificaciones, cada 5 días, reponemos humedad pulverizando un poco de agua. Sembramos según vayan germinando las semillas. Las demás, al acabar el invierno. Si recolectamos a final de otoño o en invierno, hacemos solo estratificación fría.
El cedro de Canarias NO rebrota tras tala o incendio. No se reproduce vegetativamente.
CEREZO silvestre (Prunus avium): Otros nombres: Cerezo dulce, cerezo de monte, cerezal, albaruco.
ver en Árboles y Arbustos NATURALIZADOS en España, por orden alfabético
CEREZO ALISO (prunus padus). Otros nombres: cerezo de racimos, pado, cerisuela.
Arbusto o arbolillo de hoja caediza, aovada, con ápice alargado y borde algo aserrado. Ramifica desde abajo con ramas largas, más o menos horizontales, resultando un porte bajo y ancho. Es autóctono de Europa, del oeste de Asia (salvo el sur) y del noroeste de África (Atlas). Autóctono de la mitad norte de la Península Ibérica (España y Portugal), en donde se halla muy disperso en montes y montañas, hasta 2.000 msnm.
Crece en suelo (sustrato) silíceo (ácido) o neutro. En terrenos más o menos profundos, aunque también en pedregales, pero frescos y húmedos, preferentemente cerca de corrientes de agua y con ambiente húmedo. Resiste fríos y heladas de hasta -20ºC, más o menos. Posición de pleno sol o a media sombra.
Florece en primavera con flores hermafroditas (órganos masculinos y femeninos en la misma flor), blancas y pequeñas, agrupadas en gran número en racimos alargados. Los frutos del cerezo aliso son drupas redondas, pequeñas de hasta 1 cm. Son verdes y, al madurar a final de la primavera o inicio del verano, se tornarán rojas y finalmente negras, si antes no se las comen las aves.
El cerezo aliso se reproduce o multiplica por semillas, enterrando los huesos una vez quitada la pulpa. Se facilita y acelera la germinación escarificando los huesos, restregándolos suavemente contra superficie dura y rugosa (lija, lima, piedra). Si no, quizá se demore la germinación hasta la primera o la segunda primavera.
Se pueden sembrar al acabar el invierno. Conservamos los huesos en bolsa de plástico porosa o en envase hermético en la bandeja de las verduras de un frigorífico. El último mes de otoño se ponen en arena húmeda, no encharcada, dentro de envase cerrado, que tenemos a la temperatura ambiente en casa habitada, algo más de 20º (estratificación caliente). Durante el invierno pasamos ese envase a la bandeja de verduras del frigorífico, a 4ºC (estratificación fría). Durante ambas estratificaciones reponemos humedad cada 5 días pulverizando un poco de agua. Sembramos las semillas según vayan germinando o al acabar el invierno.
También se propaga por retoños y estacas leñosas a final del invierno, y por esquejes semileñosos en verano.
CEREZO DE SANTA LUCIA (prunus mahaleb). Otros nombres: cerecino, marel.
Arbolillo, a veces arbusto, de hoja caediza, aovada con el borde con pequeños dientes redondeados y de ápice puntiagudo. Muy ramificado, no espinoso, es autóctono del centro y sur de Europa, oeste de Asia y noroeste de África. En España es autóctono en la Cordillera Cantábrica y Pirineos, en las montañas del Sistema Ibérico (Burgos y Soria) y en las montañas de la mitad este de Andalucía.
Crece en suelo (sustrato) calizo (básico). En terrenos frescos y húmedos, incluso pobres y pedregosos, en claros del bosque, en laderas umbrosas, en barrancos, cerca de torrentes, en altitudes de 600 a 1.800 msnm. A plena luz o a media sombra. Aguanta temperaturas bajas, de hasta -20ºC.
En primavera tiene una abundante floración, de flores pequeñas, blancas y hermafroditas (órganos masculinos y femeninos en la misma flor). El fruto es una drupa pequeña, máximo de 1 cm., aovada o redondeada, de color verde, que se torna rojo y acaba negro al madurar, a final de la primavera o inicio del verano. El fruto debe recolectarse bien maduro, si las aves no lo comen antes. Contiene una sola semilla.
Los cerezos se reproducen o multiplican enterrando sus semillas en otoño. Nacerán en la primera o segunda primavera. Si escarificamos los huesos, restregando contra superficie dura y rugosa (lija, lima, piedra…) facilitamos la entrada de humedad y que germinen antes y mejor.
También se pueden sembrar en primavera, guardándolas escarificadas en bolsa porosa, sin humedad y con el mínimo aire, en el cajón de las verduras de la nevera (4ºC.) Al inicio del invierno se ponen en (y cubiertas de) arena húmeda, no encharcada, en un envase de plástico cerrado, que metemos en el mismo cajón de las verduras. Cada 5 días reponemos humedad pulverizando algo de agua. Sembramos según germinen o iniciada la primavera.
Un modo de acelerar y mejorar la germinación: Recolectar las semillas no completamente maduras, no están rojas del todo, así no tienen ninguna latencia. Escarificamos los huesos y sembramos enseguida a pleno sol. Nacerán en unos días. Así lo explica Juan, de Mundani, casi al final de la siguiente dirección: http://foroantiguo.infojardin.com/showthread.php?t=156632
Las variedades cultivadas se obtienen por injerto realizado sobre pies de cerezos nacidos de semilla u obtenidos de retoño de cerezo. http://www.jardin-mundani.com/empelts/INJERTOS.htm
El cerezo de Santa Lucía también se propaga por estacas de más de dos años.
CIPRÉS o Sabina de CARTAGENA, ARAAR (tetraclinis articulata). Otros nombres. Ciprés de la Unión, ciprés ramoso, sabina mora, tuya de Berbería, alerce africano.
Este arbusto, arbolillo o árbol pequeño es una conífera siempre verde de la familia de las cupresáceas, que cuando es joven tiene forma piramidal y las hojas aciculares, algunas algo azuladas, muy parecidas a las de los enebros. De adulto su copa es extendida e irregular. Es de lento crecimiento, pero muy longevo. Autóctono de N.O. de África (cordillera del Atlas, Melilla), de las sierras de La Unión en el Campo de Cartagena (España), y de Malta.
Crece mejor en suelo (sustrato) calizo o calcáreo (básico). En terrenos poco profundos, pobres, pedregosos, incluso en dunas. Clima templado o cálido y seco. Solo aguanta fríos de pocos grados bajo cero. Se sitúa a pleno sol en cerros y pendientes de los montes, desde 0 a 700 msnm, pero puede vivir por encima de 1.000 msnm.
Como conífera el ciprés o sabina de Cartagena no tiene flores, sino conos, que salen desde otoño. Los conos masculinos pequeños y amarillos situadas al final de las ramillas. Los frutos (femeninos y en el mismo árbol) del ciprés de Cartagena son gálbulos o conos de hasta 1,5 cms., redondeados al principio, en los que sobresalen los ápices de sus escamas. Luego sus 4 escamas se tornan en 4 caras cóncavas. Su color verde azulado se torna marrón y leñoso al madurar a final del verano. Empezarán a abrirse y en otoño liberan las semillas (hasta 6), provistas de dos alas laterales membranosas. Se recolectan los frutos marrones, del árbol o del suelo, mejor sin abrirse del todo pues habrían volado las semillas. Las tenemos unos días a temperatura ambiente, incluso al sol, y completamos su apertura manualmente.
El araar, ciprés o sabina de Cartagena se reproduce o multiplica por semillas, enterrándolas ligeramente en otoño, mejor si las tenemos medio día en remojo.
También se pueden sembrar al inicio de la primavera. Hasta entonces, conservamos las semillas en frío y en seco. La mejor manera: dentro de una bolsa de plástico porosa, con el mínimo de aire y sin humedad, que depositamos en la bandeja de las verduras de un frigorífico, cuya temperatura es de 4ºC, más o menos.
El araar, ciprés o sabina de Cartagena es capaz de rebrotar tras ser talado o tras el paso de un incendio.
DRAGO DE CANARIAS (dracaena draco). Otros nombres: drago canario, drago de África, drago, draco.
Planta siempre verde de porte arbóreo, de tronco (tallo) rugoso ramificado en lo más alto, formando una copa de hojas carnosas, grandes (unos 50 cms.) y gruesas, de color verde azulado. El drago de Canarias es muy longevo y de lento crecimiento: un metro en 10 años. Tarda unos 15 años en ramificar, por lo que de joven es un conjunto de hojas en forma de cintas, verdes y erguidas, nada parecido al aspecto que tienen con el paso de muchos años. Es autóctono de algunas de las Islas Canarias y de otras islas atlánticas cercanas al norte de África, y del oeste de Marruecos (Macaronesia). Tiene la savia rojiza: sangre de drago.
Crece en cualquier tipo de suelo (sustrato), incluso en el calizo (básico), pero no en el salino. En terrenos pobres y áridos, desde 100 a 600 msnm. No tolera el encharcamiento, el riego debe ser escaso. De clima cálido y posición a pleno sol o a media sombra, tolera los ambientes secos y aguanta los fríos si son suaves.
Florece a final de primavera y en verano, a partir de los 15 años de edad, más o menos, con flores pequeñas de color blanco verdoso agrupadas en espiga. Son hermafroditas (en la misma flor están los órganos sexuales masculino y femenino). Los frutos del Drago de Canarias son drupas redondas de 1 a 1,5 cms., de color verde, que se torna anaranjado al madurar a final de otoño y en invierno. Pueden permanecer en la planta casi doce meses. Podemos prolongar la recolección, se extrae la única semilla de cada fruto, se limpia bien la pulpa y se lava.
El drago de Canarias se reproduce o multiplica fácilmente por semillas, enterrándolas ligeramente en Canarias en otoño, invierno o primavera. Regando un poco, en algo más de un mes nacerán. Decimos Canarias donde suponemos temperaturas cálidas, de alrededor de 24º. El trasplante de plantones se hace en verano.
El drago de Canarias también se reproduce por esquejes terminales de tallos o de raíz.
ENCINA (quercus ilex). Otros nombres: carrasca, chaparro/a.
Árbol siempre verde de copa grande y redondeada. De tronco relativamente corto. De hojas recias con puntitas espinosas en el borde cuando son jóvenes y solo en las ramas bajas cuando son adultas. Es autóctono de los países ribereños del Mediterráneo. Es el más representativo de España, aunque no se da en el noroeste de la Península Ibérica. Predomina en el norte y noreste la variedad Quercus Ilex Ilex, de bellotas amargas. Y en el centro, sureste, sur y oeste la variedad Quercus Ilex Ballota o Rotundifolia, de bellotas dulces. Ésta última está presente en Portugal, salvo en casi todo el oeste más próximo al Atlántico.
Crece en suelo (sustrato): silíceo (ácido), calizo (básico) o neutro, pero NO en los salinos y yesíferos. Capaz de vivir en terrenos secos y con sequedad ambiental. También en terrenos algo húmedos, bien drenados. Aguanta el frío continental, el calor estival y mucha exposición al sol. Desde cotas bajas hasta 1.500 msnm.
Florece en primavera con flores masculinas amarillas, reunidas en abundantes amentos colgantes. Aunque la encina es monoica, hay encinas con muchas flores masculinas, y otras en donde predominan las flores femeninas, pequeñas, casi siempre aisladas, que dan lugar a los frutos: las bellotas (glandes), acopladas a una cúpula. De color verde, se tornan marrones al madurar en otoño. Hay bellotas en la encina casi todo el otoño.
La encina se reproduce o multiplica por semillas (bellotas), enterrándolas durante todo el otoño bajo 2 ó 3 cms. de tierra cuando han madurado (marrones), una vez recolectadas del propio árbol o recién caídas.
También se pueden sembrar a final del invierno con objeto de disminuir el tiempo de exposición a los depredadores o a las heladas. Pero como van perdiendo su poder germinativo al secarse (recalcitrantes) con el paso de los días, las remojamos y las conservamos hasta su siembra en la bandeja de las verduras del frigorífico, a 4ºC, dentro de un envase de plástico con un par de agujeritos arriba para que respiren las bellotas. Cada 4 ó 5 días abrimos el envase y reponemos la humedad pulverizando un poco de agua.
También puede reproducirse por retoños. Esta especie no responde bien al trasplante de plantones. Es preferible la siembra directa de bellotas en el terreno definitivo. La encina y la coscoja rebrotan de cepa y de raíz, tras ser taladas o tras el paso de un incendio.
(Quercus coccifera): coscoja, chaparro, chaparra, carrasquilla, carrasquizo.
Arbusto achaparrado del grupo de las encinas + info en Arbustos Autóctonos de España, por orden alfabético
ENEBROS (juniperus communis y juniperus oxycedrus).
Estos enebros son dioicos, con árboles que solo tienen conos (≈flores) masculinos, amarillentos y pequeños, que polinizan. Y otros ejemplares que solo tienen conos (≈flores) femeninos, amarillo verdosos, pequeños y redondeados, que serán los frutos.
Las semillas de los enebros y las sabinas germinan con dificultad. Si las sembramos sin más, una vez maduras y quitada bien la pulpa, pueden tardar hasta 2 años en germinar o no hacerlo nunca.
Para facilitar la entrada de humedad, y con ello la germinación, debemos ablandar y desgastar su dura cobertura mediante la escarificación: restregamos ligeramente las semillas contra superficie dura y rugosa (lija, lima, rascador, piedra,…), o las batimos mezcladas con arena gorda o gravilla dentro de un bote, durante unos 10 minutos. O las sumergimos en ácido sulfúrico concentrado al 90% durante algo más de media hora y a continuación lavamos con agua. (En la naturaleza algunos animales se tragan los frutos, y los ácidos de sus aparatos digestivos escarifican las semillas, excretándolas a continuación).
Una vez escarificadas, tenemos 4 opciones:
A. Sembrar las semillas enterrando ligeramente. La recolección de los frutos puede hacerse desde inicio del otoño a final del invierno. Pero mejora el resultado si recolectamos los frutos no completamente maduros, esto es, cuando han empezado a ponerse azules o rojizos, según el tipo de enebro, que veremos más abajo.
Pero para controlar, acelerar y mejorar la germinación, sometemos las semillas a estos tratamientos:
B. Si recolectamos los frutos antes de empezar el invierno. Escarificamos las semillas y las ponemos sobre arena o turba húmeda, no encharcada, dentro de un envase de plástico cerrado, que tendremos a unos 22ºC, temperatura del interior de una casa habitada (estratificación caliente). Nada más empezado el invierno, pasamos el envase a la bandeja de las verduras de un frigorífico, cuya temperatura suele estar a unos 4ºC, imitando así los rigores del invierno que sufrirían en campo abierto (estratificación fría). Durante ambas estratificaciones, cada 4 ó 5 días reponemos humedad pulverizando un poco de agua. Ya al final, miramos si alguna semilla está germinando. De ser así, la sembramos. El resto se siembran al acabar el invierno.
C. Si recolectamos los frutos iniciado el invierno, sólo hacemos la estratificación fría.
D. Si tenemos la oportunidad de recolectar frutos a final del invierno, del árbol o del suelo, las semillas ya han pasado el invierno en la naturaleza (dormancia, latencia, hibernación). Limpiar, escarificar y sembrar.
El enebro también se reproduce por estacas: tomar ramas nuevas sacadas de ramas viejas. Y por acodos.
Crece en cualquier tipo de suelo: silíceo (ácido), calizo (básico) o neutro. En todo tipo de terreno, incluso pobre. Posición a pleno sol o a media sombra. Muy resistente a la sequía, al frío y a las heladas. De media montaña, aunque puede crecer desde los 0 msnm.
Los frutos, gálbulos, son conos esféricos de menos de 1 cm. de diámetro, formado por varias escamas fusionadas, y solo aparecen en los enebros hembra. De color verde glauco, se tornan color azul oscuro casi negro cuando maduran en el 2º otoño, época en la que coinciden en el árbol frutos de ambos colores, maduros e inmaduros.
ENEBRO de la miera (juniperus oxycedrus). Otros nombres: enebro rojo, oxicedro, cedro de España.
Arbusto o arbolillo siempre verde, muy ramoso y con mucho follaje, de hojas aciculares y punzantes. Autóctono del sur de Europa, norte de África y oeste de Asia. De toda España, salvo en el húmedo norte y más escaso en el tercio oeste. Escasea en Portugal.
Crece en suelo (sustrato): silíceo (ácido), calizo (básico) o neutro. En todo tipo de terreno, incluso pedregoso y seco, pero no si es muy húmedo. Resiste grandes fríos y calores. Posición a pleno sol o a media sombra. Es uno de los árboles más resistentes a las condiciones extremas de clima y aridez del suelo.
Florece en invierno. Su fruto es un cono (gálbulo) esférico, de 1 cm. de diámetro más o menos, con la marca de un pequeño triángulo. Es de color verde, que se torna marrón rojizo al madurar en el segundo otoño. Puede contener hasta 3 semillas. Los frutos permanecen en el árbol durante meses, por lo que podemos prolongar el momento de la recolección. Coinciden frutos maduros e inmaduros en otoño e invierno.
Este enebro es un arbusto, arbolillo o árbol muy parecido al enebro de la miera (juniperus oxycedrus). De crecimiento lento pero muy longevo. De hojas siempre verdes y aciculares, de color verde algo azulado. De ramillas finas y colgantes, que le dan un porte llorón. Es autóctono y endémico de casi todas las Islas Canarias y de Madeira.
Crece en suelos volcánicos. Como todos los enebros, es una planta muy rústica, capaz de soportar condiciones de clima y suelo que no soportan las demás especies: bajas y altas temperaturas, sequedad de suelo y sequedad ambiental. Posición a pleno sol. Crece desde 500 msnm hasta 2.200 msnm, incluso más.
Como conífera el cedro de Canarias no tiene flores, sino conos, que salen desde mediados de invierno. Los masculinos amarillentos muy pequeños. Los frutos del cedro de Canarias se dan en los ejemplares femeninos (dioico), a partir de conos (≈flores) muy pequeños. También se llaman conos o gálbulos casi esféricos, de hasta 1,5 cms. de diámetro, de color verde, que se tornan color marrón anaranjado cuando maduran a los 18 meses, en otoño o en invierno. Cada fruto contiene hasta 3 semillas.
El cedro de Canarias se reproduce o multiplica por semillas, enterrándolas ligeramente en otoño o invierno. Pueden tardar hasta 2 ó 3 años en germinar o no hacerlo. Antes se limpia la pulpa, poniendo los frutos en remojo. Conviene escarificar las semillas restregándolas contra superficie dura y rugosa (lija, lima), lo que facilita que penetre la humedad más pronto. En la naturaleza la escarificación la realizan las aves que comen los frutos con los ácidos de su aparato digestivo. Si sembramos frutos no del todo maduros, tanto mejor.
Para controlar, acelerar y mejorar el índice de germinación se siembra en primavera: extraídas las semillas del fruto, limpias de pulpa y lavadas, y escarificadas como queda dicho, se ponen sobre arena o turba húmeda, no encharcada, dentro de un envase de plástico cerrado, a unos 22ºC (interior de casa habitada) (estratificación caliente). Al inicio del invierno se pone el envase en la bandeja de las verduras de un frigorífico, a 4ºC (estratificación fría). Durante ambas estratificaciones, cada 5 días, reponemos humedad pulverizando un poco de agua. Sembramos según vayan germinando las semillas. Las demás, al acabar el invierno. Si recolectamos a final de otoño o en invierno, hacemos solo estratificación fría.
El cedro de Canarias NO rebrota tras tala o incendio. No se reproduce vegetativamente.
Conos (≈flores) femeninos, frutos y semillas de Cedro de Canarias, cedro canario (juniperus cedrus). Hice estas fotografías en el Real Jardín Botánico, Paseo Prado, Madrid. |
CEREZO silvestre (Prunus avium): Otros nombres: Cerezo dulce, cerezo de monte, cerezal, albaruco.
ver en Árboles y Arbustos NATURALIZADOS en España, por orden alfabético
CEREZO ALISO (prunus padus). Otros nombres: cerezo de racimos, pado, cerisuela.
Arbusto o arbolillo de hoja caediza, aovada, con ápice alargado y borde algo aserrado. Ramifica desde abajo con ramas largas, más o menos horizontales, resultando un porte bajo y ancho. Es autóctono de Europa, del oeste de Asia (salvo el sur) y del noroeste de África (Atlas). Autóctono de la mitad norte de la Península Ibérica (España y Portugal), en donde se halla muy disperso en montes y montañas, hasta 2.000 msnm.
Crece en suelo (sustrato) silíceo (ácido) o neutro. En terrenos más o menos profundos, aunque también en pedregales, pero frescos y húmedos, preferentemente cerca de corrientes de agua y con ambiente húmedo. Resiste fríos y heladas de hasta -20ºC, más o menos. Posición de pleno sol o a media sombra.
Florece en primavera con flores hermafroditas (órganos masculinos y femeninos en la misma flor), blancas y pequeñas, agrupadas en gran número en racimos alargados. Los frutos del cerezo aliso son drupas redondas, pequeñas de hasta 1 cm. Son verdes y, al madurar a final de la primavera o inicio del verano, se tornarán rojas y finalmente negras, si antes no se las comen las aves.
El cerezo aliso se reproduce o multiplica por semillas, enterrando los huesos una vez quitada la pulpa. Se facilita y acelera la germinación escarificando los huesos, restregándolos suavemente contra superficie dura y rugosa (lija, lima, piedra). Si no, quizá se demore la germinación hasta la primera o la segunda primavera.
Se pueden sembrar al acabar el invierno. Conservamos los huesos en bolsa de plástico porosa o en envase hermético en la bandeja de las verduras de un frigorífico. El último mes de otoño se ponen en arena húmeda, no encharcada, dentro de envase cerrado, que tenemos a la temperatura ambiente en casa habitada, algo más de 20º (estratificación caliente). Durante el invierno pasamos ese envase a la bandeja de verduras del frigorífico, a 4ºC (estratificación fría). Durante ambas estratificaciones reponemos humedad cada 5 días pulverizando un poco de agua. Sembramos las semillas según vayan germinando o al acabar el invierno.
También se propaga por retoños y estacas leñosas a final del invierno, y por esquejes semileñosos en verano.
Flores, frutos y semillas de Cerezo aliso (prunus padus). Hice estas fotografías en el Real Jardín Botánico Alfonso XIII, Av. Complutense, Madrid |
Arbolillo, a veces arbusto, de hoja caediza, aovada con el borde con pequeños dientes redondeados y de ápice puntiagudo. Muy ramificado, no espinoso, es autóctono del centro y sur de Europa, oeste de Asia y noroeste de África. En España es autóctono en la Cordillera Cantábrica y Pirineos, en las montañas del Sistema Ibérico (Burgos y Soria) y en las montañas de la mitad este de Andalucía.
Crece en suelo (sustrato) calizo (básico). En terrenos frescos y húmedos, incluso pobres y pedregosos, en claros del bosque, en laderas umbrosas, en barrancos, cerca de torrentes, en altitudes de 600 a 1.800 msnm. A plena luz o a media sombra. Aguanta temperaturas bajas, de hasta -20ºC.
En primavera tiene una abundante floración, de flores pequeñas, blancas y hermafroditas (órganos masculinos y femeninos en la misma flor). El fruto es una drupa pequeña, máximo de 1 cm., aovada o redondeada, de color verde, que se torna rojo y acaba negro al madurar, a final de la primavera o inicio del verano. El fruto debe recolectarse bien maduro, si las aves no lo comen antes. Contiene una sola semilla.
Los cerezos se reproducen o multiplican enterrando sus semillas en otoño. Nacerán en la primera o segunda primavera. Si escarificamos los huesos, restregando contra superficie dura y rugosa (lija, lima, piedra…) facilitamos la entrada de humedad y que germinen antes y mejor.
También se pueden sembrar en primavera, guardándolas escarificadas en bolsa porosa, sin humedad y con el mínimo aire, en el cajón de las verduras de la nevera (4ºC.) Al inicio del invierno se ponen en (y cubiertas de) arena húmeda, no encharcada, en un envase de plástico cerrado, que metemos en el mismo cajón de las verduras. Cada 5 días reponemos humedad pulverizando algo de agua. Sembramos según germinen o iniciada la primavera.
Un modo de acelerar y mejorar la germinación: Recolectar las semillas no completamente maduras, no están rojas del todo, así no tienen ninguna latencia. Escarificamos los huesos y sembramos enseguida a pleno sol. Nacerán en unos días. Así lo explica Juan, de Mundani, casi al final de la siguiente dirección: http://foroantiguo.infojardin.com/showthread.php?t=156632
Las variedades cultivadas se obtienen por injerto realizado sobre pies de cerezos nacidos de semilla u obtenidos de retoño de cerezo. http://www.jardin-mundani.com/empelts/INJERTOS.htm
El cerezo de Santa Lucía también se propaga por estacas de más de dos años.
Flores, frutos y semillas de Cerezo de Santa Lucía (prunus mahaleb). Hice las fotografías en Real Jardínn Botánico Alfonso XIII, Av. Complutense y en Real Jardín Botánico, Paseo del Prado, Madrid. |
Este arbusto, arbolillo o árbol pequeño es una conífera siempre verde de la familia de las cupresáceas, que cuando es joven tiene forma piramidal y las hojas aciculares, algunas algo azuladas, muy parecidas a las de los enebros. De adulto su copa es extendida e irregular. Es de lento crecimiento, pero muy longevo. Autóctono de N.O. de África (cordillera del Atlas, Melilla), de las sierras de La Unión en el Campo de Cartagena (España), y de Malta.
Crece mejor en suelo (sustrato) calizo o calcáreo (básico). En terrenos poco profundos, pobres, pedregosos, incluso en dunas. Clima templado o cálido y seco. Solo aguanta fríos de pocos grados bajo cero. Se sitúa a pleno sol en cerros y pendientes de los montes, desde 0 a 700 msnm, pero puede vivir por encima de 1.000 msnm.
Como conífera el ciprés o sabina de Cartagena no tiene flores, sino conos, que salen desde otoño. Los conos masculinos pequeños y amarillos situadas al final de las ramillas. Los frutos (femeninos y en el mismo árbol) del ciprés de Cartagena son gálbulos o conos de hasta 1,5 cms., redondeados al principio, en los que sobresalen los ápices de sus escamas. Luego sus 4 escamas se tornan en 4 caras cóncavas. Su color verde azulado se torna marrón y leñoso al madurar a final del verano. Empezarán a abrirse y en otoño liberan las semillas (hasta 6), provistas de dos alas laterales membranosas. Se recolectan los frutos marrones, del árbol o del suelo, mejor sin abrirse del todo pues habrían volado las semillas. Las tenemos unos días a temperatura ambiente, incluso al sol, y completamos su apertura manualmente.
El araar, ciprés o sabina de Cartagena se reproduce o multiplica por semillas, enterrándolas ligeramente en otoño, mejor si las tenemos medio día en remojo.
También se pueden sembrar al inicio de la primavera. Hasta entonces, conservamos las semillas en frío y en seco. La mejor manera: dentro de una bolsa de plástico porosa, con el mínimo de aire y sin humedad, que depositamos en la bandeja de las verduras de un frigorífico, cuya temperatura es de 4ºC, más o menos.
El araar, ciprés o sabina de Cartagena es capaz de rebrotar tras ser talado o tras el paso de un incendio.
Planta siempre verde de porte arbóreo, de tronco (tallo) rugoso ramificado en lo más alto, formando una copa de hojas carnosas, grandes (unos 50 cms.) y gruesas, de color verde azulado. El drago de Canarias es muy longevo y de lento crecimiento: un metro en 10 años. Tarda unos 15 años en ramificar, por lo que de joven es un conjunto de hojas en forma de cintas, verdes y erguidas, nada parecido al aspecto que tienen con el paso de muchos años. Es autóctono de algunas de las Islas Canarias y de otras islas atlánticas cercanas al norte de África, y del oeste de Marruecos (Macaronesia). Tiene la savia rojiza: sangre de drago.
Crece en cualquier tipo de suelo (sustrato), incluso en el calizo (básico), pero no en el salino. En terrenos pobres y áridos, desde 100 a 600 msnm. No tolera el encharcamiento, el riego debe ser escaso. De clima cálido y posición a pleno sol o a media sombra, tolera los ambientes secos y aguanta los fríos si son suaves.
Florece a final de primavera y en verano, a partir de los 15 años de edad, más o menos, con flores pequeñas de color blanco verdoso agrupadas en espiga. Son hermafroditas (en la misma flor están los órganos sexuales masculino y femenino). Los frutos del Drago de Canarias son drupas redondas de 1 a 1,5 cms., de color verde, que se torna anaranjado al madurar a final de otoño y en invierno. Pueden permanecer en la planta casi doce meses. Podemos prolongar la recolección, se extrae la única semilla de cada fruto, se limpia bien la pulpa y se lava.
El drago de Canarias se reproduce o multiplica fácilmente por semillas, enterrándolas ligeramente en Canarias en otoño, invierno o primavera. Regando un poco, en algo más de un mes nacerán. Decimos Canarias donde suponemos temperaturas cálidas, de alrededor de 24º. El trasplante de plantones se hace en verano.
El drago de Canarias también se reproduce por esquejes terminales de tallos o de raíz.
Flores, frutos y semillas de Drago de Canarias (dracaena draco). Hice las fotografías en el Jardín Botánico del Parque Genovés, Cádiz, Alameda Apodaca. |
Árbol siempre verde de copa grande y redondeada. De tronco relativamente corto. De hojas recias con puntitas espinosas en el borde cuando son jóvenes y solo en las ramas bajas cuando son adultas. Es autóctono de los países ribereños del Mediterráneo. Es el más representativo de España, aunque no se da en el noroeste de la Península Ibérica. Predomina en el norte y noreste la variedad Quercus Ilex Ilex, de bellotas amargas. Y en el centro, sureste, sur y oeste la variedad Quercus Ilex Ballota o Rotundifolia, de bellotas dulces. Ésta última está presente en Portugal, salvo en casi todo el oeste más próximo al Atlántico.
Crece en suelo (sustrato): silíceo (ácido), calizo (básico) o neutro, pero NO en los salinos y yesíferos. Capaz de vivir en terrenos secos y con sequedad ambiental. También en terrenos algo húmedos, bien drenados. Aguanta el frío continental, el calor estival y mucha exposición al sol. Desde cotas bajas hasta 1.500 msnm.
Florece en primavera con flores masculinas amarillas, reunidas en abundantes amentos colgantes. Aunque la encina es monoica, hay encinas con muchas flores masculinas, y otras en donde predominan las flores femeninas, pequeñas, casi siempre aisladas, que dan lugar a los frutos: las bellotas (glandes), acopladas a una cúpula. De color verde, se tornan marrones al madurar en otoño. Hay bellotas en la encina casi todo el otoño.
La encina se reproduce o multiplica por semillas (bellotas), enterrándolas durante todo el otoño bajo 2 ó 3 cms. de tierra cuando han madurado (marrones), una vez recolectadas del propio árbol o recién caídas.
También se pueden sembrar a final del invierno con objeto de disminuir el tiempo de exposición a los depredadores o a las heladas. Pero como van perdiendo su poder germinativo al secarse (recalcitrantes) con el paso de los días, las remojamos y las conservamos hasta su siembra en la bandeja de las verduras del frigorífico, a 4ºC, dentro de un envase de plástico con un par de agujeritos arriba para que respiren las bellotas. Cada 4 ó 5 días abrimos el envase y reponemos la humedad pulverizando un poco de agua.
También puede reproducirse por retoños. Esta especie no responde bien al trasplante de plantones. Es preferible la siembra directa de bellotas en el terreno definitivo. La encina y la coscoja rebrotan de cepa y de raíz, tras ser taladas o tras el paso de un incendio.
Flores, frutos y semillas de Encina (quercus ilex) Hice las fotografías en La Pedriza y en el Jardín Mediterráneo del Museo de Ciencias Naturales, Madrid. Y en Burgos. |
Arbusto achaparrado del grupo de las encinas + info en Arbustos Autóctonos de España, por orden alfabético
Estos enebros son dioicos, con árboles que solo tienen conos (≈flores) masculinos, amarillentos y pequeños, que polinizan. Y otros ejemplares que solo tienen conos (≈flores) femeninos, amarillo verdosos, pequeños y redondeados, que serán los frutos.
Las semillas de los enebros y las sabinas germinan con dificultad. Si las sembramos sin más, una vez maduras y quitada bien la pulpa, pueden tardar hasta 2 años en germinar o no hacerlo nunca.
Para facilitar la entrada de humedad, y con ello la germinación, debemos ablandar y desgastar su dura cobertura mediante la escarificación: restregamos ligeramente las semillas contra superficie dura y rugosa (lija, lima, rascador, piedra,…), o las batimos mezcladas con arena gorda o gravilla dentro de un bote, durante unos 10 minutos. O las sumergimos en ácido sulfúrico concentrado al 90% durante algo más de media hora y a continuación lavamos con agua. (En la naturaleza algunos animales se tragan los frutos, y los ácidos de sus aparatos digestivos escarifican las semillas, excretándolas a continuación).
Una vez escarificadas, tenemos 4 opciones:
A. Sembrar las semillas enterrando ligeramente. La recolección de los frutos puede hacerse desde inicio del otoño a final del invierno. Pero mejora el resultado si recolectamos los frutos no completamente maduros, esto es, cuando han empezado a ponerse azules o rojizos, según el tipo de enebro, que veremos más abajo.
Pero para controlar, acelerar y mejorar la germinación, sometemos las semillas a estos tratamientos:
B. Si recolectamos los frutos antes de empezar el invierno. Escarificamos las semillas y las ponemos sobre arena o turba húmeda, no encharcada, dentro de un envase de plástico cerrado, que tendremos a unos 22ºC, temperatura del interior de una casa habitada (estratificación caliente). Nada más empezado el invierno, pasamos el envase a la bandeja de las verduras de un frigorífico, cuya temperatura suele estar a unos 4ºC, imitando así los rigores del invierno que sufrirían en campo abierto (estratificación fría). Durante ambas estratificaciones, cada 4 ó 5 días reponemos humedad pulverizando un poco de agua. Ya al final, miramos si alguna semilla está germinando. De ser así, la sembramos. El resto se siembran al acabar el invierno.
C. Si recolectamos los frutos iniciado el invierno, sólo hacemos la estratificación fría.
D. Si tenemos la oportunidad de recolectar frutos a final del invierno, del árbol o del suelo, las semillas ya han pasado el invierno en la naturaleza (dormancia, latencia, hibernación). Limpiar, escarificar y sembrar.
El enebro también se reproduce por estacas: tomar ramas nuevas sacadas de ramas viejas. Y por acodos.
ENEBRO común (juniperus communis). Otros nombres: jinebro.
Arbusto o arbolillo siempre verde, de hojas aciculares y punzantes. De follaje denso y muy ramoso desde la base. Autóctono de Europa, norte de África y América del Norte. En España está presente en los Pirineos y en el prepirineo, en el Sistema Ibérico y alrededores, en el Sistema Central, en el Sistema Penibético, y en el norte de Castilla y León. También en el norte de Portugal. Crece en cualquier tipo de suelo: silíceo (ácido), calizo (básico) o neutro. En todo tipo de terreno, incluso pobre. Posición a pleno sol o a media sombra. Muy resistente a la sequía, al frío y a las heladas. De media montaña, aunque puede crecer desde los 0 msnm.
Los frutos, gálbulos, son conos esféricos de menos de 1 cm. de diámetro, formado por varias escamas fusionadas, y solo aparecen en los enebros hembra. De color verde glauco, se tornan color azul oscuro casi negro cuando maduran en el 2º otoño, época en la que coinciden en el árbol frutos de ambos colores, maduros e inmaduros.
Arbusto o arbolillo siempre verde, muy ramoso y con mucho follaje, de hojas aciculares y punzantes. Autóctono del sur de Europa, norte de África y oeste de Asia. De toda España, salvo en el húmedo norte y más escaso en el tercio oeste. Escasea en Portugal.
Crece en suelo (sustrato): silíceo (ácido), calizo (básico) o neutro. En todo tipo de terreno, incluso pedregoso y seco, pero no si es muy húmedo. Resiste grandes fríos y calores. Posición a pleno sol o a media sombra. Es uno de los árboles más resistentes a las condiciones extremas de clima y aridez del suelo.
Florece en invierno. Su fruto es un cono (gálbulo) esférico, de 1 cm. de diámetro más o menos, con la marca de un pequeño triángulo. Es de color verde, que se torna marrón rojizo al madurar en el segundo otoño. Puede contener hasta 3 semillas. Los frutos permanecen en el árbol durante meses, por lo que podemos prolongar el momento de la recolección. Coinciden frutos maduros e inmaduros en otoño e invierno.
FRESNOS (fraxinus):
Los fresnos son árboles de hoja caediza, que crecen en suelo (sustrato) silíceo (ácido), calizo (básico) o neutro. En terrenos frescos, profundos y húmedos, pero bien drenados: riberas de ríos y arroyos, barrancos, torrentes, vaguadas. Aguantan grandes fríos y calores. Posición a pleno sol o a media sombra.
Florecen a final de invierno e inicio de primavera. Los frutos de los fresnos son racimos de sámaras aplanadas y alargadas, de hasta 4 cms. Son verdes y se tornan marrones y secas al madurar en verano y en otoño. Serán dispersadas por el viento e incluso por las corrientes de agua. Muchas de ellas son vanas.
Los fresnos se reproducen o multiplican por semillas bien maduras (marrones) y recién recolectadas, cubriéndolas con una delgada capa de tierra en otoño. No es necesario quitar el ala de la sámara.
También pueden sembrarse al inicio de la primavera con el siguiente tratamiento: desde la recolección hasta que empiece el invierno ponemos las semillas en arena húmeda, no encharcada, dentro de un envase de plástico cerrado, que tendremos a la temperatura ambiente de una casa habitada (algo más de 20ºC, estratificación caliente). Durante los tres meses de invierno pasamos dicho envase a la bandeja de las verduras de un frigorífico, a unos 4ºC (estratificación fría, que reproduce el rigor invernal de la naturaleza). Durante ambas estratificaciones, reponemos la humedad cada 5 días pulverizando un poco de agua. Sembramos las semillas que veamos germinando. Las demás, al acabar el invierno.
El trasplante de plantones de fresno puede hacerse a raíz desnuda.
Los fresnos rebrotan de raíz y cepa tras ser talados o tras el paso de un incendio.
Los fresnos son árboles de hoja caediza, que crecen en suelo (sustrato) silíceo (ácido), calizo (básico) o neutro. En terrenos frescos, profundos y húmedos, pero bien drenados: riberas de ríos y arroyos, barrancos, torrentes, vaguadas. Aguantan grandes fríos y calores. Posición a pleno sol o a media sombra.
Florecen a final de invierno e inicio de primavera. Los frutos de los fresnos son racimos de sámaras aplanadas y alargadas, de hasta 4 cms. Son verdes y se tornan marrones y secas al madurar en verano y en otoño. Serán dispersadas por el viento e incluso por las corrientes de agua. Muchas de ellas son vanas.
Los fresnos se reproducen o multiplican por semillas bien maduras (marrones) y recién recolectadas, cubriéndolas con una delgada capa de tierra en otoño. No es necesario quitar el ala de la sámara.
También pueden sembrarse al inicio de la primavera con el siguiente tratamiento: desde la recolección hasta que empiece el invierno ponemos las semillas en arena húmeda, no encharcada, dentro de un envase de plástico cerrado, que tendremos a la temperatura ambiente de una casa habitada (algo más de 20ºC, estratificación caliente). Durante los tres meses de invierno pasamos dicho envase a la bandeja de las verduras de un frigorífico, a unos 4ºC (estratificación fría, que reproduce el rigor invernal de la naturaleza). Durante ambas estratificaciones, reponemos la humedad cada 5 días pulverizando un poco de agua. Sembramos las semillas que veamos germinando. Las demás, al acabar el invierno.
El trasplante de plantones de fresno puede hacerse a raíz desnuda.
Los fresnos rebrotan de raíz y cepa tras ser talados o tras el paso de un incendio.
FRESNO de la Tierra (fraxinus angustifolia).
Otros nombres: Fresno del Mediterráneo, fresno de hoja pequeña. (Angustifolia significa hoja estrecha).
Árbol de tamaño mediano. De hojas grandes por estar compuestas por un número impar de hojuelas o foliolos estrechos, dentados en el margen, ápice puntiagudo, sin peciolo (rabito). Flores muy pequeñas, bisexuales (hermafroditas) o unisexuales, a final del invierno. Los frutos son sámaras planas, alargadas y puntiagudas. Autóctono del sur y centro de Europa, norte de África y oeste de Asia. Y de Baleares y de casi toda la Península Ibérica, salvo el norte más húmedo y salvo la tierras no montañosas de Levante.
Flores, frutos y semillas de Fresno de la tierra (fraxinus angustifolia) Hice las fotografías en el Jardín Mediterráneo, Museo de Ciencias Naturales, Paseo de la Castellana, Madrid. |
Árbol grande, de hoja grande al estar compuesta de un número impar de hojuelas o foliolos aovados, con el ápice puntiagudo y el margen dentado, casi sin peciolo. Flores hermafroditas (bisexuales) o unisexuales, muy pequeñas, en primavera. Fruto en sámara plana y alargada. Autóctono de Europa y Asia Menor. Abunda en la España húmeda, en el tercio norte, en donde falta el fresno de la tierra (fraxinus angustifolia). Y algo en el Sistema Ibérico y Sistema Central.
Flores, frutos y semillas de Fresno común (fraxinus excelsior) Hice las fotografías en el Arboreto Luis Ceballos, carretera de subida al monte Abantos, El Escorial, Madrid. |
FRESNO de flor (Fraxinus ornus). Otros nombres: orno, fresno del maná.
Árbol pequeño. De hoja grande al estar compuesta por un número impar de hojuelas o foliolos aovados de ápice puntiagudo. Florece en primavera con flores hermafroditas (bisexuales) de pétalos blancos, agrupadas en grandes y vistosos racimos. Fruto en sámara plana, alargada, con el ápice truncado. Autóctono del sur de Europa. De los lugares más húmedos y umbríos de las sierras levantinas de España. Aparece en Baleares y en algunas zonas de Álava y Burgos. No tolera suelos ni ambientes salinos.
Árbol pequeño. De hoja grande al estar compuesta por un número impar de hojuelas o foliolos aovados de ápice puntiagudo. Florece en primavera con flores hermafroditas (bisexuales) de pétalos blancos, agrupadas en grandes y vistosos racimos. Fruto en sámara plana, alargada, con el ápice truncado. Autóctono del sur de Europa. De los lugares más húmedos y umbríos de las sierras levantinas de España. Aparece en Baleares y en algunas zonas de Álava y Burgos. No tolera suelos ni ambientes salinos.
HAYA común (fagus sylvatica):
Árbol de hojas caedizas, aovadas, de ápice puntiagudo y de borde algo ondulado y velloso. Son marcescentes (una vez secas en otoño no caen, sino que persisten algún tiempo). Están dispuestas en las ramillas de forma horizontal, de tal forma que apenas dejan penetrar la luz ni el sol. Es un árbol muy longevo, de gran tamaño, de corteza lisa y color gris claro, autóctono de Europa (salvo el norte más frío y el caluroso sur). En España está presente en los montes y montañas de la mitad norte: Pirineos, Cordillera Cantábrica, Macizo Galaico Leonés, Sistema Ibérico y Sistema Central.
Crece en suelos (sustratos) silíceos (ácidos), neutros, pero mejor en los calizos (básicos). En terrenos profundos, frescos y húmedos, y con humedad ambiental. Aguanta grandes fríos. Sufre con la sequía y con el calor excesivo. Habita en altitudes desde los 100 hasta casi los 2.000 msnm, en posiciones umbrosas.
Florece en primavera con flores masculinas amarillas, reunidas en amentos redondeados y colgantes. En el mismo árbol, las femeninas generan los frutos, hayucos, que están (3) dentro de una cápsula aovada, blanda con picos no punzantes, que se abre en 4 valvas al madurar a final de verano o en otoño. El hayuco tiene una forma muy peculiar (tretraedro irregular). Es de color marrón lustroso. El haya común fructifica con 35 años, más o menos.
El haya se multiplica fácilmente por semillas (hayucos), enterrándolas ligeramente, sin dejarlas secar, directamente en otoño y saldrán en primavera.
También pueden sembrarse a final del invierno. Si recolectamos muchos días antes de que finalice el otoño, conviene almacenarlos en frío y con humedad. Una buena manera es remojarlos, ponerlos en un envase de plástico con dos agujeritos arriba para que respiren los hayucos, y depositar el envase en la bandeja de las verduras de un frigorífico, cuya temperatura es de unos 4ºC. Al empezar el invierno, ponemos los hayucos en (y ligeramente cubiertos de) arena húmeda, no encharcada, dentro del mismo envase y en la misma bandeja (estratificación en frío, que reproduce los rigores que pasarían los hayucos en invierno en plena naturaleza). Cada 5 días reponemos humedad pulverizando un poco de agua. Si vemos algún hayuco germinando, lo sembramos. El resto de las semillas, al acabar el invierno.
Admite mal el trasplante de plantones. De hacerse, con cuidado para que no se deshaga el cepellón (regarlo antes).
Árbol de hojas caedizas, aovadas, de ápice puntiagudo y de borde algo ondulado y velloso. Son marcescentes (una vez secas en otoño no caen, sino que persisten algún tiempo). Están dispuestas en las ramillas de forma horizontal, de tal forma que apenas dejan penetrar la luz ni el sol. Es un árbol muy longevo, de gran tamaño, de corteza lisa y color gris claro, autóctono de Europa (salvo el norte más frío y el caluroso sur). En España está presente en los montes y montañas de la mitad norte: Pirineos, Cordillera Cantábrica, Macizo Galaico Leonés, Sistema Ibérico y Sistema Central.
Crece en suelos (sustratos) silíceos (ácidos), neutros, pero mejor en los calizos (básicos). En terrenos profundos, frescos y húmedos, y con humedad ambiental. Aguanta grandes fríos. Sufre con la sequía y con el calor excesivo. Habita en altitudes desde los 100 hasta casi los 2.000 msnm, en posiciones umbrosas.
Florece en primavera con flores masculinas amarillas, reunidas en amentos redondeados y colgantes. En el mismo árbol, las femeninas generan los frutos, hayucos, que están (3) dentro de una cápsula aovada, blanda con picos no punzantes, que se abre en 4 valvas al madurar a final de verano o en otoño. El hayuco tiene una forma muy peculiar (tretraedro irregular). Es de color marrón lustroso. El haya común fructifica con 35 años, más o menos.
El haya se multiplica fácilmente por semillas (hayucos), enterrándolas ligeramente, sin dejarlas secar, directamente en otoño y saldrán en primavera.
También pueden sembrarse a final del invierno. Si recolectamos muchos días antes de que finalice el otoño, conviene almacenarlos en frío y con humedad. Una buena manera es remojarlos, ponerlos en un envase de plástico con dos agujeritos arriba para que respiren los hayucos, y depositar el envase en la bandeja de las verduras de un frigorífico, cuya temperatura es de unos 4ºC. Al empezar el invierno, ponemos los hayucos en (y ligeramente cubiertos de) arena húmeda, no encharcada, dentro del mismo envase y en la misma bandeja (estratificación en frío, que reproduce los rigores que pasarían los hayucos en invierno en plena naturaleza). Cada 5 días reponemos humedad pulverizando un poco de agua. Si vemos algún hayuco germinando, lo sembramos. El resto de las semillas, al acabar el invierno.
Admite mal el trasplante de plantones. De hacerse, con cuidado para que no se deshaga el cepellón (regarlo antes).
LAUREL (Laurus nobilis). Otros nombres: lauro.
ver en Árboles y Arbustos NATURALIZADOS en España, por orden alfabético
ver en Árboles y Arbustos NATURALIZADOS en España, por orden alfabético
LORO (prunus lusitanica). Laurel portugués, lauroceraso de Portugal, azarero, hija o hixa en Canarias.
Árbolillo o arbusto siempre verde, de hojas grandes, oscuras, lustrosas, recias, aovadas con ápice puntiagudo y de borde aserrado. Es autóctono del S.O. de Francia, de España, de Portugal y de Macaronesia (oeste de Marruecos, Canarias, Azores, Madeira, Islas Salvajes). En la España peninsular escasea y está disperso en zonas de influencia atlántica, por el norte y por el oeste.
Crece en suelo (sustrato) silíceo (ácido) o neutro, pero también es capaz de crecer en el calizo o calcáreo (básico). Vive en cualquier tipo de terreno, incluso en los pedregosos. Pero que sean húmedos y con humedad ambiental, cerca de corrientes de agua, desde 200 a 1.100 msnm. Y con climas suaves, lluviosos y nebulosos. Resiste heladas moderadas, de hasta -8ºC. Crece y florece más a plena luz, pero también vive a la sombra.
Florece en primavera, con flores hermafroditas (ambos sexos en la misma flor), de color blanco y amarillo, pequeñas, agrupadas en gran número en racimos alargados. El fruto del loro es una drupa pequeña, ovoide, verde, luego roja, que acaba negra al madurar desde mediados del verano y en otoño. Cada fruto tiene un hueso con una semilla. Recolectar los frutos muy maduros (negros), si las aves no los han devorado antes.
El loro se reproduce o multiplica por semillas, enterrándolas ligeramente en otoño. Limpiar antes la pulpa y escarificar suavemente las semillas, restregándolas contra superficie dura y rugosa (piedra, lija, lima...).
Para controlar y mejorar el índice de germinación se puede sembrar en primavera: escarificadas las semillas, las remojamos un día y, durante 1,5 meses, se ponen en (y ligeramente cubiertos de) arena húmeda, no encharcada, en un envase de plástico cerrado, a unos 22ºC, temperatura de una casa habitada (estratificación en caliente). A continuación, durante todo el invierno, ponemos el envase en la bandeja de las verduras de un frigorífico, a 4ºC (estratificación fría). En ambas estratificaciones, cada 5 días reponemos humedad pulverizando un poco de agua. Si vemos germinar alguna semilla, se siembra. El resto, al acabar el invierno.
El laurel de Portugal también se propaga por esquejes semileñosos en verano. Y, tal y como hace el mismo loro en la naturaleza, por rebrotes de cepa y de raíz, y por acodos (acodando sus ramas bajas, generamos varios loros a su alrededor, que pueden dejarse en el mismo lugar). El loro rebrota de cepa tras incendio o ser talado..
Flores, frutos, semillas de Loro (prunus lusitanica) Hice las fotografías en el Real Jardín Botánico, Paseo del Prado, Madrid |
Arbusto o arbolillo de hojas siempre verdes parecidas a las del laurel, lanceoladas (forma de punta de lanza), algo recias, con el margen aserrado. De tronco más o menos tortuoso, es autóctono de los países ribereños del Mediterráneo, extendiéndose hasta el oeste de Francia y hasta Irlanda. Autóctono y presente en Baleares y en la Península Ibérica, salvo en las regiones más frías y en las regiones más secas.
Se desarrolla bien en suelo (sustrato) silíceo (ácido) y neutro, pero también es capaz de crecer en suelo calizo (básico). En terrenos frescos y húmedos, bien drenados, cerca de torrentes y en barrancos. Sufre con la sequía prolongada y solo aguanta fríos si son poco intensos. Situación a pleno sol (mejor) o a media sombra, y en climas más cálidos se ubica incluso a la sombra. Desde 0 hasta poco más de 1.000 msnm.
En otoño florece con flores blancas agrupadas en racimos que permanecen en invierno. Son hermafroditas (en la misma flor están los órganos sexuales masculinos y femeninos). Los frutos del madroño son bayas esféricas de 2 cms. o algo más, de color verde. Se tornan de color naranja y acaban rojas al madurar en otoño. En otoño coinciden flores y frutos maduros. Cada baya contiene muchas semillas muy pequeñas.
El madroño se reproduce o multiplica por semillas, enterrándolas ligeramente en otoño, previa separación de su pulpa densa y pegajosa. Estrujar los frutos, batir la pulpa en agua, echar el batido en un colador y a base de lavados solo quedarán las semillas y restos de los frutos, que separaremos a mano.
También pueden sembrarse al acabar el invierno, conservándolas en una bolsa porosa, sin humedad y con el mínimo de aire, a 4ºC. Pero se mejora el índice de germinación estratificándolas en frío dos meses en invierno: se ponen sobre arena o turba húmeda, no encharcada, dentro de un envase de plástico cerrado, depositado en la bandeja de las verduras de un frigorífico, en donde la temperatrura es de unos 4ºC. Cada 5 días reponemos humedad pulverizando un poco de agua. Si vemos semillas germinando, las sembramos. Las demás, al acabar el invierno.
Con mediano éxito, el madroño se reproduce por estaquillas semileñosas terminales de ejemplares jóvenes, al final de la primavera. El madroño acepta mal el trasplante. Rebrota de cepa tras tala o incendio.
Flores, frutos y semillas de Madroño (arbutus unedo). En otoño coinciden flores y frutos maduros. Hice las fotografías en el parque de El Retiro, Madrid. |
MANZANOS (malus).
Los manzanos crecen en suelo (sustrato) silíceo (ácido) y neutro, aunque son capaces de vivir en suelo calizo (básico). Se desarrollan bien en terrenos fértiles, profundos y húmedos pero bien drenados. Muy rústicos, resisten tanto el calor como el frío, y heladas de hasta -15ºC. La mejor posición es a pleno sol.
Florecen en primavera, con flores hermafroditas (bisexuales, ambos sexos en la misma flor), olorosas y blancas, rosáceas antes de abrirse, agrupadas en pequeños racimos. Los frutos de los manzanos son pomos, las manzanas, que contienen hasta 10 semillas marrones. Maduran a final de verano y principio de otoño.
Los manzanos se reproducen o multiplican por semillas, enterrándolas en otoño ligeramente, una vez extraídas del interior de la manzana.
También se pueden sembrar en primavera, habiendo guardado las semillas durante todo el invierno en la bandeja de las verduras de un frigorífico, a unos 4ºC, dentro de un envase de plástico cerrado, sobre arena o turba húmeda, no encharcada (estratificación fría, por la que se somete a las semillas a los mismos rigores invernales que sufrirían en plena naturaleza). Cada 5 días reponemos la humedad pulverizando un poco de agua y, ya al final, miramos si hay alguna semilla germinando y, de ser así, la podemos sembrar. Las demás se entierran acabado el invierno.
Desde que extraemos las semillas hasta que empecemos su estratificación, las conservamos en seco y en frío (semillas ortodoxas). Una buena manera en meterlas en una bolsa de plástico porosa, sin humedad y con el mínimo de aire, en la bandeja de las verduras de la nevera, cuya temperatura es de 4ºC aproximadamente.
Las variedades de manzano cultivadas para fruta o para adorno se obtienen habitualmente por estaca, o por injerto, en primavera. Se seleccionan ramas sanas de manzanos que ya nos proporcionan excelentes frutos, y se injertan sobre pies de manzano obtenido de semilla. La web mejor documentada sobre injertos, incluso con fotos ilustrando el proceso, paso a paso: http://www.jardin-mundani.com/empelts/INJERTOS.htm
A continuación las ilustraciones fotográficas del manzano silvestre (malus sylvestris) y del manzano común (malus pumila), de los cuales descienden las variedades de manzanos de cultivo y los híbridos ornamentales estériles.
Los manzanos crecen en suelo (sustrato) silíceo (ácido) y neutro, aunque son capaces de vivir en suelo calizo (básico). Se desarrollan bien en terrenos fértiles, profundos y húmedos pero bien drenados. Muy rústicos, resisten tanto el calor como el frío, y heladas de hasta -15ºC. La mejor posición es a pleno sol.
Florecen en primavera, con flores hermafroditas (bisexuales, ambos sexos en la misma flor), olorosas y blancas, rosáceas antes de abrirse, agrupadas en pequeños racimos. Los frutos de los manzanos son pomos, las manzanas, que contienen hasta 10 semillas marrones. Maduran a final de verano y principio de otoño.
Los manzanos se reproducen o multiplican por semillas, enterrándolas en otoño ligeramente, una vez extraídas del interior de la manzana.
También se pueden sembrar en primavera, habiendo guardado las semillas durante todo el invierno en la bandeja de las verduras de un frigorífico, a unos 4ºC, dentro de un envase de plástico cerrado, sobre arena o turba húmeda, no encharcada (estratificación fría, por la que se somete a las semillas a los mismos rigores invernales que sufrirían en plena naturaleza). Cada 5 días reponemos la humedad pulverizando un poco de agua y, ya al final, miramos si hay alguna semilla germinando y, de ser así, la podemos sembrar. Las demás se entierran acabado el invierno.
Desde que extraemos las semillas hasta que empecemos su estratificación, las conservamos en seco y en frío (semillas ortodoxas). Una buena manera en meterlas en una bolsa de plástico porosa, sin humedad y con el mínimo de aire, en la bandeja de las verduras de la nevera, cuya temperatura es de 4ºC aproximadamente.
Las variedades de manzano cultivadas para fruta o para adorno se obtienen habitualmente por estaca, o por injerto, en primavera. Se seleccionan ramas sanas de manzanos que ya nos proporcionan excelentes frutos, y se injertan sobre pies de manzano obtenido de semilla. La web mejor documentada sobre injertos, incluso con fotos ilustrando el proceso, paso a paso: http://www.jardin-mundani.com/empelts/INJERTOS.htm
A continuación las ilustraciones fotográficas del manzano silvestre (malus sylvestris) y del manzano común (malus pumila), de los cuales descienden las variedades de manzanos de cultivo y los híbridos ornamentales estériles.
MANZANO SILVESTRE (malus sylvestris). También: maíllo, maguillo, manzano agrio, manzano montés.
Es un arbolillo de hojas caedizas, aovadas, de ápice algo puntiagudo y borde aserrado. Tiene ramas espinosas casi desde la base y copa ancha y baja. Su fruto es pequeño (máximo 3 cms.), de sabor bastante ácido y color verde amarillo. Autóctono de Europa (salvo el norte más frío), y del suroeste de Asia. Autóctono de España donde se encuentra disperso por montes de influencia atlántica. Más propio del norte y más raro cuanto más al sur y sureste. Sus semillas se suelen sembrar para obtener excelentes portainjertos.
Es un arbolillo de hojas caedizas, aovadas, de ápice algo puntiagudo y borde aserrado. Tiene ramas espinosas casi desde la base y copa ancha y baja. Su fruto es pequeño (máximo 3 cms.), de sabor bastante ácido y color verde amarillo. Autóctono de Europa (salvo el norte más frío), y del suroeste de Asia. Autóctono de España donde se encuentra disperso por montes de influencia atlántica. Más propio del norte y más raro cuanto más al sur y sureste. Sus semillas se suelen sembrar para obtener excelentes portainjertos.
Flores, frutos y semillas de Manzano silvestre (malus sylvestris). Hice las fotografías en Arboreto Luis Ceballos, San Lorenzo del Escorial, Madrid, carretera de subida al Monte Abantos. |
Árbol pequeño no espinoso. De hojas caedizas, grandes, aovadas con ápice algo puntiagudo y borde aserrado. De tronco corto y copa ancha, baja e irregular. De fruto ácido pero menos que el manzano silvestre. Es originario del sureste de Europa y suroeste de Asia. Fue extendido por los romanos por todo su imperio hace unos dos mil años. Puede considerarse naturalizado en España.
Flores, frutos y semillas de Manzano común (malus pumila). Hice estas fotografías en la Finca Vista Alegre, Santiago de Compostela. |
NOGAL común (juglans Regia): Más nombres: nogal europeo, nogal español, nuez de Castilla, noguera, nozal.
ver ACEBUCHE en Árboles y Arbustos NATURALIZADOS en España, por orden alfabético
PALMERA DE CANARIAS (phoenix canariensis): Otros nombres: Palma canaria, támara.
Planta de porte arborescente siempre verde. De largas (unos 5 metros) y arqueadas hojas compuestas por unos 150 pares de foliolos (hojuelas). Éstos son recios, largos, estrechos y con el ápice muy puntiagudo. Las hojas están situadas en lo alto de su grueso tronco, formando una copa redondeada y amplia de casi 100 hojas. El peciolo de las hojas está armado de afiladas espinas. Autóctona y endémica de las Islas Canarias, hoy día puede verse por todas la regiones cálidas o templadas del mundo, dada su belleza ornamental.
Crece en suelo (sustrato) silíceo (ácido), neutro o calizo (básico). Soporta los aires salinos. Muy rústica y resistente, aguanta la sequía. Pero se desarrolla mejor en climas suaves y con algo de humedad, en terrenos bien drenados. Solamente aguanta fríos de hasta -8ºC. Posición a pleno sol pero también crece a media sombra. Vive mejor en altitudes de 200 a 500 msnm, no obstante pueden encontrarse desde los 10 msnm hasta los 1.000 msnm.
La palmera canaria es dioica y florece desde mediados de primavera hasta mediados de verano. Los ejemplares masculinos dan flores blancas, las hembras dan flores amarillas, agrupadas en grandes y largos racimos, envueltos para su protección por una amplia y recia bráctea (espata). Los ejemplares femeninos producen frutos a partir de los 7 años, más o menos. Son unas drupas llamadas dátiles o támaras, algo aovadas, de hasta 2 cms., verdes, luego amarillas y finalmente anaranjadas cuando maduran a final del verano. También forman grandes, largos y densos racimos colgantes. Cada drupa contiene una sola semilla, con un profundo surco lateral. Maduros los frutos, caen al pie de la palmera. Recolectar los más recientes, pues con el paso de las semanas van perdiendo poder germinativo.
La palma o palmera de Canarias se reproduce o multiplica por semillas. Se pelan los frutos maduros (amarillo naranja), se ponen las semillas en remojo unos 3 días y se desechan las que floten. Las semillas se cubren con una capa de 2 ó 3 cms. de tierra, con la ranura hacia arriba, después de haberlas limpiado bien la pulpa. Tardan en germinar de 1 a 3 meses.
El trasplante de plantones debe hacerse en verano con el cepellón entero, húmedo para que no se desmorone.
Esta palma es una planta siempre verde de porte arbustivo o de arbolillo, con tronco pequeño, que a veces apenas sobresale del nivel del suelo. Con hojas compuestas por numerosos foliolos (hojuelas) largos, estrechos, recios, de ápice puntiagudo, dispuestos formando un abanico. El peciolo (lo que une la hoja al tronco) es duro, largo, aplanado y está dotado en ambos lados de agudas y afiladas espinas. Es autóctono del Norte de África, del sur de Italia y de España. Crece en las cotas medias y bajas de Baleares y de la provincias costeras del Mediterráneo (excepto Gerona) y del Atlántico sur de la Península Ibérica.
Crece en suelo (sustrato) silíceo (ácido), neutro, incluso mejor en el calizo (básico). En cualquier tipo de terreno, incluso pedregoso o arenoso. Se desarrolla bien en climas templados o cálidos pero es capaz de aguantar el frío y heladas de hasta -10ºC. Resiste la sequía y la aridez, aunque crece mejor si recibe algo de agua. Posición a pleno sol o a media sombra.
En primavera da flores pequeñas y amarillas agrupadas en grandes racimos. Es una planta dioica. El fruto del palmito, el palmiche, se da en el palmito hembra. Es una drupa con una semilla dentro (un hueso). El palmiche es un dátil redondeado de unos 3 cms., verde, que acaba rojizo en su madurez, en otoño. Una vez maduro permanece en la planta muchos días.
El palmito se reproduce o multiplica por semillas, que germinan en unos 45 días si las temperaturas son suavemente cálidas y si tienen bastante humedad, sin encharcamiento. Enterrarlas bajo 2 ó 3 cms. de tierra, recién recolectadas en otoño, una vez peladas y limpias de toda pulpa y fibra. Mejor si se ponen en remojo un par de días, desechando las que floten.
También podemos sembrar en primavera, sin más tratamiento. Hasta entonces, conservar las semillas a unos 20ºC en la oscuridad.
Asimismo, el palmito se reproduce por retoños. El trasplante de plantones de palmito da buenos resultados. Rebrota de cepa tras un incendio. Incluso las semillas son capaces de sobrevivir al paso del fuego.
Los perales crecen mejor en suelo (sustrato) silíceo (ácido). En terrenos profundos con humedad moderada, bien drenados. Resisten hasta -20ºC, incluso más si están en reposo invernal. Necesitan muchas horas de frío (de alrededor de 4ºC) al año para florecer y fructificar bien. Sin embargo, las heladas tardías les pueden dañar. Los veranos mejor si son templados, el excesivo calor perjudica los frutos. La posición debe ser a pleno sol.
Florecen al inicio de la primavera con flores hermafroditas (ambos sexos en la misma flor). Son blancas con estambres rosáceos o purpúreos, agrupadas en corimbos (racimos con las flores a igual nivel). Sus frutos, las peras, son pomos verdosos, amarillos o pardos al madurar, a final de verano o en otoño. De forma más o menos aovada, redondeada y achatada en la base, estirándose y adelgazando hacia el pedúnculo.
Los perales se reproducen o multiplican por semillas. Si paseando por el monte nos topamos con perales silvestres o comunes asilvestrados, podríamos sembrar sus semillas en otoño directamente, enterrándolas ligeramente. Si traemos las peras a nuestra casa, debemos imitar las duras condiciones del invierno: una vez extraídas las semillas, las ponemos en una bolsa porosa, sin humedad y con el mínimo de aire, que depositamos en el cajón de las verduras de un frigorífico, a unos 4ºC, y sembramos a final de invierno.
Con esto bastaría, pero otra opción para mejorar el índice de germinación sería someter las semillas a una doble estratificación: las ponemos sobre arena húmeda, no encharcada, en un envase de plástico cerrado durante 3 semanas, a unos 20ºC (el interior de casa habitada). A continuación, durante todo el invierno, ponemos dicho envase dentro del cajón de las verduras del frigorífico, que tiene temperatura de unos 4ºC. Cada 5 días reponemos la humedad pulverizando un poco de agua. Y sembramos al acabar el invierno.
Las variedades de perales cultivadas para fruta o para adorno se obtienen habitualmente en primavera por estaca o por injerto. Se seleccionan ramas sanas de perales que ya nos proporcionan excelentes frutos, y se injertan sobre pies de peral nacido de semilla. La web mejor documentada sobre injertos, incluso con fotos ilustrando el proceso paso a paso: http://www.jardin-mundani.com/empelts/INJERTOS.htm
Crece en suelo (sustrato) silíceo (ácido), neutro, incluso mejor en el calizo (básico). En cualquier tipo de terreno, incluso pedregoso o arenoso. Se desarrolla bien en climas templados o cálidos pero es capaz de aguantar el frío y heladas de hasta -10ºC. Resiste la sequía y la aridez, aunque crece mejor si recibe algo de agua. Posición a pleno sol o a media sombra.
En primavera da flores pequeñas y amarillas agrupadas en grandes racimos. Es una planta dioica. El fruto del palmito, el palmiche, se da en el palmito hembra. Es una drupa con una semilla dentro (un hueso). El palmiche es un dátil redondeado de unos 3 cms., verde, que acaba rojizo en su madurez, en otoño. Una vez maduro permanece en la planta muchos días.
El palmito se reproduce o multiplica por semillas, que germinan en unos 45 días si las temperaturas son suavemente cálidas y si tienen bastante humedad, sin encharcamiento. Enterrarlas bajo 2 ó 3 cms. de tierra, recién recolectadas en otoño, una vez peladas y limpias de toda pulpa y fibra. Mejor si se ponen en remojo un par de días, desechando las que floten.
También podemos sembrar en primavera, sin más tratamiento. Hasta entonces, conservar las semillas a unos 20ºC en la oscuridad.
Asimismo, el palmito se reproduce por retoños. El trasplante de plantones de palmito da buenos resultados. Rebrota de cepa tras un incendio. Incluso las semillas son capaces de sobrevivir al paso del fuego.
Los perales crecen mejor en suelo (sustrato) silíceo (ácido). En terrenos profundos con humedad moderada, bien drenados. Resisten hasta -20ºC, incluso más si están en reposo invernal. Necesitan muchas horas de frío (de alrededor de 4ºC) al año para florecer y fructificar bien. Sin embargo, las heladas tardías les pueden dañar. Los veranos mejor si son templados, el excesivo calor perjudica los frutos. La posición debe ser a pleno sol.
Florecen al inicio de la primavera con flores hermafroditas (ambos sexos en la misma flor). Son blancas con estambres rosáceos o purpúreos, agrupadas en corimbos (racimos con las flores a igual nivel). Sus frutos, las peras, son pomos verdosos, amarillos o pardos al madurar, a final de verano o en otoño. De forma más o menos aovada, redondeada y achatada en la base, estirándose y adelgazando hacia el pedúnculo.
Los perales se reproducen o multiplican por semillas. Si paseando por el monte nos topamos con perales silvestres o comunes asilvestrados, podríamos sembrar sus semillas en otoño directamente, enterrándolas ligeramente. Si traemos las peras a nuestra casa, debemos imitar las duras condiciones del invierno: una vez extraídas las semillas, las ponemos en una bolsa porosa, sin humedad y con el mínimo de aire, que depositamos en el cajón de las verduras de un frigorífico, a unos 4ºC, y sembramos a final de invierno.
Con esto bastaría, pero otra opción para mejorar el índice de germinación sería someter las semillas a una doble estratificación: las ponemos sobre arena húmeda, no encharcada, en un envase de plástico cerrado durante 3 semanas, a unos 20ºC (el interior de casa habitada). A continuación, durante todo el invierno, ponemos dicho envase dentro del cajón de las verduras del frigorífico, que tiene temperatura de unos 4ºC. Cada 5 días reponemos la humedad pulverizando un poco de agua. Y sembramos al acabar el invierno.
Las variedades de perales cultivadas para fruta o para adorno se obtienen habitualmente en primavera por estaca o por injerto. Se seleccionan ramas sanas de perales que ya nos proporcionan excelentes frutos, y se injertan sobre pies de peral nacido de semilla. La web mejor documentada sobre injertos, incluso con fotos ilustrando el proceso paso a paso: http://www.jardin-mundani.com/empelts/INJERTOS.htm
PERAL común (pyrus communis).
Árbol mediano de hoja caediza, grande, algo recia, aovada con ápice puntiagudo, de borde liso y continuo o finamente aserrado. Es originario del este de Europa y oeste de Asia, extendido hasta el oeste europeo hace dos milenios, naturalizado en España. Del peral común descienden las variedades cultivadas de perales.
Flores, frutos y semillas de Peral común (pyrus communis). Hice estas fotografías en Finca Vista Alegre, antigua Finca Simeón, Santiago de Compostela. |
PERAL PIRUÉTANO (pyrus bourgaeana). También llamado: galapero, peral ibérico, peral silvestre.
Arbolillo espinoso de hoja caediza de color verde oscuro lustroso, aovada de ápice puntiagudo y borde aserrado. Autóctono del oeste (salvo el norte) y centro de la Península Ibérica y N.O. de Marruecos. Capaz de rebrotar tras ser talado o tras el paso der un incendio.
Arbolillo espinoso de hoja caediza de color verde oscuro brillante, anchamente aovada y ápice algo puntiagudo, de borde finamente aserrado. De fruto muy pequeño (1,5 cms.). Autóctono de las zonas de influencia atlántica de Francia, de la Península Ibérica y del N.O. de Marruecos.
PERAL PERELLONER (pyrus spinosa).
Arbolillo o arbusto espinoso. De hoja caediza de color verde oscuro y lustroso, aovada con ápice algo puntiagudo, de borde liso y continuo o finamente aserrado. Autóctono del Sur de Europa y, en España, de las tres provincias costeras catalanas, en donde crece hasta los 1.100 msnm, y en donde su fruto se conoce como perelló, de apenas 3 cms. Madura a final del verano o en otoño, y entonces pasa del color verde al amarillo o a un amarillo parduzco.
Otros perales (pyrus):
PERAL SILVESTRE o PERASTRO (pyrus piraster). Otro nombre: peral silvestre europeo.
Arbolillo o árbol pequeño, espinoso, de hoja de color verde oscuro brillante, de forma aovada con ápice puntiagudo y con el borde dentado con dientes muy finos. Es autóctono de la Europa central y meridional, y de Asia Menor. Y del cuadrante N.O. de la Península Ibérica. Suelo (sustrato) silíceo (ácido) pero capaz de crecer en suelos calizos (básicos). Puede vivir desde cotas bajas hasta sobrepasar los 1.000 msnm.
PINOS (Pinus).
Coníferas siempre verdes de hojas aciculares (como agujas). Son originarios de casi todo el hemisferio norte o boreal, desde el nivel del mar hasta zonas montañosas. Muy rústicos. Viven en los climas más variados, toleran mucho calor, sequía y ambiente seco, y todo tipo de suelos y terrenos. Resisten el frío y las heladas. Algo más del 25% de la superficie forestal arbolada de España son pinos.
Como coníferas, los pinos no tienen flores sino conos. Son monoicos: en el mismo árbol están los conos masculinos y femeninos, pero separados (unisexuales). Los masculinos, que polinizan en primavera, son amarillos, reunidos en gran número en espigas anchas, densas y erguidas. Los femeninos son muy pequeños, redondeados o aovados, solitarios o agrupados en escaso número, de colores púrpura, rosáceo o parduzco.
Éstos se convierten en los frutos, piñas cilíndricas, oblongas o aovadas, con el ápice puntiagudo. Maduran en su segundo o tercer otoño, salvo el pino canario que lo hace en su segunda primavera. Hasta que maduran son compactos y verdosos. Una vez maduros se tornan marrones y leñosos y empiezan a abrir sus escamas. Pueden recolectarse en los meses de otoño incluso invierno. Si recolectamos pronto, se ponen al sol o al calor para que abran totalmente sus escamas y, sacudiendo las piñas, soltarán los piñones. Si recolectamos con las escamas abiertas, muchos piñones habrán volado (tienen ala) pero sacudiendo las piñas caerá alguno. Las piñas totalmente abiertas, envejecidas o negruzcas son de cosechas anteriores. En el suelo también existe la posibilidad de encontrar piñones. Los pinos no producen frutos y semillas por los menos hasta los 10 años de edad, a veces más.
Los pinos se reproducen o multiplican enterrando ligeramente las semillas (piñones), y regando poco. El exceso de agua genera hongos. Se pueden sembrar en otoño pero mejor al acabar el invierno, sin tratamiento. Los piñones conservan su poder germinativo durante un año a temperatura ambiente (en lugar fresco y seco). Varios años si los guardamos en bolsa porosa en el cajón de las verduras del frigorífico, en donde la temperatura es de unos 4ºC. Podemos retrasar la recolección de las piñas o la apertura de las escamas hasta casi el momento de la siembra. Salvo el pino canario, no son capaces de rebrotar tras ser talados o tras el paso de un fuego. Sin embargo, las semillas de algunas especies de pinos sí son capaces de sobrevivir tras el paso de un fuego.
PINO CANARIO (pinus canariensis). Otros nombres: pino de Canarias.
Este árbol de tamaño mediano o grande es una conífera muy longeva, siempre verde, con hojas aciculares muy largas (unos 25 cms.), dispuestas más o menos colgantes. De tronco derecho y alto, del que a veces brotan hojas directamente. Con ramas algo curvadas hacia arriba. Es autóctono y endémico de las Islas Canarias. De entre todos los pinos, este tiene la extraña capacidad de brotar de cepa, tras ser talado o tras el paso de un fuego.
Crece en suelo (sustrato) ácido (silíceo), neutro y en el ligeramente calizo (básico). En cualquier tipo de terreno, por pobre que sea. Muy rústico, resiste temperaturas desde -10ºC hasta 40ºC. Su área natural va desde los 700 a los 1500 m. de altitud, pero puede vivir desde los 100 a los 2000 msnm.
Florece a final de invierno. Las piñas miden alrededor de 15 cms.de largo, destacando en su superficie las protuberancias finales de sus escamas. Maduran en su segunda primavera, podríamos recolectar en ese verano pero naturalmente diseminan en el tercer verano (las fuertes escamas abren con dificultad). En ese lapso de tiempo, es posible encontrar debajo del pino alguna piña madura, sin haber iniciado su apertura, muy adecuada para que nosotros la pongamos al sol, se abra y podamos extraer los piñones. Éstos son negruzcos y grandes (10 mm., más o menos), con ala de 1,5 cms.
Arbolillo o arbusto espinoso. De hoja caediza de color verde oscuro y lustroso, aovada con ápice algo puntiagudo, de borde liso y continuo o finamente aserrado. Autóctono del Sur de Europa y, en España, de las tres provincias costeras catalanas, en donde crece hasta los 1.100 msnm, y en donde su fruto se conoce como perelló, de apenas 3 cms. Madura a final del verano o en otoño, y entonces pasa del color verde al amarillo o a un amarillo parduzco.
Flores, frutos y semillas de Peral Perelloner (pyrus spinosa). Hice estas fotografías en el Arboreto Giner de los Ríos, El Paular, Rascafría, Madrid. |
PERAL SILVESTRE o PERASTRO (pyrus piraster). Otro nombre: peral silvestre europeo.
Arbolillo o árbol pequeño, espinoso, de hoja de color verde oscuro brillante, de forma aovada con ápice puntiagudo y con el borde dentado con dientes muy finos. Es autóctono de la Europa central y meridional, y de Asia Menor. Y del cuadrante N.O. de la Península Ibérica. Suelo (sustrato) silíceo (ácido) pero capaz de crecer en suelos calizos (básicos). Puede vivir desde cotas bajas hasta sobrepasar los 1.000 msnm.
PINOS (Pinus).
Coníferas siempre verdes de hojas aciculares (como agujas). Son originarios de casi todo el hemisferio norte o boreal, desde el nivel del mar hasta zonas montañosas. Muy rústicos. Viven en los climas más variados, toleran mucho calor, sequía y ambiente seco, y todo tipo de suelos y terrenos. Resisten el frío y las heladas. Algo más del 25% de la superficie forestal arbolada de España son pinos.
Como coníferas, los pinos no tienen flores sino conos. Son monoicos: en el mismo árbol están los conos masculinos y femeninos, pero separados (unisexuales). Los masculinos, que polinizan en primavera, son amarillos, reunidos en gran número en espigas anchas, densas y erguidas. Los femeninos son muy pequeños, redondeados o aovados, solitarios o agrupados en escaso número, de colores púrpura, rosáceo o parduzco.
Éstos se convierten en los frutos, piñas cilíndricas, oblongas o aovadas, con el ápice puntiagudo. Maduran en su segundo o tercer otoño, salvo el pino canario que lo hace en su segunda primavera. Hasta que maduran son compactos y verdosos. Una vez maduros se tornan marrones y leñosos y empiezan a abrir sus escamas. Pueden recolectarse en los meses de otoño incluso invierno. Si recolectamos pronto, se ponen al sol o al calor para que abran totalmente sus escamas y, sacudiendo las piñas, soltarán los piñones. Si recolectamos con las escamas abiertas, muchos piñones habrán volado (tienen ala) pero sacudiendo las piñas caerá alguno. Las piñas totalmente abiertas, envejecidas o negruzcas son de cosechas anteriores. En el suelo también existe la posibilidad de encontrar piñones. Los pinos no producen frutos y semillas por los menos hasta los 10 años de edad, a veces más.
Los pinos se reproducen o multiplican enterrando ligeramente las semillas (piñones), y regando poco. El exceso de agua genera hongos. Se pueden sembrar en otoño pero mejor al acabar el invierno, sin tratamiento. Los piñones conservan su poder germinativo durante un año a temperatura ambiente (en lugar fresco y seco). Varios años si los guardamos en bolsa porosa en el cajón de las verduras del frigorífico, en donde la temperatura es de unos 4ºC. Podemos retrasar la recolección de las piñas o la apertura de las escamas hasta casi el momento de la siembra. Salvo el pino canario, no son capaces de rebrotar tras ser talados o tras el paso de un fuego. Sin embargo, las semillas de algunas especies de pinos sí son capaces de sobrevivir tras el paso de un fuego.
PINO CANARIO (pinus canariensis). Otros nombres: pino de Canarias.
Este árbol de tamaño mediano o grande es una conífera muy longeva, siempre verde, con hojas aciculares muy largas (unos 25 cms.), dispuestas más o menos colgantes. De tronco derecho y alto, del que a veces brotan hojas directamente. Con ramas algo curvadas hacia arriba. Es autóctono y endémico de las Islas Canarias. De entre todos los pinos, este tiene la extraña capacidad de brotar de cepa, tras ser talado o tras el paso de un fuego.
Crece en suelo (sustrato) ácido (silíceo), neutro y en el ligeramente calizo (básico). En cualquier tipo de terreno, por pobre que sea. Muy rústico, resiste temperaturas desde -10ºC hasta 40ºC. Su área natural va desde los 700 a los 1500 m. de altitud, pero puede vivir desde los 100 a los 2000 msnm.
Florece a final de invierno. Las piñas miden alrededor de 15 cms.de largo, destacando en su superficie las protuberancias finales de sus escamas. Maduran en su segunda primavera, podríamos recolectar en ese verano pero naturalmente diseminan en el tercer verano (las fuertes escamas abren con dificultad). En ese lapso de tiempo, es posible encontrar debajo del pino alguna piña madura, sin haber iniciado su apertura, muy adecuada para que nosotros la pongamos al sol, se abra y podamos extraer los piñones. Éstos son negruzcos y grandes (10 mm., más o menos), con ala de 1,5 cms.
PINO CARRASCO o PINO de ALEPO (pinus halepensis). Otros nombres: pino carrasqueño.
Conífera siempre verde de tamaño mediano. De hojas aciculares de unos 8 cms. De tronco más o menos torcido. Autóctono de los países ribereños del Mediterráneo. En España de todas las provincias de la costa mediterránea, y del valle del Ebro. Más disperso, desde el Sistema Central para abajo. Vive en cotas bajas o en donde el frío no llegue a ser intenso. Sin embargo, aguanta bien temperaturas altas. Crece sobre suelos básicos (calizos), incluso puede vivir en los yesíferos. Capaz de crecer en terrenos pobres y áridos. Es el pino que mejor soporta la sequía.
Florece a final de invierno e inicio de primavera. Sus frutos son piñas alargadas, de unos 9 cms., que maduran en su segundo otoño y pueden permanecer sin abrir otros dos años en el pino (piñas serótinas, aquellas que se abren al ser sometidas a altas temperaturas, incendios incluidos, sobreviviendo los piñones). Piñones de unos 6 mm., provistos de un ala de unos 2 cms. Pueden sembrarse directamente en otoño, a finales de invierno y en primavera. Y también en primavera, tras estratificar en frío a 4ºC durante dos meses (para mejorar la germinación). Tras el paso de un incendio, sus semillas son capaces de germinar.
Conífera siempre verde de hojas aciculares de unos 15 cms. Es longeva y de tamaño mediano o grande. Su tronco derecho conserva las ramas salvo en la parte baja. Autóctona del sur de Europa y de zonas colindantes del centro de Europa, de Turquía, de Chipre y del N.O. de África. En España es autóctono del tercio este, en cotas medias y altas del interior.
Crece en suelo (sustrato) neutro y en el calizo (básico). En cualquier tipo de terreno, incluso pobre, pero fresco y algo húmedo, aunque es capaz de soportar sequías estivales pronunciadas. Puede vivir desde 0 a 2000 msnm, pero abunda más desde 250 a 1.600 msnm. Muy resistente al frío, soporta heladas y nevadas.
Florece a final de invierno e inicio de primavera. Sus frutos, las piñas, miden unos 7 cms. Maduran en su segundo otoño, tornándose marrones y leñosos. Sus semillas, los piñones, miden 6 mm., más o menos, con ala de 2 cms. Pueden sembrarse en otoño, invierno o primavera. Y en primavera tras estratificarlas a 4º C durante un mes (para mejorar el índice de germinación). Tras el paso de un incendio, sus semillas apenas germinan.
Conífera siempre verde de hojas aciculares de unos 15 cms. De tronco más o menos recto y más o menos inclinado. Autóctono de España, de Portugal, del sur de Francia, de Italia y de Marruecos. Crece en suelo (sustrato) ácido (silíceo) o neutro pero no en el calizo (básico). En todo tipo de terrenos, incluso pobres, algo húmedos y con humedad ambiental, aunque es capaz de resistir sequías estivales. Le van bien las zonas de influencia marítima. No le convienen los fríos ni heladas extremas. Vive desde 0 a 800 msnm y, en el sur de Marruecos, hasta 1.500 msnm. Pueden diferenciarse una subespecie atlántica (Galicia y Portugal), y una subespecie mediterránea, más rústica en cuanto a clima y suelo, propia del Levante, Centro y Sur de España.
Florece a finales de invierno e inicio de primavera. Sus frutos son piñas grandes, de 14 cms. más o menos, que maduran en su segundo otoño. Pueden permanecer cerradas muchos meses, y abrirse al ser sometidas a elevadas temperaturas, como es el caso del paso de un fuego, sobreviviendo las semillas (piñas serótinas). Las semillas son piñones de 8 mm., con ala ancha. Pueden sembrarse en otoño, invierno o primavera. O en primavera tras estratificarlas a 4ºC durante un mes. Tras el paso de un incendio, sus semillas son capaces germinar.
PINO PIÑONERO (pinus pinea). Otros nombres: pino manso, pino doncel.
Esta conífera es un árbol siempre verde de hojas aciculares de unos 15 cms. De tamaño mediano o grande, tiene el tronco desnudo coronado por una copa ancha y redondeada. Autóctono del sur de Europa, norte de África y oeste de Asia y, en la Península Ibérica, del centro, del sur y del este. Crece en cualquier tipo de suelo (sustrato) pero mejor en los silíceos (ácidos). En terrenos ligeros y arenosos. A pleno sol. Resiste la sequía estival y heladas moderadas. De 0 a 1.100 msnm.
Florece en primavera. Su frutos son piñas aovadas, redondeadas y grandes de unos 12 cms., que maduran en su tercer otoño. Las semillas son piñones grandes de unos 17 mm., sin ala, cubiertos de una dura cáscara. Recolectar a final de otoño o inicio de invierno. Pueden sembrarse directamente en invierno y en primavera, sin romper la cáscara. O en primavera, tras estratificarlos en frío de 4ºC durante 2 meses. Tras el paso de un incendio, sus semillas son capaces de germinar.
PINO SILVESTRE (pinus sylvestris). Otros nombres: pino albar, pino común, pino rojo o bermejo, pino serrano, pino de Valsaín. En Huesca se le llama negral o nasarre.
Este pino es una conífera siempre verde de hojas aciculares de unos 8 cms. De tronco recto, que crece vertical y alcanza gran altura. Es autóctono de toda Europa, Siberia y el Cáucaso. En el norte de Europa y Asia crece desde el nivel del mar hasta los 1.000 msnm. En España se da en las cordilleras de los Pirineos, Sistema Ibérico y Sistema Central, y crece en altitudes desde los 800 hasta los 2.400 msnm. Crece en todo tipo de suelos, pero mejor en los silíceos (ácidos). En terrenos fértiles, profundos y húmedos pero bien drenados. Le convienen climas frescos.
Florece en primavera. Sus frutos son piñas pequeñas, de tan solo 6 cms., aproximadamente. Maduran en su segundo otoño, y pueden permanecer en el árbol dos años más. También los piñones son pequeños de unos 4 mm., y con ala. Tras un incendio, sus semillas apenas germinan. Este pino es más tardío en fructificar que los demás, alrededor de 30 años.
Autóctono de los Alpes, Los Vosgos y los Pirineos, puede verse en algunas cimas del Sistema Ibérico (Rioja, Soria, Teruel). De follaje denso y oscuro, ramifica desde abajo, no es de los pinos más altos, es a veces achaparrado. Es el árbol que vive a mayores altitudes en España, desde los 1.500 msnm puede llegar hasta los 2.400 msnm.
Crece en cualquier tipo de suelo (sustrato): silíceo (ácido), calizo (básico) o neutro. Hasta en terrenos pedregosos, pero siempre con algo de humedad. Aguanta grandes fríos. Su situación suele ser a la sombra o a media sombra.
Las piñas miden unos 6 cms., maduran en su segundo otoño y diseminan en la primavera siguiente. Los piñones miden 5 mm., aproximadamente, y su ala 1,5 cms. más o menos.
No tengo fotografías hechas por mí referentes al Pino negro (pinus uncinata).
QUEJIGO (Quercus faginea). Otros nombres: roble carrasqueño, roble valenciano, carvallo, rebollo.
Árbol o arbolillo de hojas caedizas, recias, con el borde sinuoso y dentado con dientes espinosos, parecidas a las de la encina. Persisten algún tiempo en el árbol una vez secas (marcescentes, igual que en los robles). Y algunas siguen verdes incluso iniciado el invierno. Autóctono de los países ribereños del oeste del Mediterráneo, sobre todo del N.O. de África y de la Península Ibérica. En España es escaso o casi inexistente en el norte más húmedo. Por el contrario, es el roble más presente en las provincias de Levante.
Crece en suelo (sustrato) silíceo (ácido), neutro, pero mejor en el calizo (básico). Capaz de vivir en zonas con amplias oscilaciones térmicas, de mucho frío y mucho calor, secas y áridas, en donde tendrá porte arbustivo. Se desarrolla mejor en terrenos más frescos, profundos y con algo de humedad. Prefiere a pleno sol y a media sombra, pero en zonas de fuerte insolación se ubicará a media sombra o sombra total. Vive entre los 500 y 1.300 msnm, y en el sur peninsular puede llegar hasta casi los 2.000 msnm.
Florece en primavera, con flores masculinas amarillas, pequeñas, reunidas en amentos alargados colgantes. Las femeninas están en el mismo árbol (monoico), solitarias o en parejas, y dan lugar al fruto, la bellota, acoplada a una cúpula escamosa. La bellota es verde y se torna parda al madurar a final de verano y en otoño.
El quejigo se reproduce o multiplica por semillas (bellotas) en otoño, enterradas horizontalmente bajo 2 ó 3 cms. de tierra, sin que pasen muchos días desde su recolección. Las recolectamos del árbol o recién caídas al suelo (marrones). Mejor si las ponemos un día en remojo y, de paso, rechazamos las que floten.
Se pueden sembrar a final del invierno, con el fin de evitar heladas y depredadores. Pero hasta entonces, para que no pierdan su poder germinativo, hay que almacenar las bellotas en frío y con humedad (recalcitrantes). La mejor manera es ponerlas en un envase de plástico, con dos pequeños agujeros arriba para que respiren las bellotas. Antes las remojamos, y cada 5 días reponemos la humedad pulverizando un poco de agua. El envase se deposita hasta la siembra en la bandeja de las verduras de un frigorífico (4ºC, más o menos).
El trasplante de plantones de quejigo es delicado. Debe hacerse con cepellón entero, cuidando de que no se desmorone (regarlo días antes). El quejigo es capaz de rebrotar tras ser talado o tras el paso de un incendio.
Conífera siempre verde de tamaño mediano. De hojas aciculares de unos 8 cms. De tronco más o menos torcido. Autóctono de los países ribereños del Mediterráneo. En España de todas las provincias de la costa mediterránea, y del valle del Ebro. Más disperso, desde el Sistema Central para abajo. Vive en cotas bajas o en donde el frío no llegue a ser intenso. Sin embargo, aguanta bien temperaturas altas. Crece sobre suelos básicos (calizos), incluso puede vivir en los yesíferos. Capaz de crecer en terrenos pobres y áridos. Es el pino que mejor soporta la sequía.
Florece a final de invierno e inicio de primavera. Sus frutos son piñas alargadas, de unos 9 cms., que maduran en su segundo otoño y pueden permanecer sin abrir otros dos años en el pino (piñas serótinas, aquellas que se abren al ser sometidas a altas temperaturas, incendios incluidos, sobreviviendo los piñones). Piñones de unos 6 mm., provistos de un ala de unos 2 cms. Pueden sembrarse directamente en otoño, a finales de invierno y en primavera. Y también en primavera, tras estratificar en frío a 4ºC durante dos meses (para mejorar la germinación). Tras el paso de un incendio, sus semillas son capaces de germinar.
Conífera siempre verde de hojas aciculares de unos 15 cms. Es longeva y de tamaño mediano o grande. Su tronco derecho conserva las ramas salvo en la parte baja. Autóctona del sur de Europa y de zonas colindantes del centro de Europa, de Turquía, de Chipre y del N.O. de África. En España es autóctono del tercio este, en cotas medias y altas del interior.
Crece en suelo (sustrato) neutro y en el calizo (básico). En cualquier tipo de terreno, incluso pobre, pero fresco y algo húmedo, aunque es capaz de soportar sequías estivales pronunciadas. Puede vivir desde 0 a 2000 msnm, pero abunda más desde 250 a 1.600 msnm. Muy resistente al frío, soporta heladas y nevadas.
Florece a final de invierno e inicio de primavera. Sus frutos, las piñas, miden unos 7 cms. Maduran en su segundo otoño, tornándose marrones y leñosos. Sus semillas, los piñones, miden 6 mm., más o menos, con ala de 2 cms. Pueden sembrarse en otoño, invierno o primavera. Y en primavera tras estratificarlas a 4º C durante un mes (para mejorar el índice de germinación). Tras el paso de un incendio, sus semillas apenas germinan.
Conífera siempre verde de hojas aciculares de unos 15 cms. De tronco más o menos recto y más o menos inclinado. Autóctono de España, de Portugal, del sur de Francia, de Italia y de Marruecos. Crece en suelo (sustrato) ácido (silíceo) o neutro pero no en el calizo (básico). En todo tipo de terrenos, incluso pobres, algo húmedos y con humedad ambiental, aunque es capaz de resistir sequías estivales. Le van bien las zonas de influencia marítima. No le convienen los fríos ni heladas extremas. Vive desde 0 a 800 msnm y, en el sur de Marruecos, hasta 1.500 msnm. Pueden diferenciarse una subespecie atlántica (Galicia y Portugal), y una subespecie mediterránea, más rústica en cuanto a clima y suelo, propia del Levante, Centro y Sur de España.
Florece a finales de invierno e inicio de primavera. Sus frutos son piñas grandes, de 14 cms. más o menos, que maduran en su segundo otoño. Pueden permanecer cerradas muchos meses, y abrirse al ser sometidas a elevadas temperaturas, como es el caso del paso de un fuego, sobreviviendo las semillas (piñas serótinas). Las semillas son piñones de 8 mm., con ala ancha. Pueden sembrarse en otoño, invierno o primavera. O en primavera tras estratificarlas a 4ºC durante un mes. Tras el paso de un incendio, sus semillas son capaces germinar.
Conos (≈flores) masculinos amarillos, frutos, semillas (piñones) de Pino negral o marítimo (pinus pinaster) Hice estas fotografías en Reboredo, O´Grove, Galicia, detrás de Hotel Bosque Mar. |
Esta conífera es un árbol siempre verde de hojas aciculares de unos 15 cms. De tamaño mediano o grande, tiene el tronco desnudo coronado por una copa ancha y redondeada. Autóctono del sur de Europa, norte de África y oeste de Asia y, en la Península Ibérica, del centro, del sur y del este. Crece en cualquier tipo de suelo (sustrato) pero mejor en los silíceos (ácidos). En terrenos ligeros y arenosos. A pleno sol. Resiste la sequía estival y heladas moderadas. De 0 a 1.100 msnm.
Florece en primavera. Su frutos son piñas aovadas, redondeadas y grandes de unos 12 cms., que maduran en su tercer otoño. Las semillas son piñones grandes de unos 17 mm., sin ala, cubiertos de una dura cáscara. Recolectar a final de otoño o inicio de invierno. Pueden sembrarse directamente en invierno y en primavera, sin romper la cáscara. O en primavera, tras estratificarlos en frío de 4ºC durante 2 meses. Tras el paso de un incendio, sus semillas son capaces de germinar.
Este pino es una conífera siempre verde de hojas aciculares de unos 8 cms. De tronco recto, que crece vertical y alcanza gran altura. Es autóctono de toda Europa, Siberia y el Cáucaso. En el norte de Europa y Asia crece desde el nivel del mar hasta los 1.000 msnm. En España se da en las cordilleras de los Pirineos, Sistema Ibérico y Sistema Central, y crece en altitudes desde los 800 hasta los 2.400 msnm. Crece en todo tipo de suelos, pero mejor en los silíceos (ácidos). En terrenos fértiles, profundos y húmedos pero bien drenados. Le convienen climas frescos.
Florece en primavera. Sus frutos son piñas pequeñas, de tan solo 6 cms., aproximadamente. Maduran en su segundo otoño, y pueden permanecer en el árbol dos años más. También los piñones son pequeños de unos 4 mm., y con ala. Tras un incendio, sus semillas apenas germinan. Este pino es más tardío en fructificar que los demás, alrededor de 30 años.
Autóctono de los Alpes, Los Vosgos y los Pirineos, puede verse en algunas cimas del Sistema Ibérico (Rioja, Soria, Teruel). De follaje denso y oscuro, ramifica desde abajo, no es de los pinos más altos, es a veces achaparrado. Es el árbol que vive a mayores altitudes en España, desde los 1.500 msnm puede llegar hasta los 2.400 msnm.
Crece en cualquier tipo de suelo (sustrato): silíceo (ácido), calizo (básico) o neutro. Hasta en terrenos pedregosos, pero siempre con algo de humedad. Aguanta grandes fríos. Su situación suele ser a la sombra o a media sombra.
Las piñas miden unos 6 cms., maduran en su segundo otoño y diseminan en la primavera siguiente. Los piñones miden 5 mm., aproximadamente, y su ala 1,5 cms. más o menos.
No tengo fotografías hechas por mí referentes al Pino negro (pinus uncinata).
QUEJIGO (Quercus faginea). Otros nombres: roble carrasqueño, roble valenciano, carvallo, rebollo.
Árbol o arbolillo de hojas caedizas, recias, con el borde sinuoso y dentado con dientes espinosos, parecidas a las de la encina. Persisten algún tiempo en el árbol una vez secas (marcescentes, igual que en los robles). Y algunas siguen verdes incluso iniciado el invierno. Autóctono de los países ribereños del oeste del Mediterráneo, sobre todo del N.O. de África y de la Península Ibérica. En España es escaso o casi inexistente en el norte más húmedo. Por el contrario, es el roble más presente en las provincias de Levante.
Crece en suelo (sustrato) silíceo (ácido), neutro, pero mejor en el calizo (básico). Capaz de vivir en zonas con amplias oscilaciones térmicas, de mucho frío y mucho calor, secas y áridas, en donde tendrá porte arbustivo. Se desarrolla mejor en terrenos más frescos, profundos y con algo de humedad. Prefiere a pleno sol y a media sombra, pero en zonas de fuerte insolación se ubicará a media sombra o sombra total. Vive entre los 500 y 1.300 msnm, y en el sur peninsular puede llegar hasta casi los 2.000 msnm.
Florece en primavera, con flores masculinas amarillas, pequeñas, reunidas en amentos alargados colgantes. Las femeninas están en el mismo árbol (monoico), solitarias o en parejas, y dan lugar al fruto, la bellota, acoplada a una cúpula escamosa. La bellota es verde y se torna parda al madurar a final de verano y en otoño.
El quejigo se reproduce o multiplica por semillas (bellotas) en otoño, enterradas horizontalmente bajo 2 ó 3 cms. de tierra, sin que pasen muchos días desde su recolección. Las recolectamos del árbol o recién caídas al suelo (marrones). Mejor si las ponemos un día en remojo y, de paso, rechazamos las que floten.
Se pueden sembrar a final del invierno, con el fin de evitar heladas y depredadores. Pero hasta entonces, para que no pierdan su poder germinativo, hay que almacenar las bellotas en frío y con humedad (recalcitrantes). La mejor manera es ponerlas en un envase de plástico, con dos pequeños agujeros arriba para que respiren las bellotas. Antes las remojamos, y cada 5 días reponemos la humedad pulverizando un poco de agua. El envase se deposita hasta la siembra en la bandeja de las verduras de un frigorífico (4ºC, más o menos).
El trasplante de plantones de quejigo es delicado. Debe hacerse con cepellón entero, cuidando de que no se desmorone (regarlo días antes). El quejigo es capaz de rebrotar tras ser talado o tras el paso de un incendio.
Flores, frutos y semillas del Quejigo (quercus faginea). Hice fotografias en Real Jardín Botánico Alfonso III, Av. Complutense, Madrid y en Real Jardín Botánico, Pº. del Prado, Madrid. |
ROBLES (robur).
Los robles son árboles del género quercus, de hoja caediza, más o menos marcescente (las hojas se secan en otoño, pero persisten durante meses en el árbol), con los bordes lobulados, ondulados y continuos y lisos (a diferencia de la encina y el quejigo, que tienen los lóbulos de las hojas poco o nada pronunciados y cuyos bordes son aserrado dentados con dientes espinosos y punzantes).
Florecen en primavera con flores masculinas pequeñas, amarillas, agrupadas en amentos colgantes. Dan sus frutos en el mismo árbol (monoicos). Son las bellotas, de color verde. Están acopladas a una cúpula, de la que se separan al madurar, cayendo al suelo. Entonces son pardas.
Los robles se reproducen o multiplican fácilmente en otoño, cuando se han vuelto marrones las bellotas (semillas), cubriéndolas con unos 3 cms. de tierra, regándolas moderadamente. Se recolectan del árbol o las recién caídas (podemos sacudir las ramas), ya que con el paso de los días van perdiendo su poder germinativo.
También podemos sembrar a final del invierno con objeto de disminuir el tiempo que están expuestas a los depredadores y a las heladas. Pero para evitar que las bellotas se sequen y pierdan su poder germinativo, las conservamos hasta su siembra en la bandeja de las verduras de un frigorífico, cuya temperatura es de unos 4ºC, dentro de un envase de plástico con un par de agujeritos arriba para que respiren las bellotas. Antes las remojamos durante unas horas y cada 5 días reponemos la humedad, pulverizando un poco de agua.
ROBLE COMÚN (quercus robur).
Este árbol de gran tamaño puede vivir varios siglos. Tiene hojas caedizas, grandes, aovadas con el borde de lóbulos medianamente pronunciados. Tiene la copa ancha y el tronco derecho, fuerte, recto y desnudo de ramas por abajo. Es autóctono de casi toda Europa (salvo el extremo norte muy frío y el extremo sur más árido), y Turquía. Autóctono y presente en la España húmeda y en el norte de Portugal. También llamado carballo en Galicia, norte de Portugal y Zamora, carbayu en Asturias, cajiga en Cantabria.
Crece mejor en suelo (sustrato) silíceo (ácido). En terrenos frescos, fértiles, profundos, con humedad ambiental. Posición a pleno sol (mejor), o a media sombra. Las bellotas están acopladas en una cúpula corta de color blanquecino y miden aprox. 3 cms. por 1,5 cms. Maduran a final de verano y caen en otoño.
Muy similar al roble común es el ROBLE ALBAR o roble de invierno (quercus petraea). Coincide con el roble común en el norte de España (salvo en el N.O. peninsular donde no hay roble albar). Pero se extiende algo más, hasta el centro peninsular. También es autóctono de Europa (salvo el norte más frío) y del oeste de Asia. Crece en suelos (sustratos) silíceos (ácidos) y neutros, pero también en los calizos (básicos). Asimismo, es capaz de vivir en suelos más pobres y menos húmedos que el roble común. Y a más altitud, hasta sobrepasar los 1.500 msnm. Las bellotas, que maduran al inicio del otoño, apenas tienen rabito o no lo tienen (sentadas).
Árbol moderadamente longevo de tamaño mediano, de hoja caediza, pero marcescente, ya que una vez seca en otoño es capaz de persistir en el árbol todo el invierno. Es pubescente, grande y aovada, con lóbulos muy pronunciados separados por senos profundos. De tronco recto, desnudo por abajo, y copa ancha. Es autóctono de la Península Ibérica, se extiende a Francia por su parte occidental y a Marruecos también por su parte occidental. A pesar de su nombre científico escasea en el norte de la Península Ibérica. Y aparece en casi todo el resto de la Península hasta 1.800 msnm.
Crece en suelo (sustrato) silíceo (ácido). En terrenos húmedos, aguanta fríos de hasta -15ºC y los calores estivales. Posición a la sombra o a media sombra. Las bellotas apenas tienen peciolo (rabito) y maduran ya entrado el otoño. Puede propagarse aprovechando sus retoños.
Los robles son árboles del género quercus, de hoja caediza, más o menos marcescente (las hojas se secan en otoño, pero persisten durante meses en el árbol), con los bordes lobulados, ondulados y continuos y lisos (a diferencia de la encina y el quejigo, que tienen los lóbulos de las hojas poco o nada pronunciados y cuyos bordes son aserrado dentados con dientes espinosos y punzantes).
Florecen en primavera con flores masculinas pequeñas, amarillas, agrupadas en amentos colgantes. Dan sus frutos en el mismo árbol (monoicos). Son las bellotas, de color verde. Están acopladas a una cúpula, de la que se separan al madurar, cayendo al suelo. Entonces son pardas.
Los robles se reproducen o multiplican fácilmente en otoño, cuando se han vuelto marrones las bellotas (semillas), cubriéndolas con unos 3 cms. de tierra, regándolas moderadamente. Se recolectan del árbol o las recién caídas (podemos sacudir las ramas), ya que con el paso de los días van perdiendo su poder germinativo.
También podemos sembrar a final del invierno con objeto de disminuir el tiempo que están expuestas a los depredadores y a las heladas. Pero para evitar que las bellotas se sequen y pierdan su poder germinativo, las conservamos hasta su siembra en la bandeja de las verduras de un frigorífico, cuya temperatura es de unos 4ºC, dentro de un envase de plástico con un par de agujeritos arriba para que respiren las bellotas. Antes las remojamos durante unas horas y cada 5 días reponemos la humedad, pulverizando un poco de agua.
ROBLE COMÚN (quercus robur).
Este árbol de gran tamaño puede vivir varios siglos. Tiene hojas caedizas, grandes, aovadas con el borde de lóbulos medianamente pronunciados. Tiene la copa ancha y el tronco derecho, fuerte, recto y desnudo de ramas por abajo. Es autóctono de casi toda Europa (salvo el extremo norte muy frío y el extremo sur más árido), y Turquía. Autóctono y presente en la España húmeda y en el norte de Portugal. También llamado carballo en Galicia, norte de Portugal y Zamora, carbayu en Asturias, cajiga en Cantabria.
Crece mejor en suelo (sustrato) silíceo (ácido). En terrenos frescos, fértiles, profundos, con humedad ambiental. Posición a pleno sol (mejor), o a media sombra. Las bellotas están acopladas en una cúpula corta de color blanquecino y miden aprox. 3 cms. por 1,5 cms. Maduran a final de verano y caen en otoño.
Flores, frutos y semillas (bellotas) de Roble común (quercus robur). Hojas cuyo borde tiene lóbulos medianamente profundos. Hice las fotografías en el Real Jardín Botánico, Paseo del Prado, Madrid. |
Árbol moderadamente longevo de tamaño mediano, de hoja caediza, pero marcescente, ya que una vez seca en otoño es capaz de persistir en el árbol todo el invierno. Es pubescente, grande y aovada, con lóbulos muy pronunciados separados por senos profundos. De tronco recto, desnudo por abajo, y copa ancha. Es autóctono de la Península Ibérica, se extiende a Francia por su parte occidental y a Marruecos también por su parte occidental. A pesar de su nombre científico escasea en el norte de la Península Ibérica. Y aparece en casi todo el resto de la Península hasta 1.800 msnm.
Crece en suelo (sustrato) silíceo (ácido). En terrenos húmedos, aguanta fríos de hasta -15ºC y los calores estivales. Posición a la sombra o a media sombra. Las bellotas apenas tienen peciolo (rabito) y maduran ya entrado el otoño. Puede propagarse aprovechando sus retoños.
ROBLE PUBESCENTE (quercus humilis, quercus pubescens).
Árbol pequeño o mediano de hojas pubescentes (con pelusilla), grandes, aovadas de borde con lóbulos medianamente pronunciados. Persisten secas muchos meses en el árbol. Autóctono del sur de Europa, de Turquía y del Cáucaso. En España, desde el Ebro hasta los Pirineos. Crece en suelo (sustrato) calizo (básico) o neutro. En todo tipo de terreno, incluso pobre y pedregoso, húmedo o seco. Le favorece el ambiente templado y soleado, aunque aguanta fríos, heladas y calores no extremos. Sus pequeñas bellotas maduran en otoño.
ROBLE ANDALUZ o QUEJIGO ANDALUZ (quercus canariensis).
Árbol grande, de tronco recto y fuerte, y copa ancha. De hojas grandes, recias, lanceoladas (forma de punta de lanza) con borde de lóbulos muy poco pronunciados. Si lo hubo en Canarias, ahora no lo hay (a pesar de su nombre científico). Autóctono del N.E. de África y de la Península Ibérica, en donde está presente en las serranías costeras de Cataluña y en los montes de todo el cuadrante S.O. peninsular, incluido Portugal. Crece en suelo (sustrato) silíceo (ácido) o neutro. En terrenos profundos y frescos, y en zonas templadas o cálidas, de fríos moderados. Se sitúa a la sombra o a media sombra, cerca de ríos, arroyos o torrentes. Las bellotas maduran en otoño.
Las semillas de las sabinas y los enebros germinan con dificultad. Si las sembramos sin más, una vez maduras y quitada bien la pulpa (poniéndolas en remojo), pueden tardar hasta 2 años en germinar o no hacerlo nunca.
Para facilitar la entrada de humedad, y con ello la germinación, debemos ablandar y desgastar su dura cobertura mediante la escarificación: restregamos ligeramente las semillas contra superficie dura y rugosa (lija, lima, rascador, piedra,…), o las batimos mezcladas con arena gorda o gravilla dentro de un bote, durante unos 10 minutos. O las sumergimos en ácido sulfúrico concentrado al 90% durante algo más de media hora y a continuación lavamos con agua. (En la naturaleza algunos animales se tragan los frutos, y los ácidos de sus aparatos digestivos escarifican las semillas, excretándolas a continuación).
Una vez escarificadas, tenemos 4 opciones:
A. Sembrar las semillas directamente, enterrando ligeramente. La recolección de los frutos puede hacerse desde inicio del otoño a final del invierno. Mejora el resultado si recolectamos los frutos no completamente maduros, esto es, cuando han empezado a ponerse azules o rojizos, según el tipo de sabina, que vemos más abajo.
Pero para controlar, acelerar y mejorar el índice de germinación, sometemos las semillas a estos tratamientos:
B. Si recolectamos los frutos antes de iniciarse el invierno. Una vez escarificadas las semillas las depositamos sobre arena o turba húmeda, no encharcada, dentro de un recipiente de plástico cerrado, que mantendremos a unos 22ºC, la temperatura del interior de una casa habitada (estratificación caliente). Nada más empezado el invierno y durante sus tres meses, pasamos el recipiente al refrigerador de nuestro frigorífico doméstico (por ej., al compartimento de las verduras), cuya temperatura suele estar a unos 4ºC, imitando así los rigores del invierno habituales en campo abierto (estratificación fría). Durante ambas estratificaciones, cada 4 días reponemos la humedad si fuera necesario, pulverizando un poco de agua. Y, ya al final, miramos si alguna semilla está germinando. De ser así, la sembramos, operación que haremos con el resto de las semillas al acabar el invierno.
C. Si recolectamos los frutos iniciado el invierno, sólo hacemos la estratificación fría hasta final del invierno.
D. Si tenemos la oportunidad, y la suerte, de recolectar frutos a final del invierno, en el árbol o en el suelo, las semillas ya han pasado el invierno en plena naturaleza (dormancia, latencia, hibernación). Limpiamos, escarificamos y sembramos.
SABINA ALBAR (juniperus thurifera). Otros nombres: sabina roma, enebro/enebra, tarabina, trabina.
Esta conífera es muy longeva y de crecimiento muy lento. Será arbusto muchos años, puede llegar a ser un arbolillo, e incluso acabar teniendo un tamaño mediano con el paso de muchas décadas. Siempre verde, tiene las hojas pequeñísimas dispuestas como escamas imbricadas cubriendo totalmente las ramillas o los tallos, lo que da lugar a un denso follaje. Tiene el tronco grueso y agrietado en tiras alargadas que se desprenden. Es autóctono de la Península Ibérica, del norte de África y de los Alpes franceses. En España es más frecuente en las montañas interiores del centro, norte y este, y, en particular, en las provincias de Segovia, Burgos, Soria, Guadalajara, Cuenca, Teruel, Valencia y Castellón, en alturas de 800 a 1600 msnm. De forma más dispersa por debajo y por encima de esas alturas.
Crece en cualquier tipo de suelo (sustrato), incluso el yesífero, pero mejor en los calizos (básicos). En todo tipo de terreno, incluso pobre y pedregoso. Se posiciona en las laderas a pleno sol. Resiste fríos y calores extremos, desde -25º hasta +40º.
Como conífera, la sabina albar no tiene flores sino conos. Es dioica con ejemplares masculinos distintos de los ejemplares femeninos. Los conos masculinos salen y polinizan desde mediados de invierno, son muy pequeños, amarillos al principio, luego amarillo parduzcos, dispuestos como escamas imbricadas engrosando la punta de algunas ramillas. El fruto de la sabina albar, que se da en los ejemplares hembras, es un gálbulo o cono redondeado y pequeño, de hasta 8mm., de escamas soldadas. Es de color verde que, al madurar al final de su segundo otoño, se torna azul oscuro casi negro cubierto de una cera blanquecina. Los frutos pueden recolectarse en otoño y en invierno. Contienen aldededor de 3 semillas marrones.
La sabina albar también puede reproducirse por estacas.
Árbol pequeño o mediano de hojas pubescentes (con pelusilla), grandes, aovadas de borde con lóbulos medianamente pronunciados. Persisten secas muchos meses en el árbol. Autóctono del sur de Europa, de Turquía y del Cáucaso. En España, desde el Ebro hasta los Pirineos. Crece en suelo (sustrato) calizo (básico) o neutro. En todo tipo de terreno, incluso pobre y pedregoso, húmedo o seco. Le favorece el ambiente templado y soleado, aunque aguanta fríos, heladas y calores no extremos. Sus pequeñas bellotas maduran en otoño.
Árbol grande, de tronco recto y fuerte, y copa ancha. De hojas grandes, recias, lanceoladas (forma de punta de lanza) con borde de lóbulos muy poco pronunciados. Si lo hubo en Canarias, ahora no lo hay (a pesar de su nombre científico). Autóctono del N.E. de África y de la Península Ibérica, en donde está presente en las serranías costeras de Cataluña y en los montes de todo el cuadrante S.O. peninsular, incluido Portugal. Crece en suelo (sustrato) silíceo (ácido) o neutro. En terrenos profundos y frescos, y en zonas templadas o cálidas, de fríos moderados. Se sitúa a la sombra o a media sombra, cerca de ríos, arroyos o torrentes. Las bellotas maduran en otoño.
Las semillas de las sabinas y los enebros germinan con dificultad. Si las sembramos sin más, una vez maduras y quitada bien la pulpa (poniéndolas en remojo), pueden tardar hasta 2 años en germinar o no hacerlo nunca.
Para facilitar la entrada de humedad, y con ello la germinación, debemos ablandar y desgastar su dura cobertura mediante la escarificación: restregamos ligeramente las semillas contra superficie dura y rugosa (lija, lima, rascador, piedra,…), o las batimos mezcladas con arena gorda o gravilla dentro de un bote, durante unos 10 minutos. O las sumergimos en ácido sulfúrico concentrado al 90% durante algo más de media hora y a continuación lavamos con agua. (En la naturaleza algunos animales se tragan los frutos, y los ácidos de sus aparatos digestivos escarifican las semillas, excretándolas a continuación).
Una vez escarificadas, tenemos 4 opciones:
A. Sembrar las semillas directamente, enterrando ligeramente. La recolección de los frutos puede hacerse desde inicio del otoño a final del invierno. Mejora el resultado si recolectamos los frutos no completamente maduros, esto es, cuando han empezado a ponerse azules o rojizos, según el tipo de sabina, que vemos más abajo.
Pero para controlar, acelerar y mejorar el índice de germinación, sometemos las semillas a estos tratamientos:
B. Si recolectamos los frutos antes de iniciarse el invierno. Una vez escarificadas las semillas las depositamos sobre arena o turba húmeda, no encharcada, dentro de un recipiente de plástico cerrado, que mantendremos a unos 22ºC, la temperatura del interior de una casa habitada (estratificación caliente). Nada más empezado el invierno y durante sus tres meses, pasamos el recipiente al refrigerador de nuestro frigorífico doméstico (por ej., al compartimento de las verduras), cuya temperatura suele estar a unos 4ºC, imitando así los rigores del invierno habituales en campo abierto (estratificación fría). Durante ambas estratificaciones, cada 4 días reponemos la humedad si fuera necesario, pulverizando un poco de agua. Y, ya al final, miramos si alguna semilla está germinando. De ser así, la sembramos, operación que haremos con el resto de las semillas al acabar el invierno.
C. Si recolectamos los frutos iniciado el invierno, sólo hacemos la estratificación fría hasta final del invierno.
D. Si tenemos la oportunidad, y la suerte, de recolectar frutos a final del invierno, en el árbol o en el suelo, las semillas ya han pasado el invierno en plena naturaleza (dormancia, latencia, hibernación). Limpiamos, escarificamos y sembramos.
SABINA ALBAR (juniperus thurifera). Otros nombres: sabina roma, enebro/enebra, tarabina, trabina.
Esta conífera es muy longeva y de crecimiento muy lento. Será arbusto muchos años, puede llegar a ser un arbolillo, e incluso acabar teniendo un tamaño mediano con el paso de muchas décadas. Siempre verde, tiene las hojas pequeñísimas dispuestas como escamas imbricadas cubriendo totalmente las ramillas o los tallos, lo que da lugar a un denso follaje. Tiene el tronco grueso y agrietado en tiras alargadas que se desprenden. Es autóctono de la Península Ibérica, del norte de África y de los Alpes franceses. En España es más frecuente en las montañas interiores del centro, norte y este, y, en particular, en las provincias de Segovia, Burgos, Soria, Guadalajara, Cuenca, Teruel, Valencia y Castellón, en alturas de 800 a 1600 msnm. De forma más dispersa por debajo y por encima de esas alturas.
Crece en cualquier tipo de suelo (sustrato), incluso el yesífero, pero mejor en los calizos (básicos). En todo tipo de terreno, incluso pobre y pedregoso. Se posiciona en las laderas a pleno sol. Resiste fríos y calores extremos, desde -25º hasta +40º.
Como conífera, la sabina albar no tiene flores sino conos. Es dioica con ejemplares masculinos distintos de los ejemplares femeninos. Los conos masculinos salen y polinizan desde mediados de invierno, son muy pequeños, amarillos al principio, luego amarillo parduzcos, dispuestos como escamas imbricadas engrosando la punta de algunas ramillas. El fruto de la sabina albar, que se da en los ejemplares hembras, es un gálbulo o cono redondeado y pequeño, de hasta 8mm., de escamas soldadas. Es de color verde que, al madurar al final de su segundo otoño, se torna azul oscuro casi negro cubierto de una cera blanquecina. Los frutos pueden recolectarse en otoño y en invierno. Contienen aldededor de 3 semillas marrones.
La sabina albar también puede reproducirse por estacas.
SABINA NEGRAL (juniperus phoenicea). Otros nombres: sabina negra, sabina mora, sabina suave, pudia.
Arbusto o arbolillo siempre verde de hojas pequeñísimas dispuestas como escamas imbricadas cubriendo totalmente las ramillas o los tallos, lo que da lugar a un denso follaje. La corteza de su tronco se agrieta, desprendiéndose en tiras alargadas. Tiene abundantes ramas desde muy abajo. Es autóctono del sur de Europa, noroeste de África y suroeste de Asia. En España abunda más cuanto más al este, y alcanza hasta las Islas Canarias (juniperus phoenica, var. canariensis). Está presente en todas las provincias del litoral mediterráneo español y del Atlántico sur, y en las zonas costeras de la mitad sur de Portugal.
Crece en todo tipo de suelo (sustrato): silíceo (ácido), calcáreo o calizo (básico), neutro, incluso moderadamente salino. En terrenos pobres, incluso pedregosos, arenales, acantilados y suelos volcánicos. Soporta climas secos y altas temperaturas, grandes heladas, inviernos fríos y vientos intensos. Crece desde 0 a 1300 msnm, es capaz de sobrevivir con precipitaciones escasas, de tan solo 300 litros por m/2 al año.
Como conífera, la sabina negral no tiene flores sino conos. La sabina negral es monoica. Los conos masculinos salen y polinizan desde mediados del invierno. Son muy pequeños, amarillentos, dispuestos como escamas imbricadas engrosando la punta de algunas ramillas. Conos femeninos muy pequeños, color crema, luego violáceos. El fruto de la sabina negral, en el mismo árbol, es un gálbulo o cono redondeado, de casi 1,5 cms., de color verde que se torna marrón rojizo al madurar en su segundo otoño. Pueden recolectarse en otoño y en invierno. Se desmenuzan con los dedos (quizá haya que poner varios días en remojo) y extraemos alrededor de 6 semillas marrones.
Arbusto o arbolillo siempre verde de hojas pequeñísimas dispuestas como escamas imbricadas cubriendo totalmente las ramillas o los tallos, lo que da lugar a un denso follaje. La corteza de su tronco se agrieta, desprendiéndose en tiras alargadas. Tiene abundantes ramas desde muy abajo. Es autóctono del sur de Europa, noroeste de África y suroeste de Asia. En España abunda más cuanto más al este, y alcanza hasta las Islas Canarias (juniperus phoenica, var. canariensis). Está presente en todas las provincias del litoral mediterráneo español y del Atlántico sur, y en las zonas costeras de la mitad sur de Portugal.
Crece en todo tipo de suelo (sustrato): silíceo (ácido), calcáreo o calizo (básico), neutro, incluso moderadamente salino. En terrenos pobres, incluso pedregosos, arenales, acantilados y suelos volcánicos. Soporta climas secos y altas temperaturas, grandes heladas, inviernos fríos y vientos intensos. Crece desde 0 a 1300 msnm, es capaz de sobrevivir con precipitaciones escasas, de tan solo 300 litros por m/2 al año.
Como conífera, la sabina negral no tiene flores sino conos. La sabina negral es monoica. Los conos masculinos salen y polinizan desde mediados del invierno. Son muy pequeños, amarillentos, dispuestos como escamas imbricadas engrosando la punta de algunas ramillas. Conos femeninos muy pequeños, color crema, luego violáceos. El fruto de la sabina negral, en el mismo árbol, es un gálbulo o cono redondeado, de casi 1,5 cms., de color verde que se torna marrón rojizo al madurar en su segundo otoño. Pueden recolectarse en otoño y en invierno. Se desmenuzan con los dedos (quizá haya que poner varios días en remojo) y extraemos alrededor de 6 semillas marrones.
SAUCE BLANCO (salix alba). Otros nombres: Sauce plateado, salguero, salce.
Árbol de tamaño mediano y crecimiento rápido. De hoja caediza con el envés grisáceo, alargada (unos 10 cms.) y estrecha (2,5 cms., más o menos) con el ápice muy puntiagudo y el borde ligeramente dentado. De ramillas muy flexibles. Es autóctono de Europa (salvo el extremo norte de clima muy frío), del oeste de Asia y del noroeste de África. Presente en toda la Península Ibérica y Baleares.
Crece en suelo (sustrato) silíceo (ácido), calizo (básico) o neutro. En terrenos sueltos, profundos, frescos y húmedos o muy húmedos. Vive en la ribera de los ríos, arroyos, charcas y lagunas, y en las vaguadas u hondonadas. Aguanta calores, fríos y heladas, siempre que no sean extremos. Posición a pleno sol. Vive desde cotas bajas hasta los 1.600 msnm aproximadamente.
Florece a final del invierno e inicio de primavera con flores agrupadas en amentos alargados. Las masculinas son amarillentas, las femeninas verdes. Están en árboles diferentes (dioico). Los frutos, en los sauces hembra, son cápsulas verdes y pequeñas agrupadas en racimo alargado. Maduran mediada la primavera, se abren y dejan salir abundantes y pequeñas semillas color pardo oscuro, provistas de finos pelillos blancos. Aunque muchas son hueras o vanas, las que germinan lo hacen con facilidad, enterrando bajo una finísima capa de tierra las cápsulas recién recolectadas del árbol o las recién caídas al suelo.
Pero lo habitual es reproducir los sauces por esquejes, estacas y acodos, pues enraízan muy bien, a finales de invierno. El trasplante de plantones, que podemos hacer a raíz desnuda, también debe llevarse a cabo a finales de invierno. Los sauces brotan bien de cepa.
Frutos y semillas de Sauce blanco (salix alba). Hice las fotografias en Real Jardín Botánico, Alfonso XIII, Av. Complutense, Ciudad Universitaria, Madrid. |
SAUCE CENIZO o CENICIENTO o SAUCE BARDAGUERA (salix atrocinerea o cinerea). Otros nombres: sarga negra, zalce, salce.
Arbolillo o arbusto de hoja caediza. Sus hojas son aterciopeladas y pelosas por el haz y por el envés los primeros días después de nacer, por lo que en ese periodo son de color verde grisáceo. Florece al final del invierno. Las inflorescencias masculinas de los ejemplares machos son amentos algo aovados, erguidos y erizados de filamentos. Las inflorescencias femeninas en los ejemplares hembras son colgantes y reúnen numerosas cápsulas, cuya apertura en dos valvas antes de mediados de primavera da lugar a la liberación y dispersión de numerosas y diminutas semillas dotadas de finos pelillos blanquecinos. Es autóctono de los países atlánticos de Europa y del N.O. de África. Y de toda Península Ibérica.
Crece en suelos (sustratos) silíceos (ácidos), neutros y en los ligeramente calizos (básicos). Vive en altitudes desde cotas bajas hasta los 1.800 msnm aproximadamente.
Flores, frutos, semillas de Bardaguera o sauce ceniciento (salix atrocinerea). Hice estas fotografías en el Real Jartín Botánico Alfonso XIII, Av. Complutense, Ciudad Universitaria, Madrid. |
Sauce o salce capruno (salix caprea). También llamado: zargatillo.
Arbolillo o arbusto de hojas más anchas que el resto de los sauces, con flores masculinas más grandes y redondeadas, primero blancas luego amarillas. Es autóctono de Europa y Asia occidental y central. En la Península Ibérica crece en todo el cuadrante noroeste, en el Sistema Ibérico, en los Pirineos, y en las montañas orientales de Andalucía. Crece en suelos ácidos o neutros. También hasta los 2.000 msnm.
Mimbrera o sauce frágil (salix fragilis).
Arbolillo o árbol de tamaño mediano, autóctono de Europa (salvo el norte) y oeste de Asia. De toda la Península Ibérica y de Baleares. Crece en suelos silíceos, neutros y calizos. Vive bien en terrenos húmedos, incluso inundados. Desde cotas bajas hasta casi los 2.000 msnm. Se utilizan sus ramas y ramillas en la fabricación de cestos, por eso a veces está desmochado.
Flores, frutos, semillas de Sauce mimbrera (salix fragilis). Hice fotos en RJB Alfonso XIII, Madrid |
Otras mimbreras. También son del género salix, pero de porte arbustivo, pobladas de ramillas largas, delgadas y flexibles desde la base:
Sargatillo (salix purpúrea), de color escarlata, presente en la España peninsular, salvo el extremo norte.
Mimbrera oscura, sargatilla (salix triandra), presente en toda la Península Ibérica.
SAÚCO común, Saúco negro (sambucus nigra). Otros nombres: sabugo, sabuco, canillero.
Arbolillo de hoja caediza compuesta por un número impar de foliolos (hojuelas) aovados de ápice puntiagudo y de borde aserrado. Tiene muchas ramas, porte bajo y ancho, y follaje denso. Autóctono de Europa (salvo el norte más frío), oeste de Asia y N.O de África. Abunda más en la mitad norte de la Península Ibérica. Casi inexistente en la España árida del S.E y en las zonas más áridas del valle del Ebro.
Crece en cualquier tipo de suelo (sustrato) silíceo (ácido), neutro y calizo (básico). En terrenos sueltos, frescos y húmedos, preferentemente cercanos a corrientes de agua. A pleno sol o a media sombra. Resiste temperaturas altas y resiste fríos y heladas de hasta -15ºC. Puede vivir desde cotas bajas hasta 1.300 msnm.
Florece a final de la primavera e inicio del verano, con abundantes flores blancas agrupadas en grandes corimbos (flores a similar nivel en el racimo). Sus flores son bisexuales (hermafroditas), pues tienen ambos sexos en la misma flor. Sus frutos son unas pequeñas bayas del tamaño de un guisante, redondeadas y lustrosas, agrupadas en racimos. Son de color color verde que se vuelve tinto en su madurez, en la segunda mitad del verano e inicio del otoño. Cada baya contiene hasta 4 semillas oscuras.
El saúco se reproduce o multiplica por semillas, enterrándolas ligeramente al inicio del otoño en el campo o en semillero, una vez quitada la pulpa y lavado las semillas (la pulpa suele dificultar la germinación).
Para controlar, acelerar o incrementar el índice de germinación se pueden sembrar en primavera. Lavadas las semillas se ponen en arena húmeda, no encharcada, dentro de un envase de plástico cerrado, a unos 20ºC (temperatura de una casa habitada) para que las semillas completen su desarrollo (estratificación caliente). A continuación, durante todo el invierno, metemos ese recipiente en la bandeja de las verduras de un frigorífico, a unos 4ºC (estratificación fría, imitando los rigores invernales que las semillas pasarían en plena naturaleza). Durante ambas estratificaciones, cada 5 días reponemos humedad pulverizando un poco de agua. Si, casi al final, vemos alguna semilla germinando, la sembramos. Las demás, al acabar el invierno.
Asimismo, el saúco se propaga por estacas o esquejes de ramitas semileñosas en primavera y verano. Y por estacas leñosas en invierno. El saúco rebrota de cepa.
SERBALES (sorbus):
Sargatillo (salix purpúrea), de color escarlata, presente en la España peninsular, salvo el extremo norte.
Mimbrera oscura, sargatilla (salix triandra), presente en toda la Península Ibérica.
SAÚCO común, Saúco negro (sambucus nigra). Otros nombres: sabugo, sabuco, canillero.
Arbolillo de hoja caediza compuesta por un número impar de foliolos (hojuelas) aovados de ápice puntiagudo y de borde aserrado. Tiene muchas ramas, porte bajo y ancho, y follaje denso. Autóctono de Europa (salvo el norte más frío), oeste de Asia y N.O de África. Abunda más en la mitad norte de la Península Ibérica. Casi inexistente en la España árida del S.E y en las zonas más áridas del valle del Ebro.
Crece en cualquier tipo de suelo (sustrato) silíceo (ácido), neutro y calizo (básico). En terrenos sueltos, frescos y húmedos, preferentemente cercanos a corrientes de agua. A pleno sol o a media sombra. Resiste temperaturas altas y resiste fríos y heladas de hasta -15ºC. Puede vivir desde cotas bajas hasta 1.300 msnm.
Florece a final de la primavera e inicio del verano, con abundantes flores blancas agrupadas en grandes corimbos (flores a similar nivel en el racimo). Sus flores son bisexuales (hermafroditas), pues tienen ambos sexos en la misma flor. Sus frutos son unas pequeñas bayas del tamaño de un guisante, redondeadas y lustrosas, agrupadas en racimos. Son de color color verde que se vuelve tinto en su madurez, en la segunda mitad del verano e inicio del otoño. Cada baya contiene hasta 4 semillas oscuras.
El saúco se reproduce o multiplica por semillas, enterrándolas ligeramente al inicio del otoño en el campo o en semillero, una vez quitada la pulpa y lavado las semillas (la pulpa suele dificultar la germinación).
Para controlar, acelerar o incrementar el índice de germinación se pueden sembrar en primavera. Lavadas las semillas se ponen en arena húmeda, no encharcada, dentro de un envase de plástico cerrado, a unos 20ºC (temperatura de una casa habitada) para que las semillas completen su desarrollo (estratificación caliente). A continuación, durante todo el invierno, metemos ese recipiente en la bandeja de las verduras de un frigorífico, a unos 4ºC (estratificación fría, imitando los rigores invernales que las semillas pasarían en plena naturaleza). Durante ambas estratificaciones, cada 5 días reponemos humedad pulverizando un poco de agua. Si, casi al final, vemos alguna semilla germinando, la sembramos. Las demás, al acabar el invierno.
Asimismo, el saúco se propaga por estacas o esquejes de ramitas semileñosas en primavera y verano. Y por estacas leñosas en invierno. El saúco rebrota de cepa.
Flores, frutos, semillas del Saúco común o saúco negro (sambucus nigra). Hice estas fotografías en el Real Jardín Botánico Alfonso XIII, Madrid, y en el Parque de la Fuente del Berro, Madrid |
MOSTAJO COMÚN o SERBAL MORISCO (sorbus aria). Otros nombres: serbal blanco, mostellar.
Árbol o arbolillo de hoja caediza, grande, ovalada de ápice poco o nada pronunciado. Tiene el borde dentado, es verde lustrosa por el haz y verde grisácea por el envés en donde tiene una fina pelusilla blanca. Autóctono de toda Europa (salvo el norte de clima más frío), del oeste de Asia y del N.O. de África. Y de los montes y montañas de toda la España peninsular y de Baleares.
Crece en suelo (sustrato) silíceo (ácido), neutro, pero mejor en el calizo (básico). En todo tipo de terreno, incluso pedregoso, moderadamente húmedo. Aguanta fríos y heladas de hasta -15ºC, así como la sequía moderada. Sufre con los calores estivales excesivos. Situación a pleno sol. Desde 500 hasta 2.000 msnm.
Florece en primavera, con pequeñas flores blancas agrupadas en corimbos (racimos con las flores a similar nivel). Son bisexuales (hermafroditas), con ambos sexos en la misma flor. Los frutos del mostajo son pomos redondeados, de hasta 1 cm., de color verde que, al madurar al final del verano e inicio del otoño, se tornan rojo anaranjado. Contiene cada uno hasta 2 semillas pequeñas y marrones.
El mostajo común o serbal morisco se reproduce o multiplica por semillas, enterrándolas ligeramente en otoño, nada más recolectadas, limpias de toda pulpa. Mejor recolectar a final del verano, no completamente maduras (no están rojas del todo). Tardan unos 8 meses en germinar, y lo hacen con mediano éxito.
Para acelerar y mejorar el índice de germinación se someten las semillas a este tratamiento: se ponen sobre arena húmeda, no encharcada, dentro de un envase de plástico cerrado, a unos 22ºC (la temperatura de una casa habitada) durante 20 días del último mes de otoño (estratificación caliente). A continuación, durante los 3 meses de invierno, ponemos el envase en la bandeja de las verduras de un frigorífico, a 4ºC (estratificación fría). Cada 5 días reponemos humedad pulverizando un poco de agua. Ya al final, miramos si alguna semilla germina. De ser así, la sembramos. El resto se siembran al acabar el invierno.
También puede propagarse el mostajo común o serbal morisco aprovechando los numerosos retoños que suele tener. El mostajo común (sorbus aria) rebrota de cepa tras ser cortado o tras el paso de un incendio.
Árbol o arbolillo de hoja caediza, grande, ovalada de ápice poco o nada pronunciado. Tiene el borde dentado, es verde lustrosa por el haz y verde grisácea por el envés en donde tiene una fina pelusilla blanca. Autóctono de toda Europa (salvo el norte de clima más frío), del oeste de Asia y del N.O. de África. Y de los montes y montañas de toda la España peninsular y de Baleares.
Crece en suelo (sustrato) silíceo (ácido), neutro, pero mejor en el calizo (básico). En todo tipo de terreno, incluso pedregoso, moderadamente húmedo. Aguanta fríos y heladas de hasta -15ºC, así como la sequía moderada. Sufre con los calores estivales excesivos. Situación a pleno sol. Desde 500 hasta 2.000 msnm.
Florece en primavera, con pequeñas flores blancas agrupadas en corimbos (racimos con las flores a similar nivel). Son bisexuales (hermafroditas), con ambos sexos en la misma flor. Los frutos del mostajo son pomos redondeados, de hasta 1 cm., de color verde que, al madurar al final del verano e inicio del otoño, se tornan rojo anaranjado. Contiene cada uno hasta 2 semillas pequeñas y marrones.
El mostajo común o serbal morisco se reproduce o multiplica por semillas, enterrándolas ligeramente en otoño, nada más recolectadas, limpias de toda pulpa. Mejor recolectar a final del verano, no completamente maduras (no están rojas del todo). Tardan unos 8 meses en germinar, y lo hacen con mediano éxito.
Para acelerar y mejorar el índice de germinación se someten las semillas a este tratamiento: se ponen sobre arena húmeda, no encharcada, dentro de un envase de plástico cerrado, a unos 22ºC (la temperatura de una casa habitada) durante 20 días del último mes de otoño (estratificación caliente). A continuación, durante los 3 meses de invierno, ponemos el envase en la bandeja de las verduras de un frigorífico, a 4ºC (estratificación fría). Cada 5 días reponemos humedad pulverizando un poco de agua. Ya al final, miramos si alguna semilla germina. De ser así, la sembramos. El resto se siembran al acabar el invierno.
También puede propagarse el mostajo común o serbal morisco aprovechando los numerosos retoños que suele tener. El mostajo común (sorbus aria) rebrota de cepa tras ser cortado o tras el paso de un incendio.
Flores, frutos y semillas del Mostajo común o serbal morisco (sorbus aria). Hice estas fotografías en el Arboreto Giner de los Ríos, El Paular, Rascafría, Madrid. |
Árbol de tamaño pequeño o mediano, de hoja caediza, compuesta por foliolos (hojuelas), en número impar, alargados, estrechos, de ápice puntiagudo y de borde aserrado. Es autóctono de toda Europa y del oeste de Asia, y autóctono de España en montes y montañas de la mitad norte.
Crece mejor en suelo (sustrato) silíceo (ácido), pero también en el neutro y en el calizo (básico). En todo tipo de terreno, incluso superficial, pero con humedad permanente, bien drenado. Tolera fríos y heladas de hasta -20ºC. Vive en altitudes elevadas, desde 500 a 2.000 msnm. Posición a pleno sol o a media sombra.
Florece a mediados de primavera con pequeñas flores blanquecinas, agrupadas en grandes corimbos (racimos con las flores a similar nivel). Da muchas más flores que los demás serbales. Son hermafroditas (ambos sexos en la misma flor). El fruto es un pomo redondeado, de tan solo 6 mm. De color verde, se torna rojo anaranjado al madurar a final de verano o en otoño. Puede permanecer en el árbol hasta entrado el invierno. Muy apetecido por las aves, que dispersarán sus semillas. El número de pomos por racimo es mucho más alto (unos 50) que en el sorbus aria o el sorbus domestica. Cada fruto contiene hasta 5 semillas.
El serbal de los cazadores se reproduce o multiplica en otoño por semillas recién recolectadas, limpias de pulpa y lavadas, cubriéndolas con una ligera capa de tierra.
También pueden sembrarse al acabar el invierno: ponemos las semillas en arena húmeda, no encharcada, dentro de un envase de plástico cerrado, y lo tenemos a unos 22ºC (temperatura de una casa habitada) durante los últimos 30 días de otoño (estratificación caliente). A continuación, durante todo el invierno, ponemos el envase en el cajón de las verduras de un frigorífico, a 4ºC (estratificación fría, que simula los rigores del invierno que pasarían las semillas en la naturaleza). Cada 5 días reponemos humedad pulverizando un poco de agua. Al final, si vemos alguna semilla germinando, la sembramos. El resto se siembran al acabar el otoño. Si hemos recolectado en invierno no hace falta hacer estratificación caliente.
Asimismo, el serbal de los cazadores se propaga trasplantando sus retoños. El serbal de los cazadores es capaz de rebrotar tras ser talado o tras el paso de un incendio.
Flores, frutos, semillas de Serbal de los cazadores (sorbus aucuparia). Hice estas fotografías en el Arboreto Giner de los Ríos, El Paular, Rascafría, Madrid. |
Árbol pequeño o mediano de hoja caediza. Está compuesta por foliolos (hojuelas), en número impar, alargados y estrechos, de bordes aserrados y ápice puntiagudo. Es el más grande de los serbales. Es autóctono principalmente del sur de Europa y, algo más disperso, del centro de Europa, oeste de Asia y norte de África. En España es autóctono en la mitad este: Sistema Ibérico, Cordillera Litoral de Cataluña, Sierra de Segura Cazorla, Sierra Nevada y Baleares.
Crece en suelo (sustrato) silíceo (ácido), neutro, pero mejor en el calizo (básico). En todo tipo de terreno, superficial o profundo, pero algo húmedo, aunque es el serbal más capacitado para resistir el calor y la sequía estival estando en terreno profundo. Busca la cercanía de cursos de agua, en montes y montañas, hasta 1.500 msnm. Aguanta fríos de hasta -15ºC. Posición a pleno sol o a media sombra.
Florece al empezar la primavera con pequeñas flores blanquecinas, agrupadas en racimos (corimbos) de pocas flores. Son bisexuales (hermafroditas), con ambos sexos en la misma flor. El fruto del serbal común (serba) es un pomo con forma de pera, de unos 2,5 cms., bastante más grande que el de los demás serbales. De color verde se torna marrón rojizo al madurar a final del verano. Los frutos se agrupan en racimos, de hasta 15 frutos. Es fácil encontrar frutos maduros debajo del serbal. Sus semillas son marrones.
El serbal común se reproduce o multiplica por semillas recién recolectadas, a finales de verano o durante todo el otoño, cubriéndolas con una ligera capa de tierra, una vez limpias de toda pulpa, incluso lavadas.
Se mejora el índice de germinación sembrando a final de invierno: durante los últimos 20 días de otoño se ponen las semillas en arena húmeda, no encharcada, en un envase de plástico cerrado, a 22º C, temperatura de una casa habitada (estratificación caliente). A continuación, durante todo el invierno, ponemos el envase en el cajón de las verduras de la nevera, a 4ºC (estratificación fría). Cada 5 días reponemos humedad pulverizando un poco de agua. Si alguna semilla germina, la sembramos. El resto, a final del invierno.
El serbal común (sorbus domestica) es capaz de rebrotar de cepa si es talado o tras el paso de un fuego. El trasplante de plantones es delicado, por lo que se hará con el cepellón entero, sin desmoronarse (regarlo días antes).
Flores, frutos y semillas de Serbal común (sorbus domestica). Hice estas fotografías en el Real Jardín Botánico Alfonso XIII, Av. Complutense, Ciudad Universitaria, Madrid. |
Árbol pequeño o mediano. De hoja caediza, grande, casi igual de ancha que de larga, con borde finamente aserrado y lobulado con lóbulos desiguales y agudos. Es autóctono del oeste, centro y sur de Europa, oeste de Asia y N.O de África. Y de los montes y sierras de la Península Ibérica, salvo la franja más occidental y el suroeste.
Crece en suelos (sustratos) silíceos (ácidos), neutros o calizos (básicos). En terrenos profundos, frescos, con humedad moderada, bien drenados, en altitudes desde 300 a 1.500 msnm. Posición a pleno sol o a media sombra. Resiste fríos y heladas de hasta -15ºC, incluso temperaturas más bajas.
Florece en primavera cons flores blancas agrupadas en corimbos (las flores acaban a similar nivel en el racimo). Es hermafrodita (bisexual, ambos sexos en la misma flor). Los frutos del serbal silvestre son pomos redondeados, de 1,5 cms. aproximadamente, de color verde parduzco, que se torna marrón al madurar al inicio del otoño. Cada fruto contiene 1 ó 2 semillas marrones.
El serbal o sorbo silvestre se reproduce o multiplica por semillas en otoño, enterrándolas ligeramente nada más recolectar y limpiar la pulpa. Pueden germinar en la primera primavera, en la segunda o no germinar.
Para controlar, acelerar y mejorar el índice de germinación podemos someter las semillas a una doble estratificación: se colocan sobre arena húmeda, no encharcada, dentro de un envase de plástico cerrado, a unos 22ºC (la temperatura de una vivienda habitada) durante unos 20 días en el último mes del otoño (estratificación caliente). A continuación, durante los 3 meses de invierno, ponemos dicho envase en la bandeja de las verduras de un frigorífico, a 4ºC (estratificación fría, que reproduce los rigores invernales que sufrirían en plena naturaleza). Cada 5 días reponemos humedad pulverizando un poco de agua y, ya al final, miramos si alguna semilla germina. De ser así, la sembramos. Las demás se siembran al acabar el invierno.
También puede propagarse el serbal o sorbo silvestre (sorbus torminalis) aprovechando los rebrotes de raíz y de cepa. Y por estaquillas. Los serbales renacen de cepa tras ser talados o tras el paso de un fuego.
Arbolillo o árbol mediano, de hoja caediza, grande, casi tan ancha como larga y con el margen dentado con dientes triangulares. Es autóctono del centro y oeste de Europa. Está presente en las sierras y montañas de la Península Ibérica, salvo en el suroeste.
Crece en cualquier tipo de suelo (sustrato) silíceo (ácido), neutro o calizo (básico). Se desarrolla bien en terrenos frescos y húmedos, bien drenados, que sean fértiles y profundos. Pero es capaz de vivir en terrenos menos ricos, incluso pedregosos. De 500 a 1.500 msnm, y a más altura en las montañas andaluzas. A pleno sol florece y fructifica mejor pero tolera la media sombra. Aguanta heladas y fríos de hasta -20ºC.
Florece en primavera con flores blancas agrupadas en corimbos (racimos con las flores a similar nivel). Es hermafrodita (bisexual, con ambos sexos en la misma flor). Los frutos del sorbus latifolia son pomos, de 1,5 cms. más o menos, de color verde que se torna color pardo amarillo cuando maduran a final del verano e inicio de otoño. Cada fruto puede contener hasta 2 semillas marrones.
El mostajo de hoja ancha (sorbus latifolia) se reproduce o multiplica por semillas en otoño, enterrándolas ligeramente, recién recolectadas y limpias de pulpa. Quizá no germinen hasta la segunda primavera.
Para controlar, acelerar y mejorar el índice de germinación se someten las semillas a doble estratificación: se colocan sobre arena húmeda, no encharcada, dentro de un envase de plástico cerrado, a unos 22ºC (temperatura de una casa habitada) durante los 20 días finales de otoño (estratificación caliente). A continuación, durante todo el invierno, ponemos el envase en el cajón de las verduras de un frigorífico, a 4ºC (estratificación fría). Cada 5 días reponemos humedad pulverizando un poco de agua. Ya al final, si vemos alguna semilla germinando, la sembramos. Las demás semillas se siembran al acabar el invierno.
También puede propagarse el serbal mostajo de hoja ancha (sorbus latifolia) por sus rebrotes de raíz y de cepa. Y por estaquillas. Los serbales rebrotan de cepa tras ser talados o tras el paso de un fuego.
Flores, frutos y semillas del Serbal Mostajo de Hoja Ancha (sorbus latifolia). Hice estas fotografías en el Arboreto Giner de los Ríos, El Paular, Rascafría, Madrid. |
Árbol longevo de lento crecimiento, siempre verde, de hojas oscuras y aciculares (conífera), follaje denso, ramas horizontales y grueso tronco marrón. Autóctono de Europa, oeste de Asia y N.O. de África. En la Península Ibérica y Baleares aparece de forma dispersa en casi todas las montañas, más en la mitad norte.
Crece en suelo (sustrato) silíceo (ácido), neutro, mejor en el calizo (básico). En todo tipo de terreno, incluso pedregoso, pero fresco y algo húmedo bien drenado, con humedad ambiental, en los montes a la sombra o media sombra, desde 600 hasta 2.000 msnm. Sufre con la sequía o calor excesivos. Soporta frío hasta -15ºC.
Como conífera, el tejo común no tiene flores sino conos. Es dioico con ejemplares masculinos distintos de los ejemplares femeninos. Los conos masculinos, pequeños y amarillos, salen y polinizan en primavera. El cono femenino, pequeño y amarillo, se convierte en un fruto aovado, de 1 cm., color verde pálido que está compuesto por la semilla y un arilo (anillo) protector, que se torna color rojo vivo al madurar en otoño, y cae en pocos días. Fruto tan vistoso es apetecido por los pájaros. Los ácidos de su aparato digestivo ablandan la dura envoltura de la semilla, dejándola lista para germinar. Así pues, son dispersores de sus semillas. Todo en el tejo es tóxico, excepto esa pulpa roja.
El tejo común se reproduce o multiplica por semillas. Recolectadas cuando la semilla ha pasado del verde al marrón en otoño, se quita la pulpa, se secan y las enterramos ligeramente. Pueden nacer en la primera primavera, más normal es que se demore hasta la segunda primavera, o no hacerlo nunca.
Para acelerar y mejorar el índice de germinación, se someten las semillas a doble estratificación: sin pulpa y lavadas, se ponen en (y algo cubiertas de) arena húmeda, no encharcada, en un envase de plástico cerrado, a unos 20ºC (temperatura de casa habitada), hasta final de otoño (estratificación caliente), para mejor desarrollo de las semillas. Durante el invierno, se pasa el envase al cajón de las verduras de un frigorífico, a unos 4ºC, (estratificación fría). En ambas estratificaciones, cada 5 días reponemos humedad pulverizando un poco de agua. Si vemos alguna semilla germinar, la sembramos. Las demás, al acabar el invierno.
El tejo común también se reproduce o multiplica por esquejes, que podemos hacer a partir de sus ramitas. Ver una buena explicación en: http://plantarcientosdearboles.blogspot.com.es/2013/08/tejo-el-arbol-de-las-brujas.html
Los tilos crecen en suelo (sustrato) silíceo (ácido), calizo (básico) o neutro. En terreno fértil, profundo, fresco, moderadamente húmedo y con humedad ambiental. Resisten fríos y heladas de hasta -15ºC. Sufren con los calores estivales excesivos. Posición de sombra o media sombra.
Al inicio de verano tienen una abundante floración blanco amarilla (se aprovecha para producir la tila). Son flores bisexuales (hermafroditas, con ambos sexos en la misma flor). Son pequeñas, agrupadas en ramilletes colgantes de escaso número de flores, que van acompañados de una hojuela (bráctea) alargada y estrecha de color verde más pálido que el color de las hojas. El fruto del tilo es una cápsula en forma de bolita aovada, color verde claro, que contiene una (o dos) semillas, y que madura a final de verano y en otoño, tornándose color marrón claro. Persiste durante meses en el árbol, volviéndose cada vez más duro.
El tilo se reproduce o multiplica por semillas, enterrándolas ligeramente en otoño. Por tener la cubierta impermeable puede demorarse la germinación una o dos primaveras. Se facilita o acelera la germinación escarificando la envoltura, restregándola contra superficie dura y rugosa o haciendo una ligera incisión.
Obtenemos mejor resultado sembrando al acabar el invierno con los siguientes tratamientos: ponemos las semillas en turba húmeda, no encharcada, dentro de un envase de plástico cerrado que mantenemos a unos 22ºC (temperatura de una casa habitada), desde la recolección hasta empezar el invierno (estratificación caliente). Durante todo el invierno, depositamos dicho envase en la bandeja de las verduras de un frigorífico, cuya temperatura es de unos 4ºC (estratificación fría). Durante ambas estratificaciones, cada 5 días, reponemos humedad pulverizando un poco de agua. Ya al final, miramos si alguna semilla germina. De ser así, se siembra. El resto se siembran acabado el invierno. Hemos dicho que algunos frutos persisten durante meses en el árbol. Si recolectamos poco antes de iniciarse el invierno, no hacemos estratificación caliente. Si recolectamos muy avanzado el invierno, no hacemos estratificación fría, operación con la que imitamos los rigores invernales que las semillas pasan en plena naturaleza.
Asimismo, los tilos se reproducen por estacas o esquejes y por retoños. Éstos últimos se pueden extraer con una espátula o palita metálica, o con una azada. Ver más información e ilustración fotográfica en esta dirección: http://eltilo.blog.com.es/2009/02/19/reproduccion-del-tilo-5611155/ El trasplante de plantones debe hacerse a final del invierno con el cepellón entero (regar días antes para que no se desmorone).
TILO DE HOJA GRANDE (tilia platyphyllos). Otros nombres: tilo de hoja ancha, tilo común.
Árbol de tamaño grande, copa redondeada y denso follaje. De hoja caediza, acorazonada, grande, igual de ancha que larga, casi circular, con un ápice pequeño y picudo. Las hojas son pubescentes (con fina pelusilla blanquecina) y tienen el margen aserrado. Se distingue fácilmente este tilo por sus frutos, ya que de maduros tienen en la superficie costillas sobresalientes.
Es autóctono de Europa (salvo el norte más frío) y del oeste de Asia. En España está presente en Pirineos, Cordillera Cantábrica y Sistema Ibérico.
Flores, frutos y semillas de Tilo de hoja grande (tilia platyphyllos). Hice las fotografías en la Senda Botánica del Parque de la Fuente del Berro, Madrid. |
Árbol de tamaño mediano, de copa ancha y redondeada y denso follaje. De hoja caediza, acorazonada, de tamaño mediano, casi tan ancha como larga, casi circular. La hoja es pubescente por el envés (fina pelusilla rojiza), tiene borde aserrado y ápice puntiagudo. El fruto no tiene costillas sobresalientes en la superficie.
Es autóctono de Europa, Cáucaso y Urales. En España en los Pirineos y en la Cordillera Cantábrica.
Flores, frutos y semillas de Tilo de hoja pequeña (tilia cordata). Hice las fotografías en el Real Jardín Botánico Alfonso XIII, Av. Complutense, Ciudad Universitaria, Madrid. |
Breves pero muy claras las descripciones, me encanta, estoy tomando nota aun que en mi país no tenemos el clima de Uds. y por lo tanto tampoco muchas de las especies que describes, me parece una nota muy buena. Gracias
ResponderEliminarHola amigo:
ResponderEliminarMe ha encantado tu página, aunque sólo he tenido tiempo de echarle un vistazo por encima. Mañana la veré con más detalle, pero desde ya te aseguro que tendrás un hueco en mi página, amén de incluirte en otras en las que tengo acceso.
Ya te iré diciendo dónde vamos colocando los enlaces a tu página.
Saludos. www.elpimo.es
Saludos, enhorabuena por el contenido del blog. Está muy completo. Sólo una cosa, tengo entendido que los piñones no son las semillas del pino, sino que estas salen de la piña cuando se abre. Puede que esté confundiendo dos tipos de semillas de la familia de los pinos pero eso he leído en algunos sitios.
ResponderEliminarEs muy sencillo,los piñones son las semillas del pino y estan dentro de las piñas!
Eliminarlos piñones son las semillas del pino, y éstas salen de la piña cuando se abre
Eliminarpero no todos los pinos, son pinos piñoneros, quiere decir que no todas las especies de pinos dan fruto.
EliminarAunque tengamos al Pinus pinea como el pino piñonero de toda la vida, no significa que el resto no tengan piñones. Es el nombre válido para todas las semillas de este género, que siempre están dentro de los conos femeninos o piñas. Otra cosa es que sólo llamemos coloquialmente piñón al grande, al que utilizamos para alimentación.
Eliminar¡Un saludo! ¡Espero que sea útil!
Aunque tengamos asociado el Pinus pinea con la palabra piñón, no se limita a esta especie. Los piñones son las semillas de cualquier especie dentro de este género (Pinus), y siempre se desarrollan dentro de los conos femeninos (o piñas). Otra cosa diferente es que, coloquialmente, se haya pasado a llamar piñón a la semilla más grande, la que se utiliza para alimentación.
Eliminar¡Espero haber servido de ayuda!
Hola José L.
ResponderEliminarFelicitaciones por la página /Blog.
Te he puesto un enlace en nuestra página.
www.adrutas.com
Un saludo,
Carlosss
estupenda página.
ResponderEliminarY con respecto al piñon tengo entendido que es fruto de la Araucaria.
pues NO
Eliminarel piñón lo da el pino piñonero
Hola Jose Luís! me ha encantado tu recopilación, muy buena.
ResponderEliminarMuy buena tu pagina, y muy buena la iniciativa en cuanto pueda pongo algo de esto en mi blog para ayudarte a darle un empujoncito, un abrazo.
ResponderEliminarexcelente esta pagina, te felicito
ResponderEliminarmuy buena pagina.por poner un pero,faltan muchos arboles sobre todo frutales,lo de la temperaturas que soportan y la sequia me a ayudado mucho
ResponderEliminarMuy buena. Gracias
ResponderEliminarmaravilloso,sigue adelante
ResponderEliminarestoy haciendo un pequeño vivero y tus indicaciones me son de mucha utilidad.gracias y te animo a que continues.un saludo desde castellon.
ResponderEliminarExcelente entrada!! Tengo unas semillas de Tilo Canario (Ocotea foetens) y no encuentro por ningún lado cómo hacer que germinen las dichosas semillas. ¿Podrías darme alguna pista?
ResponderEliminarJosé Luis dice: por más que he mirado en mis documentos y he trasteado en internet no encuentro nada de cómo germinar semillas de Ocotea foetens. En un libro que tengo sobre Árboles Singulares se habla sobre el El Garoé, de San Andrés en El Hierro. Allí está el Centro de Interpretación del Árbol Garoé, cuyo teléfono es (o era) 922.55.50.72
Hola:
ResponderEliminarGracias por el esfuerzo que te has tomado en redactar esta información. La estoy divulgando entre mis contactos.
Saludos.
Tantos comentarios tiene que decir algo. Aunque he leído dos o tres de ellos por encima estoy seguro que me uno a la totalidad de ellos.
ResponderEliminar¡¡¡Excelente entrada!!!
Muchas gracias, con tu permiso lo menciono en mi blog: http://crampones.blogspot.com/2012/09/2012-08-19-moucide-viloalle-enlace-o.html
estoy buscando una especie que supongo que sera autoctona de España que tiene las hojas en forma de lanza su tronco es fino y no muy oscuro que crece muy rápidamente! si me podrías ayudar a saber cual es? yo vivo en coslada(Madrid) y tenemos un cerro lleno de pinos y olmos y mas plantas, el caso que hace un año hicieron un camino de adoquines y removieron tierra y han salido muchísimos arboles de ese tipo y lo dicho crecen muy rápido y parece que se adaptan bien a cualquier terreno ya que no solo lo he visto en mi ciudad si no en otras también! aunque el cerro ha sido plantado hace muchos años y no es natural ya que era un cerro desierto, quedan algunos claros en los que estoy interesado reforestarlos y de hay mi interés por este árbol espero que me ayudes!!! Saludos!
ResponderEliminartengo que añadir unas cosas mas que se me olvidaron en mi comentario anterior, cuando llego el invierno al árbol se le cae las hojas junto a las ramas que las ramas son muy finitas y de un color marrón-rojizo, y que no tiene una copa muy frondosa!
ResponderEliminarNota de José Luis:
ResponderEliminarPor lo que cuentas, casi con toda seguridad, es el ailanto. No es autóctono, y tampoco lo publico en mi blog entre los no autóctonos de España. Es tal la cantidad de semillas (sámaras) que produce y tal su ligereza, que el viento las dispersa muy fácilmente. Sin sembrarlo suele nacer espontáneamente. Se le considera planta invasora. Más información en la siguiente dirección: http://es.wikipedia.org/wiki/Ailanthus_altissima
Para Raúl, de Coslada:
ResponderEliminarMi correo electrónico es lopezmanero@hotmail.com. Si me facilitas el tuyo fotografío las semillas de ailanto y te envío alguna foto.
tengo un serbal hace por lo menos 6años y no ha echado frutos ¿cuantos años suele tardar? gracias espero contestacion.
ResponderEliminarNota de José Luis: Nada me dices de dónde tienes plantado el serbal. Algunas especies de árboles necesitan un mínimo de frío al año para florecer y fructificar bien.
Por más que he buscado, no he encontrado ningún escrito en donde se señale lo que me preguntas. Por similitud con otros árboles de la familia de las rosáceas, si el serbal lo has obtenido directamente a partir de semilla, tardaría en fructificar por primera vez unos 8 años. Si le has obtenido en vivero y és un injerto debería tardar la mitad de años.
Te adjunto algunas de las direcciones, más rigurosas y prolijas, que he consultado:
http://www.inia.es/gcontrec/pub/166-186-(30)-Botanica_1169109004328.pdf
http://www.floraiberica.org/floraiberica/texto/pdfs/06_087_23%20Sorbus.pdf
Páginas 141 a 150 de:
https://www.obrasocialcajamadrid.es/Ficheros/CMA/ficheros/OSMedio_ArbolesMad_Fron2.PDF
tengo un jardin de unos 40m2 y me gustaria plantar un arbol autoctono de españa en el, seria un arbusto o un arbolillo de poca envergadura, la casa esta en salamanca. gracias
ResponderEliminarmi mujer me aconse que un ginko o un magnolio, pero prefiero uno autoctono
Nota de José Luis: Mi blog trata siempre de aconsejar que se planten árboles autóctonos de cada región, recolectando semillas en la propia región, y sembrando en suelos y terrenos similares, en altitud y orientación solar similar, etc. En los parques, jardines y entornos urbanos es habitual sembrar/plantar también especies no autóctonas, por su porte o belleza. De todas formas, tenemos mucho monte y campo pelado de vegetación, muchas heridas cerca de nuestras casas, en donde desarrollar nuestra "vocación" forestal.
Veo que tienes un blog de Peralejos de Abajo. También tengo otro blog, sobre mi pueblo, que no tiene web ni nada parecido. A la gente le van las fotos, sobre todo las antiguas. http://quintanaloranco.blogspot.com
Un saludo, José Luis
Estupenda guía. Gracias Jose Luis por compartirla y por recomendármela. Realmente me será de utilidad la valiosa información que aportas en tu blog.
ResponderEliminarFelicidades por tu trabajo y por tu santo.
Salu2
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Los senderos de osnofla
fonsienlared.blogspot.com
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muy bueno
ResponderEliminarver pie de foto del aliso comun
ResponderEliminarMuchas gracias. Sin embargo, el pie de foto del aliso común en el apartado anterior del blog, Frutos y semillas: sus fotos,estaba bien. Ahora ya están correctamente ambos pies de foto. Un saludo, José Luis
EliminarUn trabajo fabuloso
ResponderEliminarPor casualidad he encontrado tu bella enciclopedia de estos seres vegetales tan espléndidos.Mi más calurosa felicitación a ti y a nuestros comunes amigos los árboles.Gracias.
ResponderEliminargracias por dedicar tiempo (que se nota no ha sido poco) a completar con especies tu blog. Estaba buscando especies autóctonas de Galicia para ayudar a repoblar el monte y lo encontré por casualidad. Espero que continúes con este blog tan bonito ;)
ResponderEliminarte sigo.
Buenisimo y detallado,para cualquier amante de los arboles de la peninsula,una descripcion exacta y practica.indudablemente como dice alguien faltan algunos arboles,lo que seria demasiado extenso,pero lo que hay es fantastico.
ResponderEliminarEnhorabuena,
Muy buena guía, y las imágenes son fantásticas. Buen trabajo!
ResponderEliminarMuchísimas gracias por esta recopilación. Estoy empezando recogiendo semillas de los montes cántabros y tu guía me va a ayudar mucho.
ResponderEliminarmuy buenos artículos y fotos
ResponderEliminarMuy buena toda la info. me encanto y sirve mucho( por lo menos a mi) saludos
ResponderEliminarHola José Luis.
ResponderEliminarSaludos desde Olmué, Chile
Saludos, José Luis:
ResponderEliminarAdemás de lo exhaustivo de las explicaciones para cada
especie, ¡vaya fotografías! Eso sí es un trabajo de calidad.
Te animo a que sigas ampliando el abanico de plantas arbóreas,
aunque haga tiempo que lo iniciaste.
Saludos. Pedro
Hola José Luís:
ResponderEliminarhe recogido unas semillas de Prunus mahaleb, y me dispongo a someterlas a un almacenamiento seco y frio. He tenido las semillas 5 días en casa (25º aproximadamente), para que perdieran parte de la humedad contenida, y sobre esto me gustaría preguntarle: ¿cuántos días aproximadamente deberíamos dejar secar las semillas y en que condiciones? y una segunda duda que me surge para el momento de sacarlas de la nevera y ponerlas a estratificar: ¿deberíamos hidratar la semilla durante unas horas antes de ponerlas en estratificación?.
Gracias y saludos.
Lorenzo M.
En este mismo apartado viene la ficha de Prunus mahaleb por Cerezo de Santa Lucía. No he encontrado en la documentación que manejo (ver Bibliografia en el último apartado del blog) alusión exacta a los días de secado a temperatura ambiente de la semillas antes de estratificarlas, pienso en 8 ó 10 días. Antes de empezar la estratificación hay que poner las semillas en remojo un día entero. La semillas de Prunus mahaleb también pueden sembrarse ahora mismo, una vez recolectadas.
ResponderEliminarExcelente pagina y las fotos muy buenas, es muy didactica Gracias
ResponderEliminarExcelente pagina las fotos muy buenas y muy didacticas Gracias
ResponderEliminarMelia azedarach. Especie asiática ornamental muy invasiva.
ResponderEliminarMe parece muy interesante e instructiva gracias por tu trabajo.
ResponderEliminar¡Hola Jorge! Muchas gracias. Saludos de Polonia - Grazyna.
ResponderEliminarBuenas,
ResponderEliminarSupongo que el pino canario se considera autóctono de España, pero no de la Península Ibérica. ¿Tendría consecuencias negativas para el ecosistema plantarlo en la Península?
Efectivamente, es autóctono y endémico de las Islas Canarias. Mira este enlace http://www.oei.es/divulgacioncientifica/reportajes_546.htm No obstante, considero que sería una de las especies menos extrañas en la Península, como tampoco serían muy extrañas algunas especies autóctonas de los países ribereños del Mediterráneo aunque no de la Península Ibérica. Macaronesia (Islas Canarias, Azores, Madeira, etc, sur de Marruecos y norte de Mauritania) están asimismo muy próximas a la Península.
EliminarMuchas gracias.
ResponderEliminarVivo en Cataluña y tengo un rincón de mi terreno orientado al sur donde me gustaría plantar un árbol. El suelo es de tipo arcilloso y retiene al agua con facilidad. Cuando se seca y no esta labrado queda bastante compacto. Había pensado en plantar un pino canario, pues encuentro a esta especie muy atractiva. Aun así tenía mis dudas.
Feliz año nuevo y un saludo.
Hola Ernest:
EliminarCuando dices que tu terreno retiene el agua con facilidad, espero que no permanezca encharcado, pues a los pinos no les va el exceso de humedad.
Que tengas un buen año
Por cierto, ¿que especies autóctonas serían capaces de aguantar mejor el cambio climático?
ResponderEliminarEl siguiente enlace trata de la vegetación xerófila, aquella capaz de sobrevivir en condiciones de sequedad y altas temperaturas.
Eliminarhttp://es.wikipedia.org/wiki/Xer%C3%B3fila
De todas formas, el cambio climático entendido como calentamiento global, afectará a todas las regiones, pero de forma desigual. En las que ya están en condiciones de calor y sequedad extrema podrían desaparecer muchas especies. En otras, actualmente frías en invierno, menos frías en primavera y otoño y frescas en verano, como es la meseta norte y la media montaña, podrían vivir especies que ahora no son capaces de vivir. Con el cambio climático también se acentuará el efecto pernicioso de las plagas que afectan al arbolado.
Mi terreno se encharca, pero tansolo cuando llueve mucho. Aun que en mi zona la especie predominante es la encina, en este terreno ya crecen tres plantines de pino (aun no he identificado la especie) que me dieron hace unos tres o cuatro años. También hay dos pinos piñoneros "adultos" que he visto toda la vida, por lo tanto no creo que tenga problemas. Lo que no sé es si los pinos canarios, adaptados al suelo volcánico vivirían bien.
EliminarGracias.
Ernest
El pino canario es uno de los pinos más sufridos y rústicos, y admite casi toda clase de suelos (sustratos): ácidos (silíceos), neutros y los que son ligeramente básicos (calizos). El que sea autóctono y endémico de Canarias no le incapacita para vivir en otros lugares. Mira la palmera de Canarias, también autóctona y endémica de esas islas, sin embargo, es la palmera más plantada por todo el mundo, salvo en las regiones muy frías (no aguanta temperaturas inferiores a -8ºC). Un saludo.
EliminarMuy bue blog, me ha servido toda la información para trabajar con mis estudiantes la elaboración de afiches. Gracias
ResponderEliminarHola Jose Luis; te agradecería me aconsejaras sobre que especie de árbol para forestación plantarías en el sur de Madrid en la zona de Valdemoro, Ciempozuelos etc., por la zona de los cerros donde hay pinos ya plantados, pero pocos. Por otro lado ¿me podrías decir que distancia mínima hay que plantar los árboles?; Te agradecería me dieras todos los consejos que puedas.
ResponderEliminarGracias
Emilio
Es difícil, no viviendo en la zona, decir qué árboles son adecuados para plantar. La regla de oro es plantar (o sembrar sus semillas) los mismos árboles que existen en la zona desde siempre, y en sitios similares. Así, si tomamos semillas de una encina en la ladera de la solana, lo lógico es sembrarla en la solana. Si es del valle, la sembraremos en el valle, etc. Lo que propongo principalmente en mi blog es aprovechar los árboles que ya existen y están aclimatados a un lugar determinado, aunque sean solitarios y dispersos, recolectando sus semillas y sembrándolas en las proximidades no arboladas. La distancia mínima de plantación entre árboles sería aquella que cuando sean adultos impida que se solapen sus copas: 3, 4, 5 ... metros, según el tipo de árbol. En mi blog hay un apartado de PLANTAS PARA SUELOS SALINOS Y YESÍFEROS, pues entiendo que al sur de la provincia de Madrid abundan los suelos yesosos.
EliminarUn cordial saludo José Luis
Jose Luis, enhorabuena por tan buena recopilacion!
ResponderEliminarun saludo
Esta recopilación y todas las demás son fantásticas, muchas
ResponderEliminargracias
Excelente blog. Me genera mucha alegría ver tanta participación e interés en el. Lo contrario que siento al recorrer Galicia y verla plagada de Eucaliptos. Gracias a los que hacen algo por mantener las especies autóctonas.
ResponderEliminarMuy bueno, un trabajo estupendo, muchisimas gracias
ResponderEliminarMesmo não sendo da espanha ( sou do brasil ), amei ler o seu blog e sempre estou dando uma olhada em como plantar algumas sementes. O clima onde eu moro é parecido com algumas regiões da europa e dá para ter algumas exemplares por aqui. Parabens pelo blog.
ResponderEliminarFantásticas recopilaciones. Fotografía con muy buenos detalles.
ResponderEliminarHola Jose Luis,en primer lugar agradecer tu visita.En segundo felicitaciones por este trabajo detallado que compartes con todo el mundo. Me pongo a tomar nota de detalles muy interesantes sobre el roble ahora mismo.Saludos desde Pateando EL BIERZO.Y me apunto como seguidor.
ResponderEliminarHola
ResponderEliminarHola , tengo en el interior de Alicante un pequeño terreno al que me gustaria reforestar con arboles autoctonos , necesito arboles que aguanten la escasez de agua de la zona aunque yo esporadicamente podría echarles agua , me gustaria que fueran de rapido crecimiento , los podría plantar dentro de una zona que tiene goteo pero despues tendría que ponerlos en el pequeño terreno que quiero reforestar .Tengo unos 4.000mts cuadrados para reforestar.Gracias.
ResponderEliminarAunque no los conozco personalmente, existe en España la Asociación para la Recuperación de los Bosques Autóctonos, ARBA. En la provincia de Alicante no está presente. Pero, por proximidad, tienes arbamurcia.blogspot.com cuyo correo es arbamurcia@gmail.com ; en Albacete facebook.com/arbacete cuyo correo es arbaalbacete@gmail.com. Consúltales a ellos, quizá te puedan asesorar y, quién sabe, quizá te puedan facilitar plantones o semillas o indicarte si hay alguna Institución que las regale por esa zona. Este tipo de Asociaciones lo que quieren es precisamente Ayuntamientos (o particulares)que les pongan terrenos a su disposición También tienes en la provincia de Albacete, en Villamalea, un vivero forestal de especies autóctonas www.proyectoforestaliberico.es. Tampoco los conozco personalmente, aunque en este caso se trata de una empresa. Un cordial saludo.
ResponderEliminarMuchas gracias por lo que has compartido Jose Luis, quiero dar un cambio de aires a nuestro huerto y empezar a plantar cosas diferentes así que voy a ver si doy el paso ahora que tengo las vacaciones, muy útil
ResponderEliminarExcelente trabajo e información. Muchas gracias
ResponderEliminarMuy buen trabajo. Gracias.
ResponderEliminar¡Me ha encantado tu lista de árboles autóctonos! Me ha ayudado mucho para planificar una parcela con bosque de ribera ibérico junto a un estanque. No obstante, y por eso escribo, he echado en falta a los olmos. A modo de sugerencia, ¿Podrías añadirlos o indicarme dónde puedo encontrar información sobre cuáles son propios de España. Gracias.
ResponderEliminarSería fácil incorporar una ficha del Ulmus minor (Olmo común) pues tengo fotografías hechas en el Real Jardín Botánico de Madrid, de alguno de los escasos ejemplares que han logrado salvar. Pero es que considero a los olmos un caso perdido, debido a la grafiosis.
ResponderEliminarTe adjunto un enlace de un catálogo. Al final de la página 49 del pdf aparecen los olmos autóctonos de España: Ulmus glabra (olmo de montaña), Ulmus laevis (olmo temblón) y Ulmus minor (olmo común), este último estaba presente y de manera abundante por todo el país hasta hace unos 35 años.
http://www.proyectoforestaliberico.es/catalogo_2016-2017.pdf
Espero que te sirva. Un saludo, José Luis
Lo comparto tu blog en un grupo de Facebook que tengo , de plantar árboles autóctonos ,en Sevilla y pueblos, a ver si ayudamos a hacer más zonas verdes
ResponderEliminarEsta es una foto de mi viaje a Tenerife. No sé cual és lo nombre de la arbol o fruto. Quien me puede informar?
ResponderEliminarhttps://www.facebook.com/photo.php?fbid=1610661105634385&set=pcb.1610661835634312&type=3&theater
No te hubiera sabido decir, pero veo que ya te han contestado en facebook. Si tecleas en google Pandanus_utilis te sale el siguiente enlace: https://es.wikipedia.org/wiki/Pandanus_utilis
ResponderEliminarUn saludo, José Luis
Buenos días. Queríamos agradecerte la información que nos has brindado con tu página y que nos ha sido de bastante utilidad. Nosotros seguimos plantando, y una parte de la diversidad que vamos buscando la hemos conseguido gracias a ti.
ResponderEliminarHemos encontrado un artículo que pesamos podría ser de tu interés:
http://www.elcomercio.es/asturias/investigacion-universidad-oviedo-castano-asturias-20180126200104-nt.html
Gracias de nuevo y un cordial saludo.
Asociación Árbol Mundo.
aarbol.mundo@gmail.com
https://www.facebook.com/arbolmundo/
Estoy diseñando una plantación en una finca de más de 1000 metros y la información de esta página me ha resultado muy útil. Mi intención es plantar diferentes especies, en su mayoría autóctonas, pero es necesario sopesar diferentes factores: altura, anchura, tipo de suelo que necesitan, resistencia a las heladas... He descubierto especies que no conocía y algunos datos me han servido para descartar otras que hubiera sido un error elegir. Muchas gracias, José Luis.
ResponderEliminarGracias Josè Luis por tan valioso blog
ResponderEliminarA quién le pueda interesar el mundo de las flores y plantas preservadas.
ResponderEliminarhttps://www.verdissimo.com/es/noticias/verdissimo-el-mayor-mayorista-en-la-produccion-de-flores-preservadas
Fantástico. Muchas gracias
ResponderEliminarComentar que actualmente el castaño se considera autóctono y que zonas, en base a paleo pólenes, del NO, NE, sierras del SO y del S, fueron áreas refugio de dicha especie durante la última glaciación. Si bien su distribución actual está muy influenciada por su cultivo histórico. Un saluso
ResponderEliminarQue artículo más completo! Os recomiendo este por si os interesa averiguar la relación sueño-arbórea! https://arbol-de-mi-vida.com/blogs/arbol-de-la-vida/sueno-arbol
ResponderEliminarEnfermedades de los frutales de hueso y pepita · 1. Oidio o Cenizo en Frutales · 2. Roya del peral · 3. Cribado o perdigonada · 4. Lepra del melocotonero
ResponderEliminarMuy buen artículo, pero no me convence que los pinos y sus diversas variedades que vemos en la mayor parte de la superficie de Catalunya sean autóctonos o endémicos. Más bien parecen ser parte de una una plantación o monocultivo más que un bosque nativo y que el resto de la de flora autóctona ha ido desapareciendo por esta especie invasora que no sólo ha causado un desastre ecológico al absorber tanta agua y nutrientes, también seca el suelo, lo acidifica, propicia que los incendios forestales sean incontrolables y que la fauna silvestre vaya desapareciendo. Creo que hay q averiguar bien el porqué se introdujo esta especie de conífera y no romantizar el hecho de que sea un árbol. Quizás hay q hacer algunas reformas y usar esos árboles como madera para construcción y otras actividades para recuperar y conservar las verdaderas especies que benefician la biodiversidad.
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